El sábado 27, con motivo del XI Congreso Nacional de Suelo Pélvico que se celebra en Donostia, tendrá lugar, en el palacio de congresos del Kursaal una jornada de puertas abiertas en la que diversas expertas hablarán de una patología con una gran prevalencia entre las mujeres: la del suelo pélvico. La inscripción es gratuita y debe hacerse a través del correo OSID.ZBPOOLGINEKOLOGIA-PEDIATRIA@osakidetza.eus.

La ginecóloga de Osakidetza Irene Diez Itza es una de las voces expertas que participará, tratando de la incontinencia urinaria.

¿Qué es el suelo pélvico y cuáles son las principales disfunciones? 

El suelo pélvico es una estructura compuesta por músculos y fascias y ligamentos cuyo papel fundamental es el mantenimiento de los órganos pélvicos en su posición anatómica habitual, favoreciendo con ello su correcto funcionamiento. Además, participa en la continencia de orina y anal y facilita tanto la micción como la defecación. A las alteraciones que se producen como consecuencia de un daño en el suelo pélvico se les agrupa bajo el término de Disfunciones del Suelo Pélvico. Este término engloba el prolapso de los órganos pélvicos, la incontinencia urinaria y la incontinencia anal. También se incluyen la disfunción sexual y el dolor pélvico crónico.

¿Cuál es el origen de estas disfunciones?

El prolapso se define como el descenso de los órganos pélvicos desde su posición anatómica habitual, y se produce como consecuencia del fallo de las estructuras de soporte. Puede afectar a la vejiga, el útero, la vagina, el recto y/o el intestino delgado. Hay distintos grados de prolapso y en la mayor parte de los casos no producen síntomas, a veces las mujeres no se enteran. Hay diferentes factores implicados en las disfunciones, algunos no se pueden modificar como las características de las estructuras de conforman el suelo pélvico, el colágeno, los músculos... Otros no se pueden evitar como el parto vaginal, las cirugías y otros tratamientos sobre la pelvis como la radioterapia. Hay factores relacionados con el estilo de vida como la obesidad, el sedentarismo y el tabaco que sí son modificables. Y también hay factores descompensadores como la presencia de comorbilidadades, la utilización de algunos fármacos o el efecto del envejecimiento sobre las estructuras del suelo pélvico. Hay otro factor que es la predisposición genética de cada persona. Muchas mujeres nos cuentan que a sus madres les ha pasado lo mismo. Con eso no podemos hacer nada.

Distintas causa.

Si. También es importante evitar el estreñimiento, porque aunque no hay estudios muy determinantes, cualquier circunstancia que conlleve empujar mucho afecta. Por ejemplo, trabajos en los que hay que levantar pesos o practicar deporte de impacto pueden perjudicar al suelo pélvico. Si ese es nuestro trabajo tendremos que hacer ejercicios para fortalecer el suelo pélvico y evitar más daños.

¿La incontinencia urinaria es el trastorno más frecuente? 

La incontinencia urinaria se define como la manifestación por parte de la paciente de la pérdida involuntaria de orina. Existen diferentes tipos de incontinencias urinarias, siendo los más frecuentes la incontinencia urinaria de esfuerzo, que es la pérdida involuntaria de orina asociada al esfuerzo, actividad física, tos o estornudo; la incontinencia urinaria de urgencia, que es la pérdida involuntaria de orina asociada con un fuerte deseo de orinar, y la incontinencia urinaria mixta, que conlleva la pérdida involuntaria de orina asociada a urgencia y al esfuerzo. Trastornos del tracto urinario inferior que pueden aparecer como consecuencia de alteraciones del suelo pélvico son la urgencia miccional, que se define como un deseo imperioso de orinar difícil de diferir; la frecuencia miccional diurna aumentada que se define como el incremento en el número de micciones durante el día; la nocturna que se define como la necesidad de levantarse por la noche para orinar; y la disfunción de vaciado que se define como la dificultad para vaciar la vejiga. 

¿Y la incontinencia anal?

La incontinencia anal es la pérdida involuntaria de gases o heces. Otros trastornos defecatorios que pueden aparecer con las alteraciones del suelo pélvico son la urgencia defecatoria, que se define como la necesidad imperiosa de defecar; el dolor defecatorio, que es el que aparece durante la defecación; y la defecación obstructiva, que es la sensación de obstrucción durante la defecación.  

¿Cuál es a prevalencia de este tipo de disfunciones?

Es muy alta. Aproximadamente una cuarta parte de las mujeres sufren de al menos una o más disfunciones del suelo pélvico. Aumentando esta cifra hasta el 39% en las mujeres de entre 60 y 79 años y al 50% en las de 80 años o más; por lo que la previsión es que la prevalencia aumente en los próximos años debido al envejecimiento progresivo de la población .

