¿Qué ocurrió en su vida al cumplir 60 años?

–Sufrí un cambio importante, no me identificaba con esa edad. Me decía a mí mismo que algo que tenía que cambiar, pero era un pensamiento forzado que duraba muy poco y volvía a ser el de siempre. Como había una discrepancia entre lo que sentía y lo que me dictaba la razón, me puse a investigar. Quería saber si era un problema que arrastraba yo o se trataba de otra cosa.

¿Y qué descubrió?

–Entre más de 300 investigaciones descubrí cosas geniales: cómo rejuvenecer, cómo aumentar la longevidad y qué hacer para que todo ello funcione. Me interesé mucho por todo aquello que podemos hacer en esta nueva temporada de nuestra vida. 

¿Cuántos años tiene?

–Tengo 67, cerca de los 68.

¿Se sigue sintiendo joven?

–Sí, pero no desde el punto de vista de un culto a la juventud. Es algo que se lleva en el interior, como le ocurre a tanta gente. Eso es precisamente lo que motivó la idea del libro. 

¿Cómo surge la idea?

–Soy médico, especialista en estomatología y doctorado en Odontología. He sido jefe de área, director médico, creé un comité de ética asistencial. Siempre he estado en la universidad y en una clínica privada. He hecho muchas cosas, y siempre rodeado de gente joven. 

¿Y qué ha descubierto en esta nueva etapa de su vida?

–Sabíamos hasta ahora que había tres: una de formación, otra de enseñanza, de cumplimiento con la sociedad y todo lo que se espera de ti, y una tercera de decadencia, de dar un paso a un lado y pasar a un segundo plano. Pero existe una etapa nueva, una etapa intermedia. Se trata de buscar alicientes y motivación a esta nueva temporada. En mi caso, la ventaja que tengo es que me encanta hacer muchas cosas, soy hiperactivo. 

“Somos la generación más rica de la historia, la que ha vivido una temporada de estabilidad social y económica muy grande; algo que no se va a repetir”

¿Pertenece a una generación privilegiada?

–Sin duda. En primer lugar, porque somos más jóvenes, o menos viejos que nuestros padres y vamos a vivir más años que ellos. Somos una generación que ha vivido una temporada de estabilidad social y económica muy grande. Los del baby boom nos hemos podido desarrollar y formar. Hemos vivido cambios espectaculares a nivel tecnológico y profesional y todo ello nos ha permitido desarrollarnos, no solo personalmente, sino también desde el punto de vista económico. Somos la generación más rica de la historia. A diferencia de los que nos siguen, que también van a vivir más años pero no tendrán esta estabilidad económica, se nos permite la jubilación –dice odiar la palabra– a una edad temprana. Es algo que no se va a repetir. En realidad, somos capaces de seguir trabajando perfectamente diez, quince e incluso veinte años más. 

Pues qué suerte la suya. 

–Sí, es genial, de verdad.

¿Qué consejos da para vivir esa temporada de vida lo más plenamente posible?

–El primer paso pasa por la aceptación. Hay que ser conscientes de que tenemos más tiempo, pero es un tiempo finito que debemos aprovechar. Es una aceptación que depende de la situación de cada uno, porque no todas las personas están en las mismas condiciones económicas o de salud. Con ese punto de partida, a partir de ahí es ver en qué podemos mejorar. 

Y, además, libres de ataduras.  

–Claro, tenemos la ventaja de que ya no hay que demostrar nada a nadie. Eres libre para hacer lo que quieras, libre de escoger tu tiempo. Todos los estudios científicos dicen además que cambiando el estilo de vida puedes mejorar tu salud, y con ella tu edad biológica, por lo que te encontrarás mejor y vivirás mejor. 

¿Un cambio de estilo de vida en qué sentido?

–Es necesario mejorar la alimentación, hacer ejercicio, tener una motivación, es decir, una actividad, algo que te atraiga y te ilusione, algo que quizá no podías hacer antes porque no tenías tiempo. Otro punto importante es socializar. Aprovecha para relacionarte porque si no lo haces puede ser una etapa en la que es fácil aislarse. 

