Más 1,2 millones de personas se tratan en el Estado con medicamentos que deben retirar en un hospital. Si pudieran hacerlo en una farmacia comunitaria, se ahorrarían 11,6 millones de visitas al hospital, más de 116 millones de euros al año en gastos y 12,4 millones de horas en desplazamientos.

Son los cálculos que el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) hace en el informe "Evaluación de Experiencias de Dispensación Colaborativa de Medicamentos de Diagnóstico Hospitalario y Dispensación Hospitalaria (DHDH) y Recomendaciones de Buenas Prácticas", presentado este martes durante el 23 Congreso Nacional Farmacéutico que se celebra en València.

Los programas de dispensación colaborativa empezaron en algunas comunidades en 2020 para acercar y mejorar la calidad de la atención farmacéutica a estos pacientes en plena pandemia de covid-19. A día de hoy, solo los han mantenido o mejorado cinco -Andalucía, Cantabria, Catalunya, Navarra y Comunitat Valenciana-.

Aunque es algo que está en estudio por parte de todas las autonomías y del Ministerio de Sanidad, que han creado a tal efecto un grupo de trabajo con el que evaluar la dispensación colaborativa.

"Tenemos que quitarnos alguna excusita que teníamos para afrontar este reto", que responde a una demanda de la población, ha asegurado el director general de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) y de Farmacia, César Hernández.

64 minutos, 31 kilómetros y 10 euros

Casi 30.000 pacientes de estas cinco comunidades se han visto beneficiados de estos programas -4.300 al año-; y las farmacias comunitarias participantes, casi el 60 % de las que pueden hacerlo, han entregado 480.242 envases de medicamentos de dispensación hospitalaria -69.500 al año-, con apenas 700 incidencias registradas.

Por cada año de funcionamiento de los cinco programas se han evitado cerca de 41.000 visitas a los hospitales y un ahorro de más de 400.000 euros en el gasto total de bolsillo de los pacientes por desplazamientos al hospital.

El estudio también ha medido el ahorro en tiempo -43.000 horas al año en desplazamientos-, distancia -casi 1,3 millones de kilómetros, dinero -2,3 millones de euros- y sostenibilidad -más de 100 toneladas de CO2-.

Del análisis de estos cinco programas, se ha estimado una mediana de 31 kilómetros de distancia por desplazamiento, una duración de 64 minutos por visita -que resulta de la suma de los 51 minutos necesarios para trasladarse desde el domicilio hasta el hospital y regresar y los 13 minutos de espera para recoger el tratamiento- y 10 euros de gastos.

Casi un cuarto ha tenido que faltar al trabajo alguna vez

Haciendo una extrapolación al conjunto del Sistema Nacional de Salud, si esta iniciativa se extendiera a todos los pacientes en tratamiento con medicamentos de dispensación hospitalaria en el Estado, que rondan los 1,2 millones, estas personas podrían recuperar más de 116 millones de gastos de bolsillo en las 11,6 millones de trayectos que tienen que hacer.

Trayectos en los que pierden 12,4 millones de horas que, evaluadas en términos de productividad, se traducen en 652 millones de euros; el ahorro del impacto ambiental sería de 31.000 toneladas de CO2.

Según una encuesta a pacientes que recoge el informe, el 48 %, reside a más de 20 kilómetros del hospital y un 19 % a más de 50. El 69 % llevan más de 3 años en tratamiento de dispensación hospitalaria, y un 21 % llevan 10 años o más.

Casi un cuarto (22,9 %) ha tenido que faltar a su trabajo alguna vez para poder recoger su medicación, un recorrido en el que el 58 % gasta 5 euros o más y el 29 % más de 15 euros.

Lo que más valoran los pacientes sería evitar el tiempo en trasladarse (98 %) y el ahorro de dinero (94 %), así como la mayor amplitud de horarios (69 %); aunque el 65 % no encuentran ventajas en la dispensación hospitalaria, el 21 % siente que el farmacéutico hospitalario le explicaban con más detalle los medicamentos.