Otro de los programas en los que ha participado la Guardia Municipal, viajando hasta Lituania, es el proyecto Darlene de lucha contra la violencia y el terrorismo, proyecto éste que está trabajando, por ejemplo, en un sistema integrado de Realidad Aumentada.

Simplificando, este sistema consistiría en unas gafas que llevaría el o la policía y que al acercarse a una persona sospechosa, gracias al reconocimiento facial y otros datos influidos en la ficha, posibilitaría saber si, por ejemplo, sobre esa persona existe una orden de búsqueda o si es peligrosa. También puede valorar “si esa persona está nerviosa por sudoración excesiva o palpitaciones”.

Pero, abunda García, todavía son varios los extremos que quedan por afinar en esta materia. Por ejemplo, destaca: “Parece que para que las gafas funcionen hay que estar relativamente cerca y si es así me puede dar un tortazo porque se da cuenta”.

Este dispositivo tiene la utilidad de detectar las armas cuando, por ejemplo, la situación de peligro se da en un sitio oscuro. En este caso, la gafa puede avisar de la existencia de armas.

“Lo que al principio iba en un casco casi de combate, ahora va en unas gafas, por lo que a futuro las mejoras serán evidentes. Quedan cosas susceptibles de mejora, como la forma en la que se incluye la información sobre esas personas para que las gafas puedan acceder a la misma”, señala García.

Pero, sea cual sea la posibilidad de aplicación o utilidad de cada herramienta, “es importante colaborar en los proyectos porque te ayuda a coger ideas”. 

En la lista de proyectos europeos en los que, de una manera u otra, ha intervenido la Guardia Municipal de Donostia se halla uno, que se probó en la ciudad, que consistía en poner a disposición de las y los comerciantes una aplicación que les permitía tener “línea directa” con la policía con el objeto de avisarle de forma inmediata cuando ocurre cualquier incidente

 Fue con esta experiencia cuando comenzó a fraguarse la relación con la Guardia Municipal de Valencia. “Es una policía mucho más grande y no podemos participar en todos los proyectos de los que nos informan”, puntualiza García. “Algunas veces tenemos que decir que no podemos, porque hay limitaciones diversas”, añade.

Pero en ese afán de mejorar el servicio, explica García, otra faceta del trabajo policial sobre la que se está trabajando es la de la lucha contra la ciberdelincuencia, buscando “evitar y reducir el número de ciberdelitos, que empiezan a ser el número uno en delitos por la facilidad con la que se realizan”.

Medir las fuerzas

Josu García reconoce que no todas las iniciativas en las que la Guardia Municipal toma parte pueden implementarse en la ciudad. “Una cosa es lo que nos interesaría, a priori, a nivel operativo, y otra lo que se puede aplicar o financiar. Hay que poner los pies sobre la tierra. Los planes europeos son muy ambiciosos”.

A la Guardia Municipal de Donostia le tocó, apunta el subinspector, aportar una dosis de realismo en lo que se refiere a la atención y protección de las víctimas de violencia de género. “Hay que valorar muchas cosas, aspectos tan importantes como si la víctima tiene familia o no, si tiene soporte cercano, si es de esta comunidad...”. 

Son todos estos factores los que condicionan la forma en la que se tiene que responder. “Es muy complicado. Para los que trabajamos con las víctimas que ocurran cosas como la desaparición de una mujer es nuestro terror. Así lo vivimos”, concluye.