La preocupación por las bandas juveniles en Euskadi se remonta más de una década atrás en el tiempo. La Ertzaintza comenzó a desarrollar en el año 2010 una estrategia preventiva a través de un proyecto de acercamiento a centros escolares, entidades vinculadas a la reinserción juvenil y la judicatura.
La necesidad de tomar cartas en el asunto se hizo más evidente a partir de 2016, cuando se detectó la irrupción de grupos de jóvenes que, imitando a algunas bandas internacionales, comenzaron a actuar “delictiva y violentamente” en algunos municipios del área metropolitana de Bilbao y en Gasteiz, según informan fuentes del Departamento Vasco de Seguridad.
Fruto de esa preocupación, la Ertzaintza elaboró en 2017 un Plan de Acción contra las pandillas juveniles en el que se precisaron las líneas tácticas y estratégicas a seguir, un plan que ha sido actualizado este pasado año. Entre sus acciones, según las fuentes consultadas, figura la “monitorización continua” del fenómeno y la previsión de incidentes.
Así, tras estudiarse cada situación, cuando se constata que estas pandillas juveniles protagonizan hechos delictivos graves de forma permanente y de forma asociativa, la Ertzaintza elabora informes que remite a judicatura y que sirven para abrir diligencias policiales con el fin de “argumentar el carácter organizado del grupo”. El ejemplo más reciente de todo ello es el de Los Hermanos Koala.