El ecosistema emprendedor vasco lidera un año más el ranking estatal, con una valoración que supera la media europea y similar a la de EEUU. Sin embargo, los valores de cultura emprendedora suponen “el mayor déficit del ecosistema emprendedor vasco” y el miedo al fracaso es el “factor barrera más importante para un impulso definitivo de la actividad emprendedora en Euskadi”. Son algunos de los datos que arroja el informe Global Entrepreneurship Monitor Comunidad Autónoma del País Vasco 2022-2023, elaborado por el Observatorio de Emprendimiento Vasco-Euskal Ekintzailetzaren Behatokia, EEB-OVE.

Según esta investigación, basada en una encuesta realizada a más de 4.300 personas en el territorio, se observa una mejora “generalizada y estable” de resultados del emprendimiento vasco tanto en cantidad como en calidad, y por otro parte, subraya que, tanto en el ámbito estatal y europeo, no se consigue impulsar “de manera decidida valores de cultura emprendedora”.

En concreto, por segundo año consecutivo, Euskadi ocupa una posición de “claro liderazgo” con respecto al resto de regiones españolas, en el entorno europeo ostenta la tercera posición tras Países Bajos y Letonia, y en la comparativa internacional recibe una valoración pareja a la de EEUU. En definitiva, Euskadi “conserva estable su posición de liderazgo como contexto emprendedor a imitar, un factor de oportunidad que podría aprovecharse para la atracción de talento e iniciativas emprendedoras exitosas al territorio”.

Los retos fundamentales del ecosistema emprendedor vasco suponen mantener la intensidad de impulso que se ha desarrollado de forma decidida durante los últimos años, “con especial foco en acciones de desarrollo del talento emprendedor que favorezca una mayor asunción de riesgos empresariales en la población y la legitimación del emprendimiento como una opción profesional valiosa y accesible”. 

Perfil de la persona emprendedora

El estudio señala que la tasa de actividad emprendedora (TEA) en Euskadi aumenta ligeramente respecto al año anterior, ya que en 2022, un 5,2% de la población entre 18 y 64 años ha estado involucrada en la creación de un nuevo negocio de hasta 3,5 años de vida (4,9% en 2021). Si se compara con la media histórica de este indicador desde el año 2004, la TEA 2022 en Euskadi se sitúa seis décimas porcentuales por encima de esa media (4,6%), lo que afianza “una senda estable de recuperación” tras una década de 2010 donde eran habituales tasas de actividad emprendedora por debajo del 4%.

Por otra parte, la población emprendedora en fase consolidada desciende por tercer año consecutivo hasta situarse en el 4,9%, casi dos puntos porcentuales por debajo de la media de este indicador en el periodo 2004-2022 (6,7%). No obstante, pese a descender ligeramente respecto al año anterior, la tasa de emprendimiento potencial sigue siendo alta (7,6%) si se compara con la evolución histórica, ya que está dos puntos porcentuales por encima de esa media en el periodo 2004-2022 (5,6%).

El 1,7% de la población del País Vasco abandonó un negocio en 2022, si bien una parte significativa de estos (38,1%) siguieron funcionando bajo una nueva propiedad, lo que sitúa la tasa real de cierre en 2022 en el 1%.

El estudio destaca que se consolida la desaparición de la brecha de género en la actividad emprendedora y, respecto al perfil de la persona emprendedora en Euskadi, se mantiene estable la edad promedio de la población emprendedora en fase inicial en Euskadi, que se sitúa en 43 años. En la comparativa internacional, Euskadi destaca por tener una población emprendedora en fase inicial con una edad particularmente avanzada. 

El estudio subraya el aumento de la proporción de población emprendedora (potencial y TEA) que cuenta con estudios superiores y de posgrado. Un 62,6% del TEA en Euskadi tiene estudios universitarios (58,8% en 2021). En el caso de las personas emprendedoras potenciales, esta proporción se sitúa en el 58,6% (52,6% en 2021).

Objetivo: ganarse el sustento

Por otro lado, sigue sin descender la proporción de personas que han emprendido como vía para ganarse la vida ante la ausencia de otro trabajo (69,2%), a gran distancia del peso que representaba este motivo en el año 2019 (32,2%). Por el contrario, la creación de riqueza o la posibilidad de generar una renta muy alta fue una razón esgrimida por el 27,2% de la población emprendedora (34,7% en 2021), muy lejos del 67,7% que alcanzaba en 2019. 

Más peso del sector industrial 

Sobre los negocios creados por personas que emprenden en Euskadi, se mantiene relativamente estable la distribución sectorial de los proyectos en fase inicial. Un 62,4% se concentran alrededor de servicios tradicionales. Además, aumenta el peso de los proyectos de emprendimiento en el sector industrial (7,7% frente al 4,3% en 2021) y se mantienen los datos de negocios creados en el sector primario (1,3%).

El estudio señala que se incrementa la proporción del TEA que cuenta con algún empleado (33,8% frente al 29,3% en 2021) y se da un récord en la proporción de negocios en fase inicial que cuentan con más de cinco empleados (10,6% frente a un promedio del 5,9% en el periodo 2011-2022).

Por otro lado, 15.000 euros ha sido la mediana del dinero utilizado por la población emprendedora en Euskadi en sus primeros 3,5 años de vida. Un 72,6% ha utilizado ahorros personales (un 33,8% solo ha empleado esta vía) y uno de cada cuatro (26,1%) se ha financiado mediante aportaciones procedentes del núcleo familiar o las amistades.

DATOS

5,2% AUMENTA LA TASA

La tasa de actividad emprendedora (TEA) ha aumentado en 2022, alcanzando un 5,2%.

43 AÑOS

Es la edad promedio de la persona emprendedora vasca. 

15.000 EUROS

Ha sido el capital medio utilizado en los primeros 3,5 años de vida del proyecto.