Ocho de cada diez alumnos terminan su etapa de enseñanza Primaria (LH6), como de Secundaria (DBH4), superando el nivel de rendimiento inicial y se sitúa en lo que podríamos calificar de aprobado, tanto en las competencias lingüísticas (euskera, castellano e inglés), matemáticas, como científicas, así como en una nueva categoría analizada: la competencia para aprender a aprender y pensar por sí mismo. Pero entre el otro 20% que no cumple los objetivos marcados, destaca el colectivo de alumnos provenientes de familias con un nivel socioeconómico y cultural bajo, que se “reparten de forma desigual en los centros educativos”, y recalan principalmente en la red pública, lo que “condiciona el día a día” de muchos centros y se nota en las calificaciones.
Así lo muestran las evaluaciones del perfil de salida del alumnado de final de etapa de Educación Primaria y de Educación Secundaria Obligatoria de Euskadi, aunque en los últimos cuatro años se intuye también que a los alumnos y alumnas vascas se les han atascado las matemáticas y las materias de índole científica, en las que sin obtener malos datos, el retroceso con respecto a la última evaluación, cuatro año antes, es evidente.
Mejora el inglés y bajan las 'mates'
Es decir, aunque la ratio del alumnado que supera las competencias iniciales se mantiene muy alta en competencia matemática y científica, ha disminuido de forma notable el porcentaje de alumnos con nivel avanzado y ha engordado el grupo medio.
La evaluación realizada por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación (ISEI-IVEI) en 2022 a los alumnos de 117 centros educativos de Primaria y Secundaria muestran una “evidente mejora” de los alumnos de sexto curso en la competencia en comunicación lingüística en inglés con respecto a los datos de 2018 (+6,8 puntos), el aspecto más destacable de todos en el lado positivo, mientras que las competencia en comunicación lingüística en euskera se mantiene, baja levemente la de castellano y se estrellan las de matemáticas y competencia científica, que baja 11 puntos.
El alumnado de familias con un bajo nivel socioeconómico y cultural tiene cuatro veces más de posibilidades de no alcanzar un rendimiento escolar suficiente
Mientras que en secundaria, en cuarto de ESO, sube casi siete puntos el euskera, se mantienen el castellano y el inglés y baja la competencia matemática nuevamente, casi cinco puntos. Ahora bien, persisten tres diferencias importantes que afectan a los resultados: la social y económica, la lingüística y la de género.
Sin embargo, a efectos de equidad del sistema, llama la atención que los y las alumnas que provienen de una familia con un bajo nivel socioeconómico y cultural, tienen cuatro veces más de posibilidades de encontrarse en un nivel inicial de una competencia, es decir, en un rendimiento insuficiente. Y aunque el sistema educativo tiene “cierta capacidad para igualar las diferencias”, también importa el centro en el que estudiamos.
Relación directa con las notas
Es decir, existe una “relación directa entre el índice socieconómico y cultural (índice ISEC)” de las familias del alumnado y sus resultados. A menor nivel socieconómico, peores resultados. En general, subraya el informe del ISEI-IVEI, la relación es más fuerte en 6º de EP, que en 4º de ESO, y más importante en matemáticas que en la competencia lingüística en euskera.
Así lo muestran las Evaluaciones Diagnósticas del final de etapa, realizadas a partir de 2009, así como las evaluaciones internacionales de PISA, desarrolladas cada tres años desde el año 2003. ES decir, las diferencias sociales y económicas están relacionadas con el rendimiento académico y los logros educativos.
Estas diferencias económicas y sociales son, además, un elemento determinante que “se mantiene en el tiempo y se muestra de forma estable”, “condicionando el día a día” de muchos colegios, según determina el propio ISEI-IVEI, ya que las diferencias individuales se “distribuyen de forma desigual en los centros educativos”, lo que tiene un “impacto directo en los logros educativos de las competencias evaluadas”.
Los centros públicos tienen un 24,3% del alumnado en las puntuaciones de cinco y menos frente a un 13,8% de los concertados, donde también son más los que superan el 8 (52,9%)
Y la distribución del alumnado en las diferentes calificaciones es bastante diferente en las dos redes. Es decir, “no es equitativa”, concluye el informe, ya que el estrato de enseñanza fuera del modelo D y de la red pública es el que tiene el mayor porcentaje de alumnado con un nivel de ISEC bajo, en las dos etapas educativas, y se ha incrementado llegando en 4º de ESO hasta el 70% del alumnado escolarizado en estos centros y modelos.
