No tienen buena prensa. Es más, en ocasiones se utilizan como representación del mal. Provocan miedo, a algunos, y atracción, a otros, aunque menos. Las serpientes no son animales que dejen indiferente a la gente y son muchos los mitos y leyendas que les rodean.

Para erradicar las falsas ideas, mejorar la imagen de las serpientes y concienciar de la importancia de las mismas, el Departamento de Herpetología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi puso en marcha la iniciativa Sugebizi, que pretende funcionar como una barrera cargada de argumentos contra “el maltrato social, inaceptable en el siglo XXI, del que han sido víctimas las serpientes”.

Sugebizi es una iniciativa que Aranzadi desarrolla a través de la red X (antes Twitter). Los participantes suben fotografías de las serpientes que encuentran con el hashtag #sugebizi, junto con las coordenadas del lugar del hallazgo y citando a @aranzadi. A cambio, la sociedad de ciencias intentará colaborar en la identificación de la especie.

Además, Sugebizi es una propuesta que integra el desarrollo de charlas, excursiones y talleres, que en 2024 comenzarán el 1 de abril y finalizarán el 16 de julio: Día Internacional de las Serpientes.

En la imagen, un ejemplar de culebra de collar ibérica Iñaki Izagirre Egaña

Iñaki Romero Iraola es uno de los integrantes del Departamento de Herpetología de Aranzadi, que con Sugebizi pretende aproximar la realidad de estos animales a la población en general y a la población escolar. En definitiva, busca impulsar “ciencia ciudadana, que pretende involucrar a los ciudadanos en la ciencia y crear un vínculo entre ciencia y ciudadanía”.

Con esta iniciativa se quiere dar respuesta a una serie de preguntas como: ¿por qué tenemos miedo a las serpientes? o, ¿son cómo creemos que son?

Parte de esta propuesta se desarrolla en centros escolares pero también en aulas de cultura o allá de donde se les llame para acercar “la ciencia de forma más simple a grandes y pequeños”.

Un ejemplar de culebra de eskulapio

Un ejemplar de culebra de eskulapio Iñaki Izagirre Egaña

“La serpiente es admirable y eso queremos demostrar, para que la gente la admire como a otro animal”, destaca.

“Las serpientes, como cualquier otro animal, son parte indispensable de los ecosistemas. Nos han dado múltiples beneficios, desde el control de plagas a su veneno, que se ha utilizado para medicamentos”, explica el experto.

El logo de la OMS y de las farmacias es una serpiente, la culebra de esculapio, que tenemos en Gipuzkoa y Euskal Herria”, subraya.

En el País Vasco tenemos unas doce especies de serpientes, incluyendo tres víboras, que son las que tienen veneno”, especifica Romero Iraola. Pero este veneno, quiere dejar claro, “no es comparable con ese veneno de especies que nos enseñan en televisión, como cobras de Asia o serpientes de cascabel de Norteamérica”, puntualiza.

La lista de culebras que habitan en Euskal Herria es el siguiente: culebra lisa europea, culebra lisa meridional, culebra verdiamarilla, culebra de Esculapio, culebra de escalera, culebra bastarda, culebra de collar ibérica, culebra de collar helvética, culebra viperina, víbora de Seoane o víbora cantábrica, víbora de Lataste o víbora hocicuda y víbora aspid.     

Las víboras que tenemos más próximas “utilizan su veneno para cazar, nunca para atacar”. En caso de mordedura lo recomendable es ir al centro hospitalario más próximo o llamar al número de emergencias, aunque “en muy pocos casos es una mordedura letal o muy grave. En un adulto joven y en buen estado de salud no tiene que pasar nada. En gente muy, muy mayor, con problemas de corazón o neonatos sí puede ser peligroso, pero como otras mordeduras”, especifica.

Unos trucos

¿Cómo se puede diferenciar una serpiente de una víbora? “Los ojos son una pista, aunque no es recomendable acercarse para mirarlos. Las culebras tienen la pupila redonda y las víboras la tienen en vertical”, explica el integrante de Aranzadi.

Otro detalle a tomar en cuenta son las escamas de la cabeza: las culebras las tienen grandes mientras que la víboras las tienen pequeñas.

Una víbora cantábrica Iñaki Izagirre Egaña

Hay otro método, “no tan fiable” , que pasa por atender al tamaño: “Cuanto mayor sea la culebra, menos peligrosa es”. Y es que las víboras, en estas lides, no sobrepasan los 55-60 centímetros

En Euskal Herria existen “cuatro culebras que pueden considerarse grandes y superan los 1,20 metros. Dos en la vertiente cantábrica y otras dos en la vertiente mediterránea, pero son inofensivas para el ser humano. Su gran tamaño les sirve para cazar”, explica Romero Iraola.

En la vertiente atlántica, la próxima a la costa, las serpientes se encuentran principalmente “en zonas intermedias entre prados y bosques, donde abundan más las zarzas y donde pueden encontrar lugar para refugiarse y presas para cazar”.

¿Qué hacer cuando nos las encontramos? “Mi recomendación es quedarse quieto y admirarla. La culebra por su propia iniciativa se marchara”, destaca Romero Iraola. “En caso de que nos acerquemos, bien por miedo o bien por entusiasmo, la culebra sí puede sentirse acorralada y puede tender a morder. Como los seres humanos, si nos sentimos acorralados, podemos atacar”, añade.

Mitos por erradicar

¿Todavía hay mucha leyenda que hay que erradicar? Alguna queda, según explica Romero Iraola. “Hay algunos sitios donde se mantiene la idea de que se tiran serpientes de helicópteros a los montes o que las serpientes beben la leche de las vacas”. Ese mito se debe a que “cuando hace frío, en invierno, las culebras se pueden acercar al establo para estar calientes. Solo se calientan, las serpientes no pueden beber la leche como nosotros, no la pueden procesar”, puntualiza. 

Ha influido mucho la cultura judeo cristiana en la que la serpiente se ha visualizado como representación del mal. Es algo que ha arraigado”, afirma.

Durante las charlas, además de erradicar falsos mitos e intentar ofrecer una imagen real de las culebras, se identifican las distintas especies que habitan en Euskal Herria y se llevan “ejemplares muertos de nuestra colección” para contribuir a esta identificación. Estos ejemplares, en su mayor parte, han muerto atropellados, porque en ningún caso Aranzadi mata ninguna serpiente con este fin.

Para contactar con Aranzadi con el objeto de demandar el desarrollo de esta iniciativa, las personas o entidades interesadas pueden dirigirse a iromero@aranzadi.eus o llamar al número de teléfono 943 466142.

El interés por estos animales se mantiene. Lo explica Romero Iraola. “Además de centros escolares nos llaman de ayuntamientos y otras entidades para que la gente que habita en el pueblo esté más tranquila”. “Creemos que va arraigando el mensaje de que las serpientes es mejor admirarlas”, concluye el experto.