El feminismo lo tiene claro: Palestina tiene que estar en la agenda de este 8 de marzo porque Palestina es una cuestión feminista. “La colonización y la ocupación es patriarcal. Lo que sufre el pueblo palestino desde que comenzó la ocupación del mandato británico está entrelazado con la dominación patriarcal. Todas las formas de opresión son similares y están entrelazadas”, explica Jaldía Abubakra, fundadora del movimiento feminista y anticolonialista Alkarama.

Esta mujer forma parte de la diáspora palestina. Originaria de la ciudad de Beerseba (en el sur de la Palestina histórica, hoy en día Israel), nació en Gaza, donde se refugió su familia tras ser expulsada de sus tierras en 1948, y actualmente reside en Madrid. “Este 8 de marzo coincide con un genocidio en curso, en directo, televisado y consentido por las potencias mundiales, así que como mujeres que estamos en lucha, lo natural es que reivindiquemos este 8 de marzo el fin del genocidio”, sostiene.

Décadas de ocupación y militarización, incursiones armadas, así como políticas de bloqueo, segregación y control han tenido un efecto devastador en la población palestina en general, pero ha afectado de manera específica a las mujeres. “Hay numerosos estudios de organismos internacionales y de oenegés palestinas, israelíes y extranjeras que demuestran que la ocupación es la responsable directa de la situación de las mujeres palestinas”, explica Mar Gijón Mendigutía, arabista e investigadora, autora de Historia del movimiento de mujeres en Palestina.

“Numerosos estudios demuestran que la ocupación es responsable directa de la situación de las mujeres palestinas”

Mar Gijón Mendigutía - Arabista e investigadora

“Las mujeres, al igual que el resto de la población, no pueden hacer una vida normal, la ocupación israelí influye en todos y cada uno de los ámbitos de sus vidas; social, cultural, educativo, sanitario, económico… No pueden asistir con normalidad a su trabajo, a la universidad o centro de estudios, al médico o al hospital. Hay numerosas mujeres que han dado a luz en los puestos de control israelíes (ckeck points) dentro de las ambulancias, porque soldados israelíes les negaban el paso, con el peligro que ello conlleva para las madres y los bebés. Tampoco pueden visitar a sus familiares o amistades, sus permisos de estudios son revocados y tardan horas en llegar de una ciudad o pueblo a otro por el muro, las vallas, los controles y bloqueos israelíes de las carreteras en los que diariamente les piden sus documentos y les hacen interrogatorios. También han aumentado los abusos y humillaciones que sufren en los controles por parte de los soldados por lo que muchas mujeres ya no salen de sus casas asiduamente para no pasar por esas situaciones”, explica.

Una realidad que también denuncia Abubakra. “Cuando pasan por los controles militares son humilladas, vejadas o tocadas, registradas por soldados varones. Con esto pretenden que muchas de ellas no vayan a trabajar o no vayan a la universidad si tienen que pasar por cuatro o cinco controles diarios”, cuestiona. Para esta mujer, esto tiene una clara motivación: “El sionismo tiene como objetivo la destrucción de la mujer palestina, no solamente la destrucción física de las mujeres, sino la destrucción de su participación en la lucha”.

“El sionismo tiene como objetivo la destrucción de la mujer palestina, la destrucción de su participación en la lucha”

Jaldía Abubakra - Feminista y anticolonialista palestina

El papel de la mujer en la resistencia es una historia desconocida, pero ha sido fundamental en todas las etapas. “La mujer palestina siempre ha sido una mujer pionera en la lucha, ha participado contra la colonización, ha luchado por sus derechos nacionales y ha formado parte de la resistencia de distintas maneras”, explica la fundadora de Alkarama. Pero, además, su papel es crucial como “guardiana de la identidad palestina”. “Nuestra cultura y nuestra herencia histórica ha sido transmitida siempre por las mujeres, para que no nos olvidemos de nuestros derechos, de nuestra tierra, siempre nos han transmitido que tenemos que volver a nuestra tierra”, explica Abubakra, que denuncia que actualmente, con el asedio a Gaza y el incremento de los ataques israelíes y la represión en Cisjordania, “estamos viendo cómo se ha incrementado esa política de eliminación de la identidad palestina”.

Situación actual

En Gaza, además de ser blanco de los ataques, la población palestina es víctima del castigo colectivo que está ejerciendo Israel sobre toda la franja. Una situación que afecta también de una forma específica a las mujeres. “La situación de las mujeres es especialmente vulnerable, no hay agua, no tienen comida, no hay electricidad, ni combustible, tampoco medicinas… Israel no permite la entrada de la ayuda humanitaria y está utilizando el hambre como arma de guerra. Mujeres están dando a luz en tiendas de campaña sin ningún tipo de condiciones para ello, neonatos han muerto porque no había electricidad para que funcionasen las incubadoras y porque Israel ha desalojado por la fuerza distintos hospitales, las mujeres no producen leche por la falta de alimentos y tampoco hay leche en polvo, no tienen compresas cuando tienen la menstruación, no tienen agua para asearse, los baños los comparten cientos de personas en los colegios que se están utilizando como refugio, y no hay baños ni ninguna intimidad en los lugares donde se han establecido las tiendas de campaña, con lo que esta situación conlleva especialmente para las mujeres y niñas”, detalla Gijón Mendigutía, profesora de Historia Contemporánea en la UPV/EHU.

“El movimiento de mujeres sigue resistiendo, pero necesita del apoyo internacional”

Mar Gijón Mendigutía - Arabista e investigadora

“Ya antes del 7 de octubre, muchas mujeres con cáncer de mama no tenían acceso a tratamiento porque no permiten la entrada de medicamentos de quimioterapia”, apunta, por su parte Abubakra. Otra situación que alarma es la de las presas en cárceles israelíes. “Ahora, por ejemplo, ha subido el número de mujeres presas en cárceles sionistas, sometidas a humillaciones, torturas y maltratos. Hay informes de Naciones Unidas que hablan de violaciones. Las han desnudado, las han dejado ahí, para herir su dignidad”, denuncia.

Imagen estereotipada

Abubakra lamenta la imagen estereotipada que se da de la mujer palestina en Occidente “como una mujer sumisa”. “En un país que está luchando por la liberación nacional reducimos la lucha de las mujeres, árabes, musulmanas, al tema de la vestimenta. Y, en lugar de ayudarlas a liberarse de la ocupación, pretendemos liberarlas de algo sin contar con su opinión. La gente tiene que entender que nosotras somos capaces y estamos capacitadas para luchar por nuestros derechos, lo que necesitamos es que nos ayuden a liberarnos de un patriarcado superior que es la colonización”, lanza.

Y concluye: “Nunca pretendemos decir que vivimos en una sociedad en la que no hay patriarcado, por supuesto que lo hay, en eso estamos todos. Pero hay que tener claro que no puede haber mujeres libres sin una patria libre”.

Movimiento de mujeres

El movimiento feminista también trabaja por los derechos de las mujeres al interior de Palestina. “El movimiento de mujeres hace un gran trabajo y esfuerzo para cambiar las leyes palestinas, por ejemplo, en el divorcio y las condiciones de trabajo, pero no hay una constitución palestina que las ampare y son leyes que se van haciendo”, explica Mar Gijón Mendigutía. “Todo está siempre condicionado por la situación externa que es la ocupación israelí y más ahora. Las leyes no pueden salir adelante sin un Parlamento y el palestino en Cisjordania está cerrado y muchos de sus miembros encarcelados, y en Gaza Israel lo ha volado”, concluye la investigadora.