Se ve que en general los centros públicos tienen el doble de alumnado de ISEC bajo que los concertados y en torno a la mitad de alumnado de ISEC alto. Esta situación “es común en 6º de EP y en 4ª de ESO”.
En consecuencia, los centros públicos tienen más alumnado en las puntuaciones de 5 y menos puntos (un 24,3 % de alumnado frente a un 13,8 %), mientras los centros concertados tienen más en las notas de 8 puntos o más (un 52,9 % frente a un 48,8 % de los públicos).
Centros a seguir
Por otra parte, aunque la influencia del ISEC en los resultados es importante, hay muchos centros que consiguen resultados muy por encima de los esperados en función del índice socioeconómico y cultural de su alumnado. Y también peores. Si nos atenemos a la competencia matemática, por ejemplo, el estudio de evaluación realizado por el ISEI-IVEI muestra que de los 27 centros muestreados con ISEC muy bajo, 11 ofrecen un rendimiento mejor al esperado, aunque es cierto que sólo tres se sitúan al borde de la media, sin alcanzarla.
Por el contrario, cinco centros de los 26 que se sitúan en el estrato más alto de nivel sociocultural, están por debajo de la media y una decena, por debajo de lo esperable. En el caso de los centros con un nivel ISE medio-bajo, las diferencias son prácticamente inexistentes con respecto a los de nivel medio-alto.
El último informe de evaluación del ISEI-IVEI constata que el alumnado vasco de Primaria y Secundaria retrocede en matemáticas y competencia científica respecto a 2018
El propio estudio analiza el caso de dos centros con ISEC muy próximo, casi idéntico, en la franja media, en el que la distancia en resultados entre uno y otro enorme, por encima de 50 puntos, con un centro que obtiene un resultado en matemáticas en LH6 por debajo de los esperados en función de su ISEC, en un caso, y con otro que obtiene resultados muy por encima en el otro.
Un 41% de los centros en el resultado por debajo de lo esperado, un 16,2% esperado y un 31,6% esperado. Y un 11,1% muy por encima de lo esperado en función de su índice ISEC. El informe indica que estos últimos pueden servir de referencia a otros centros que, en sus mismas circunstancias, tienen dificultades para encontrar la respuesta educativa apropiada a las características específicas de su alumnado, por múltiples y diferentes motivos.
¿Se está logrando la equidad?
La equidad educativa, por tanto, se sitúa como una “cuestión de primer orden en las agendas políticas sobre educación y representa actualmente una de las mayores preocupaciones sociales y de los gobiernos”, según recoge el propio ISEI-IVEI. El objetivo es lograr que el desempeño académico de los estudiantes dependa de sus capacidades y de su esfuerzo y no de las circunstancias determinadas por su origen social, cultural o económico.
La diferencia de resultados entre el alumnado escolarizado en centros nivel más alto de ISEC y el de centros de nivel más bajo en 6º de Educación Primaria se ha reducido entre las dos ediciones de la evaluación diagnóstica de fin de etapa. Sin embargo, la forma de reducir las distancias es muy diferente en una competencia y en otra. En comunicación lingüística en euskera, los resultados de los centros de ISEC alto se han mantenido estables, y los que han reducido la distancia han sido los centros de nivel de ISEC bajo, que se han acercado a la puntuación de los otros centros.
En matemática, sin embargo, también se ha producido la subida de puntuación de los centros con ISEC bajo, pero esta ha sido más moderada y el acercamiento se ha producido por un descenso en la puntuación de los centros con ISEC alto.
En los últimos cuatro años se ha reducido el porcentaje de alumnado que proviniendo de situaciones desfavorecidas obtienen competencias avanzadas: son uno de cada diez
En el estudio anterior (2018), en 6º de Primaria, un 28,6 % del alumnado de ISEC bajo se situaba en el nivel de rendimiento inicial cuando solo lo hacía un 7,1 % del alumnado con ISEC alto, lo que indica que una alumna o alumno de ISEC bajo tiene 4,1 veces más probabilidades de encontrase en el nivel inicial de la competencia matemática que alguien de ISEC alto.
