“No aceptó su enfermedad, la obesidad, y murió por ello” o “este es el futuro que os espera a todas las gordas” son dos de los muchos comentarios de este tipo publicados en las redes sociales de varios periódicos tras el fallecimiento de la actriz Itziar Castro y analizados en un proyecto sobre el papel que juegan los medios de comunicación en el desarrollo de la gordofobia y la obesofobia. Su investigadora principal, Miren Rodríguez, presentó ayer un adelanto en una jornada organizada por la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV/EHU y la Asociación y Colegio Vasco de Periodistas, entre otros.

¿Siempre ha habido gordofobia o se ha visto potenciada por el culto al cuerpo y las redes sociales?

Siempre ha habido, pero ahora se denuncia más. Consciente o inconscientemente siempre nos han dicho gorditos o gorditas, siempre hemos pensado: Jo, esta chica, cómo se está poniendo y la culpabilizamos de no haberse cuidado sin saber lo que ha pasado. El tema de las redes sociales, con todas las imágenes de chicos y chicas perfectos, no ayuda precisamente. Además, en las redes podemos comentar desde el anonimato y eso nos da una libertad muy peligrosa, donde hay que poner unos límites. Siempre ha habido el gafotas, el gordo, el rarito... Ya está bien.

Resulta raro oír a un chaval meterse con otro por llevar gafas, pero el insulto de gordo o gorda persiste.

Exacto, incluso desde muy pequeños, desde el colegio, lo pasan muy mal. Habría que estudiar cuántas personas sufren bullying por estar gordas. Por llevar gafas o aparato, nada. De hecho, parece que es algo que te diferencia del resto, pero por ser gordo y, sobre todo gorda, te señalan.

¿Les afecta más a las mujeres?

Mucho más. En general la gordofobia es más bien gordafobia porque las burlas van hacia ellas. En el estudio hemos analizado miles de vídeos de YouTube, tuits y tiktoks y hemos visto que se las culpabilizaba, se les decía que estaban así porque no se movían o se ponían moradas y se usaban términos como cerdas. Aparecían imágenes de la película Cerdita junto a personas gordas, muy hirientes, vídeos muy duros. Se sabe por numerosos estudios que se suben tiktoks para burlarse de los compañeros en los institutos y en los colegios desde Primaria. Hay que tener cuidado.

Cuando falleció Itziar Castro se desató una ola de gordofobia en las redes. Parece que su trabajo como actriz pasó a un segundo plano.

Hubo miles de mensajes de condolencia, pero entre ellos se colaban mensajes de odio, donde se la juzgaba por ser lesbiana, mujer y gorda. Lo último era que era actriz. Además, se la culpabilizaba por no cuidarse e incluso de su propia muerte. Eso es una vergüenza. También se decía que no estaba muy bien, que era activista de Stop Gordofobia... Se asocia estar gorda con tener problemas mentales cuando los hemos tenido, tenemos y vamos a tener casi todos en algún momento. Habría que pensar de dónde vienen esos problemas psicológicos: será de que ha sufrido gordofobia social, laboral, médica.... No nos damos cuenta, pero la gordofobia existe y también la microgordofobia. En cuanto vemos a una persona gorda en el autobús, pensamos: cómo está este, si no va a entrar.

A las personas que padecen otros trastornos o patologías no se las juzga de una forma tan cruel.

Cuando una persona tiene diabetes no se la juzga, no recibe esos mensajes hirientes ni presuponemos que la tiene porque se ha puesto a comer un montón de dulce porque sabemos que hay un componente genético muy importante. También en la obesidad. Las personas que sufren gordofobia lo que piden es respeto porque nadie sabe por lo que están sufriendo.

¿Quién puede estar detrás de esos mensajes gordófobos en las redes?

No lo sabemos. Sí que hemos encontrado tanto en YouTube como en TikTok varias comunidades o grupos donde los mensajes tienen el mismo tono. Una de ellas es la de los negacionistas de la gordofobia. En algunos casos, al estar asociadas al tema sexual, donde se critica a la actriz por ser lesbiana, se identifica una ideología un poco retrógrada. También hay una chica que tiene un canal de YouTube y habla de casi todo sin saber casi de nada y la culpabiliza por su peso. No son expertos, pero en algún momento tuvieron un pico de audiencia porque se pusieron a hacer gimnasia o hicieron una gracia y la gente les sigue más allá de lo que digan.

Dice que YouTube es la red del “odio” y TikTok la del “amor”.

Sí, por los mensajes que hemos visto tan contradictorios. Primero analizamos YouTube y dijimos: qué violencia, qué vídeos tan duros con una persona que acaba de fallecer y que no le ha hecho nada a nadie más que ser actriz. Sin embargo, en TikTok los mensajes estaban cargados de miles de corazones y eran condolencias sinceras: Siempre te voy a tener en el alma, muchas gracias por las películas que has hecho... De una manera positiva se relacionaba por lo que es conocida, que es por ser actriz más allá de ser gorda. Se humanizaba el discurso, no se centraba en el odio.

¿Qué responsabilidad tienen los medios en todo este asunto?

Tenemos una responsabilidad muy importante, creamos opinión pública. En televisión ha habido muchos programas donde el espectáculo sobre el fallecimiento de esta mujer ha sido tremendo, pero en general tenemos una responsabilidad. En las redes sociales parece que se puede decir cualquier burrada y no pasa nada porque no tenemos una legislación que actúe como tal. En las redes que pertenecen a medios de comunicación se presupone que hay un community manager que filtra los mensajes, pero si no te están insultando de manera directa con palabrotas... Cuando a una persona se la culpabiliza o ridiculiza, esos mensajes de odio también deberían estar controlados.

No parece una tarea fácil.

En los medios tenemos mucha precariedad, pero con los grupos más vulnerables, que siempre están en la diana de todas las burlas y memes, eso se debería controlar. Cuando veamos un caso como este, donde hay una injusticia, tenemos que denunciarlo y en algún momento alguien tendrá que decir: Pues hasta aquí los mensajes, esto no se publica.