"En el caso de las mujeres de más de 80 años, el porcentaje de las que sufren disfunciones es del 50%"

Irene Diez Itza - Especialistas en disfunciones de suelo pélvico

¿Las cifras pueden ser incluso más altas?

Sí, porque con temas de incontinencia urinaria, y sobre todo con la incontinencia anal, ocurre que las mujeres muchas veces no lo cuentan. Muchas están infradiagnosticadas, algunas porque no lo cuentan por vergüenza y otras porque piensan que les pasa porque les tiene que pasar y no se puede hacer nada. La edad juega un papel importante en las disfunciones, pero se pueden hacer cosas. 

¿Qué repercusión tienen estas patologías en la salud pública?

Constituyen un importante problema de salud pública que afecta negativamente la vida de millones de mujeres, suponiendo una importante repercusión en la calidad de vida sobre todo en la esfera emocional y en la física, y presenta un efecto económico en el sistema sanitario considerable. Las personas con incontinencia urinaria y anal se sienten avergonzadas, y sus vidas se ven alteradas por estos accidentes. Las mujeres con prolapso también sufren molestias pélvicas y disfunción vesical e intestinal.

¿Se puede prevenir?

Se puede actuar previniendo la obesidad, evitando el sedentarismo y realizando de forma regular ejercicios de suelo pélvico. Como en tantas otras patologías, y por sentido común, llevar un estilo de vida saludable ayuda. 

¿Cuál es el tratamiento?

Hay tratamientos para cada tipo de disfunción. El prolapso se trata cuando hay sintomatología.Podemos colocar unos dispositivos en el interior de la vagina que se llaman pesarios. Otra opción en la cirugía y es el principal tratamiento para el prolapso. Para la incontinencia urinaria de esfuerzo disponemos de la practica de ejercicios de suelo pélvico y la cirugía, y para la de urgencia, reeducación vesical y fármacos como tratamientos de primera línea. En segunda línea se puede poner bótox en la vejiga. En esta jornada incluso les informaremos de algunos tratamientos que pueden adoptar ellas mismas. Los consejos que damos en la consulta también los daremos para las mujeres que no acuden al médico. Por ejemplo, con la incontinencia de orina hay que evitar el sobrepeso permite una mejora importante.

¿La cirugía es la última opción?

No tanto. Un 12% de las mujeres de más de 80 años ha tenido alguna operación por prolapso. Hay un estudio de EEUU que señala que por encima de los 50 años es la cirugía más prevalente por patología benigna.  

¿Acuden las mujeres al especialista cuando detectan este tipo de disfunción?

A veces sienten vergüenza y otras no saben identificar si lo que les ocurre es causa del envejecimiento y no hay nada que hacer, pero hay muchas cosas que se pueden hacer. La edad juega un papel fundamental, pero se pueden hacer cosas. Por ejemplo, en el prolapso es en el momento del parto donde se produce la lesión, que no da una sintomatología en ese momento porque la mujer es joven. Pero en esos tejidos y músculos que no se recuperan, con el paso del tiempo y otros factores pueden producirse descensos. Hasta un 50% de las mujeres que han tenido hijos tienen algún tipo de descenso de suelo pélvico, aunque no tengan síntomas. Es muy frecuente y, si no hay síntomas, no tenemos que hacer nada como tratamiento activo, aunque siempre aconsejamos una serie de cosas. 

Porque la afección es importante

Sí. Es una patología de calidad de vida. Si se te escapan unas gotas de orina cuando estornudas no te tiene que provocar cambios en tu vida, porque hay mujeres que llegan a nuestra consulta diciendo que han dejado de hacer cosas. Te tienes que analizar a ti misma, y si modificas tu vida a causa de lo que te está pasando, tienes que ir a buscar ayuda. En el caso de la incontinencia de urgencia la situación es peor, porque las mujeres que tienen este problema limitan mucho lo que hacen.Hay estudios que determinan que, en cuanto a repercusión personal, está a la altura de enfermedades crónicas mucho más importantes.

¿El tratamiento debe ser multispciplinar?

En el diagnóstico y el tratamiento intervenimos diversos especialistas, desde las matronas, que detectan los problemas desde el posparto; a médicos especialistas en distintas disciplinas, desde la atención primaria a las consultas de ginecología, rehabilitación o cirugía general. Cuando la paciente tiene patología más compleja, tenemos consultas subespecializadas en suelo pélvico. El dolor crónico también se incluye, y a veces intervienen los anestesistas.