Si lo comparamos con la evaluación de 2022, vemos que esta probabilidad ha disminuido (hasta ser de 3,9 veces), lo que habla de una mayor equidad, sin embargo, ésta se produce por un incremento en el alumnado del nivel inicial, que no es el tipo de mejora en la equidad que se pretende. En 4º de ESO el movimiento es diferente: la equidad disminuye, al aumentar la distancia entre el porcentaje de alumnado de ISEC alto y bajo en los niveles iniciales, al comparar las dos evaluaciones.
Otro dato preocupante es que en la encuesta de 2022 se reduce el alumnado con resiliencia académica en relación a 2018. Es decir, en los últimos cuatro años ha disminuido el porcentaje de ese alumnado que a pesar de tener una situación socioeconómica desfavorable, ofrece buenos resultados académicos y competenciales.
En el último informe se muestra que alrededor de uno de cada diez chicas y chicos de entornos desfavorecidos de 6º de Primaria y de 4º de ESO obtiene resultados altos, se encuentran en el nivel avanzado.
Y afecta directamente a la inmigración, ya que el alumnado autóctono consigue en todas las competencias unos resultados significativamente más altos que el alumnado de origen extranjero. Estas diferencias se han reducido en 4º de ESO en las competencias lingüísticas y son menores en castellano (13 puntos) que en euskera (31 puntos), pero han aumentado en Educación Primaria en los últimos cuatro años. La diferencia también es notable en la competencia matemática en las dos etapas y en las dos evaluaciones realizadas (2018 y 2022).
Las mujeres obtienen calificaciones por encima de la media y mejoras a los hombres en todas las competencias, salvo en matemáticas
Chicas y chicos
También hay diferencias importantes en las calificaciones obtenidas entre mujeres y hombres. Las chicas obtienen mejores resultados que los chicos en las competencias en comunicación lingüística en euskera, castellano e inglés en ambas etapas. Las puntuaciones de las chicas en en ese ámbito están, de hecho, por encima de la media de Euskadi y las de los chicos están por debajo, siendo las diferencias en ambos casos estadísticamente significativas, y mayores en DBH4 que en LH6. Por el contrario, los chicos obtienen mejores resultados que las chicas en la competencia matemática, tanto al término de Primaria, como de Secundaria.
Sólo un 16% obtiene competencia científica avanzada
Competencia lingüística en castellano: entre un 83,2% y un 84,5% del alumnado supera el nivel de rendimiento inicial de esta competencia. En sexto aumenta y en cuarto se mantiene estable al comparar con 2018. Pero baja mucho en los últimos cuatro años el porcentaje de alumnos que obtienen una competencia avanzada. Del 23,4% al 18,6% en Secundaria y de 21,1% a 19,74% en Primaria.
Competencia lingüística en inglés: el 86% en Primaria y el 79,5% en secundaria supera el nivel de rendimiento inicial.
Competencia lingüística en euskera: superan el nivel inicial un 68,8% al término de Primaria, y un 79,2% al finalizar Secundaria. El dato baja en Educación Primaria con respecto a 2018, que arrojó un 71,7% y sube en Secundaria, que era del 72%.
Competencia en matemática: un 81,7% del alumnado supera el nivel inicial al finalizar la Educación Primaria (83,3% en 2018), y un 78,2% lo hace a la conclusión de Secundaria (80,4% en 2018).
Competencia científica: en sexto de primaria, el porcentaje de alumnado que superaba el nivel inicial en competencia científica ha disminuido un 13,4% en cuatro años. En 2018 un 80,3% superó el nivel inicial y en 2022 sólo lo hizo un 66,9%. Por su parte, aunque un 81,8% de los alumnos de cuarto de ESO (primera vez que se les hace esta prueba) supera el nivel inicial, sólo un 16% alcanza un nivel avanzado. La rama de física y química es la que ofrece un peor bagaje, con un 24,9% que no alcanza el nivel medio.
Competencia Aprender a pensar: un 78,9% supera el nivel inicial en Primaria y sólo un 12,5% tiene un nivel avanzado, mientras que en Secundaria, un 81,6% supera el nivel inicial y destaca el alto porcentaje de niveles avanzados (34,4%).