Ebru Baybara ha reconocido sentirse “muy emocionada” por el premio. La chef descubrió hace más de dos décadas que la cocina podía llevar a las mujeres a ocupar el lugar que la “mentalidad feudal” de Mardin les negaba. Desde entonces, su labor ha ido creciendo y ha desarrollado proyectos que implican a los refugiados sirios.

Para Ebru Baybara, “significa mucho” recibir el galardón en el centenario de la república turca fundada por Kemal Atatürk, que “allanó el camino a las mujeres para que fueran educadas y se sintieran seguras de sí mismas”.

Ella nació en la provincia de Mardin, a la que ha acabado por regresar, cerca de la frontera con Siria, aunque pronto se trasladó con su familia a Estambul porque su padre quería que sus hijas recibieran una educación lejos de “una cultura donde los chicos eran tradicionalmente más importantes”.