¿Algún aspecto más a tener en cuenta?

–Hay que reflexionar sobre el entorno que busques para vivir en esta nueva etapa de la vida. Es importante porque, depende de cómo sea, va a marcar en el futuro limitaciones o no. Y a hablando de limitaciones, no dejes que nadie te limite. Ocurre a menudo. La familia, todos los que te quieren y la propia sociedad tienden a limitarte. No hagas esto, no hagas lo otro. A partir de los 70 años si coges la bici en una ciudad te van a mirar mal, pero en cambio vas a un pueblo y ves a la gente con la muleta encima de la bicicleta. Nadie les dice nada. Es genial. 

"No dejes que nadie te limite. A partir de los 70 años si coges la bici en una ciudad te van a mirar mal, pero en cambio vas a un pueblo y ves a la gente con la muleta encima de la bicicleta"

De modo que aconseja diseñar una estrategia. 

–Sí, en mi caso comencé a plantearme todas estas cuestiones tras una baja larga por un problema de columna por la cual me reconocieron una invalidez. Lo primero que hice fue un excel con un horario. En esta etapa es importante estar organizado, y vale la pena hacerlo cuanto antes. El libro está pensado a partir de los 60, pero con la pandemia se vio que muchas personas de cincuenta años también comenzaron a replantearse muchas de estas cuestiones. Hubo entonces un cambio de percepción del estilo de vida: el hecho de trabajar desde casa, tener más relación con la familia y cortar un poco el ritmo frenético que llevábamos provocó que muchas personas de 50 años se plantearan lo mismo que me replanteé a los 60. ¿Hacia dónde voy? ¿Qué me espera? Vale la pena empezar a plantearse todo ello. Es como organizar un viaje de vacaciones tres meses antes. Se disfruta mucho preparándolo. Es lo mismo. Hay que descubrir que te gustaría hacer, con qué te encuentras cómodo, a qué quieres dedicar tu tiempo y cómo te gustaría llegar al final de tu vida. 

¿Es importante desprenderse de lo accesorio?

–Bueno, si algo debiéramos haber aprendido es que muchas de las cosas por las que hemos luchado, pensando que nos harían más felices o nos mejorarían la vida, la verdad es que tampoco nos han aportado tanto. Ahora sí que valoramos lo que nos hace felices, y el hecho de desprenderse de lo accesorio ayuda a iniciar con buen pie esta nueva etapa. Hay menos distracción, menos miedo a perder. Si te rodeas de todo aquello que te encanta, que te gusta y que además es útil, te vas a encontrar mucho mejor. 

"A partir de los 60-65 años está descrito que las emociones negativas que nos hacen infelices, las valoramos y duran muy poco"

A usted, por ejemplo, le gusta la música. 

–Sí, me encanta. Y puedo decir que lo que siento con la música no puedo sentirlo con otras expresiones artísticas. 

¿Es cierto que con la edad aumenta la curva de la felicidad?

–Así lo indican las investigaciones. Hay varios estudios que han ido valorando el grado de felicidad de las personas que han tomado parte. Son investigaciones que se han realizado por grupos de edad. El 90% apunta a su juventud como la etapa de mayor felicidad. Los estudios reflejan que ésta se mantiene hasta que comienza la edad adulta -por encima de veinte años-, una etapa compleja en la que hay que buscar un trabajo, un lugar en la sociedad y crear una familia.

Demasiado desgaste…

–Sí, y no es extraño por ello que ese grado de felicidad y satisfacción se vaya perdiendo, aunque se recupera una vez que te das cuenta de que has cumplido con la sociedad. Eso es lo que cambia. A partir de los 60-65 años, está descrito que las emociones negativas que nos hacen infelices, las valoramos y duran muy poco. En cambio, las que nos hacen felices, las valoramos y nos duran igual que al resto de grupos de edad. La gran diferencia es que estamos preparados para relativizar una serie de situaciones que nos podrían hacer infelices y que en otro momento de nuestras vidas le hemos dado mucha importancia. Al contrario de lo que se cree, eso hace que seamos más felices en esta edad.