June Yamaguchi ha recibido hoy el premio Mahasti Jauna como reconocimiento a su trabajo de difusión del txakoli en su tierra natal, Japón.

Yamaguchi, afincada en Donostia y apasionada de la cultura vasca, ha destacado del txakoli que es un producto que “lo vivo y lo bebo. La primera vez que vine a Donostia, a finales de los años 90, me encantó este vino local tan fresco”.

Asimismo, ha bromeado con que sus amigos le aconsejaron no beber demasiado, pero no hizo caso y el txakoli no le causó ningún daño, sino “todo lo contrario”.

Para Yamaguchi, es fundamental el esfuerzo de la Denominación de Origen Getariako Txakolina a la hora de evolucionar el producto de manera constante. “Su sabor y calidad siempre van en aumento”, ha asegurado.

La japonesa también ha hecho referencia a los bonitos recuerdos que le trae esta bebida: “Seguramente le tengo tanto cariño porque nunca me ha producido una resaca terrible”, ha expresado entre risas.

Sobre la magia del txakoli, la homenajeada ha resaltado que “nos hace sentir abiertos, nos divierte y ofrece momentos agradables con quienes lo compartimos”.

Estas vivencias tan positivas experimentadas gracias al txakoli le han regalado a Yamaguchi “hermosas amistades”.

Con los años, tuvo la oportunidad de conocer a diversos productores de Denominación de Origen, con el objetivo de adquirir un conocimiento más profundo.

“Este vino tan especial trae el sabor de la costa vasca. No solamente estoy enamorada del txakoli, sino también de esta tierra”, ha expresado Yamaguchi, cuya relación con el producto se intensificó cuando comenzó a participar en el proyecto europeo Caprice, desde 2019 hasta 2023.

Mi labor en este proyecto fue promocionar el txakoli en Japón. Me dediqué en cuerpo y alma y aprendí muchísimo. Pude desarrollar mi pasión. Mi deseo es seguir aportando y dar lo mejor de mí para esta causa", ha apuntado Yamaguchi, agradecida.

Acerca de la homenajeada, Bittor Oroz, viceconsejero vasco de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria, ha resaltado que es un premio muy merecido por su imprescindible labor. También se ha referido a las similitudes entre el mercado japonés y el vasco: “El mercado japonés tiene un carácter muy particular. Ellos no solamente buscan un producto de calidad, sino también que ofrezca un valor añadido a nivel cultural”.

“Por eso, hay que tener muy claro cómo transmitimos nuestra identidad a países como Japón, tan anclados en sus raíces y avanzados al mismo tiempo. En Euskadi también respetamos enormemente nuestro pasado, hoy representado por el txakoli de Getaria”, ha expresado Oroz.