Un claro ejemplo de todo ello es el caso de la científica que está detrás del medicamento Ozempic, del que tanto se está hablando últimamente. Se trata de un tratamiento para la diabetes, pero que se utiliza también para tratar la obesidad. Lo curioso es que muchas de las personas que lo han utilizado, entre ellas muchas mujeres, casi ninguna sabía que detrás había una mujer científica, la doctora Svetlana Mojsov, cuya investigación fue fundamental para el desarrollo del fármaco. Ella misma cree que le borraron de la historia del Ozempic por ser mujer.

“Hay que analizar cuáles son las elecciones que hacemos las mujeres y por qué las hacemos, porque no son fruto de la casualidad”

Sin duda, es un caso triste, como tantos otros, que nos habla de mujeres borradas de la historia. ¿Por qué sucede esto?

En el congreso sobre Mujer y Ciencia organizado por Emakunde el año pasado Maria Angeles Sallé hizo una maravillosa ponencia inaugural en donde escuché por primera vez el concepto del escalón roto. En el caso de la ciencia, si bien lo datos reflejan que en los primeros años, en los años de estudio, las mujeres son mayoría, después de la tesis quienes despuntan suelen ser ellos. Nos tendríamos que preguntar qué está ocurriendo para que siendo tantas las mujeres que optan por estudios científicos no lleguen a ser reconocidas. Además, las mujeres estamos presentes en la ciencia, pero estamos mayoritariamente en aquellos ámbitos que llevan el prefijo bio o social. Esto ocurre porque históricamente a las mujeres nos han preocupado las personas, los cuidados; a los hombres, las cosas o, dicho de otra manera, la tecnología.

De hecho, la presencia de las mujeres en la ciencia es muy desigual si comparamos ámbitos como la Medicina o las Ingenierías…

Esto es algo que nos atraviesa y que incide directamente en las decisiones que tomamos, por eso, aunque optemos por las ciencias, habitualmente nos inclinamos por las ciencias vinculadas al bienestar de las personas. Vemos que ámbitos como el de la Medicina se está feminizando, ha habido un aumento de matrículas de mujeres, y esto nos indica que tenemos que tener cuidado, porque, desgraciadamente, aquellas profesiones que se feminizan se acaban precarizando. Al igual que el ámbito de los cuidados, que hoy en día siguen estando en manos de las mujeres.

Los estereotipos y las profesiones están irremediablemente vinculados…

Es que todo debemos analizarlo desde la perspectiva de género y feminista. Hay que analizar cuáles son las elecciones que hacemos las mujeres y por qué las hacemos, porque no son fruto de la casualidad. Las desigualdades y los prejuicios son sistémicos, nos atraviesan desde que somos pequeñas y todavía tenemos muchísimos sesgos, aunque no seamos conscientes, y se los inculcamos a nuestros hijos. Debemos tomar conciencia y que las niñas tomen sus decisiones en base a lo que ellas quieran hacer, sin prejuicios. Debemos dejar de lado también las dicotomías como ciencias o letras, parece que no tenemos más elección.

En ese sentido, ¿cómo valora el recorrido que estamos haciendo en Gipuzkoa?

Estoy satisfecha porque en Gipuzkoa estamos dando pasos y avanzando. Tanto desde la Formación Profesional como desde la Universidad, se están impulsando iniciativas para promover la integración de las mujeres en titulaciones hasta ahora masculinizadas. Me gustaría destacar el estudio realizado por Ikaslan Gipuzkoa sobre las motivaciones de las chicas para elegir una titulación u otra. Fueron más de 3.000 alumnas las que participaron y extrajeron conclusiones interesantes como la de la influencia del entorno en las decisiones que toman. Por otra parte, las empresas están poniendo de su parte en este sentido, tanto acercándose a los centros como organizando visitas para estudiantes. No obstante, queda mucho trabajo por hacer. No podemos pretender cambiar de la noche a la mañana, pero lo importante es que estamos haciendo camino.

“Las desigualdades y los prejuicios son sistémicos, nos atraviesan desde que somos pequeñas y todavía tenemos muchísimos sesgos”

¿Qué deberíamos hacer para motivar a las chicas a integrarse en entornos hasta ahora masculinizados?

Los entornos masculinizados no resultan atractivos a las mujeres. Es por ello que el contexto laboral tiene que cambiar. Además, estamos poniendo toda la presión en las niñas y en las mujeres y nos encontramos con mujeres que hablan del de síndrome de la impostora, del miedo al fallo, del perfeccionismo, etc. Todos estos atributos que se le atribuyen a la mujer, y es lo que nos perjudica a la hora de avanzar en nuestras carreras. Tenemos que trabajar a nivel social para que los estereotipos no sean determinantes. Debemos cambiar nuestra forma de pensar y quitar presión a las mujeres y a las niñas.

¿Cómo vamos a estar en Gipuzkoa en cuanto a igualdad dentro de diez años?

Me gustaría decirte que dentro de diez años va a dar sus frutos todo el trabajo que estamos haciendo ahora. Pero lo cierto es que esto es una carrera de fondo, y diez años es poco tiempo. No obstante, estoy segura de que seguiremos trabajando para poner las bases para avanzar hacia la igualdad. Además, me gustaría romper una lanza a favor de las chicas de hoy en día, porque veo que tienen otra perspectiva, incluso mis hijas a veces me sacan los colores. Esto quiere decir que algo estamos haciendo bien. Es el momento de hacer partícipes del cambio a nuestros hijas e hijos, y estamos dando pasos en ese sentido. 

Nerea Isasi, Directora para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la Diputación Foral de Gipuzkoa

Nerea Isasi, Directora para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la Diputación Foral de Gipuzkoa N.G.