El Ararteko ha iniciado una serie de visitas a los servicios municipales de urgencias sociales para conocer de cerca la atención que se está prestando actualmente a las personas sin hogar en los diferentes recursos habilitados en la CAV. La Defensoría del Pueblo en Euskadi señala que esta iniciativa surge de su “preocupación” por el incremento de personas en situación de exclusión residencial, así como el aumento del número de mujeres que residen en la calle.

La institución da a conocer esta medida seis días después de hacerse público el balance de 2023 de Cáritas, en el que se constató el aumento en Gipuzkoa del número del personas en situación de calle a una edad cada vez más temprana. De las 897 personas atendidas el año pasado en exclusión residencial severa -lo que supone un incremento del 31% respecto al año anterior-, un total de 729 tenían entre 18 y 44 años.

"El perfil cada vez más joven es un dato que nos preocupa. Hacen falta políticas preventivas que rompan con la transmisión intergeneracional de la pobreza", reclama José Emilio Lafuente, secretario general de Cáritas. Casi nueve de cada diez personas atendidas son migrantes que encuentran en la vivienda una de las principales dificultades, por lo que su exclusión residencial corre el riesgo de cronificarse. El 55% de las atenciones tiene, además, rostro de mujer. La desventaja acumulada por razón de género, al margen de los cambios en la coyuntura económica y social, permanecen estables, según estos últimos datos, y remiten a cuestiones de tipo estructural que parece importante tener en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas eficaces.

Con todo, el aumento del número de personas sin hogar en los últimos años no afecta únicamente a Euskadi o al Estado. La Federación Europea de Organizaciones Nacionales que trabajan con este colectivo (FEANTSA), estima que se ha producido un incremento en la Unión Europea de un 70% en los últimos 10 años de personas sin hogar, alrededor de 700.000 personas, según las investigaciones realizadas.

Aumento del número de quejas

Con ese escenario de fondo, el personal del área de inclusión social del Ararteko ha iniciado las visitas para conocer la atención que se ofrece en los albergues nocturnos, centros de día y comedores que atienden a personas sin hogar que viven en la CAV. La Defensoría del Pueblo en Euskadi indica en un comunicado que “el incremento del número de quejas por parte de este colectivo” ha provocado que las intervenciones del Ararteko se hayan multiplicado en los últimos años.

La Defensoría del Pueblo en Euskadi quiere conocer de cerca la situación de los servicios municipales de urgencias sociales y, además, hacer un seguimiento de las intervenciones realizadas en los últimos años ante una realidad que ofrece diferentes caras en Gipuzkoa. En el territorio, el porcentaje de población que se encuentra en situación de bienestar es el más elevado de los últimos años y alcanza al 85,6% de la población.

Sin embargo, el 14,4% se encuentra en situación de riesgo de pobreza -umbral de 1.000 euros-, es decir, 102.300 personas. El 5,9% se encuentra en situación de pobreza severa (666 euros), una situación que afecta a 42.200 personas, según los resultados de la cuarta edición de la Encuesta de Pobreza y Exclusión Social de Gipuzkoa.

La carestía de la vida ha tenido un "gran impacto" en la economía de las familias y, especialmente, en las que cuentan con ingresos insuficientes y trabajos precarios, por lo que la mayor dificultad de acceso a bienes básicos "ha endurecido las condiciones de vida" de muchas de las personas atendidas, complicando sus procesos de inclusión social.

Seguimiento de centros desde el covid

El Ararteko quiere, con las visitas a los recursos dirigidos a las personas sin hogar, dar continuidad a las actuaciones que se está llevando a cabo en este campo desde que se decretó el confinamiento debido a la emergencia por covid. Según señala la Defensoría del Pueblo en Euskadi, la crisis sanitaria permitió a las administraciones públicas conocer de cerca la realidad del colectivo de personas en situación de exclusión residencial. Se estimaba que la crisis sanitaria podía ser una oportunidad para la prevención, reducción y eliminación del fenómeno del sinhogarismo o exclusión residencial grave. No obstante, según recoge la institución en una resolución de abril de 2022, no se ha constatado una evolución favorable de la situación social.

Las dificultades sociales que persistían “se están perpetuando en grupos sociales vulnerables”, lo que es objeto de preocupación por parte del Ararteko, que recibe quejas que llegan a las tres sedes de la institución de personas en situación de grave exclusión social desde mediados del año 2019, que viven en la calle de manera permanente o bien con entradas y salidas en los recursos de urgencia social.

La mayoría hace referencia a la ausencia de plazas y a la atención social que reciben. Algunas de estas quejas afectan a mujeres, lo que ha aumentado la preocupación por su situación de vulnerabilidad. El hecho de que cada vez más mujeres sin hogar, con una edad superior a los 50 años, acudan a la institución de manera individual buscando su amparo genera “un factor de preocupación adicional” por los riesgos específicos que afrontan, según señala el Ararteko.