El gasto en vivienda, la inflación y las escasas ayudas a las familias con niños están lastrando la recuperación de los hogares: más de 12,3 millones de personas se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social.

Navarra es la comunidad autónoma con mejores cifras en la tasa AROPE (estar en riesgo de pobreza, carencia material o baja intensidad del empleo). La Comunidad Foral es la que presenta la tasa más baja, un 14,5 % en 2022.

Son datos del estudio "El estado de la Pobreza 2022" de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) que analiza la relación entre las tasas de pobreza y exclusión social con elementos como la vivienda, el género, la edad o la influencia del hábitat.

"El coste de la vivienda, la brecha de género y el apoyo insuficiente a las familias con menores se constituyen como elementos clave para la generación de pobreza en España", ha explicado Carlos Susías, presidente de la red en la presentación este martes de la investigación, en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

Los pobres gastan más en vivienda

El gasto dedicado a la vivienda entre la población en pobreza equivale casi al 40 % de los ingresos del hogar, un esfuerzo más de tres veces superior al que realizan las personas no pobres (12,5 %).

El estudio destaca que las personas en situación de pobreza tienen menos acceso a la propiedad y, por tanto, alquilan más. A su vez, el alquiler, además de generar inseguridad, es mucho más caro que la hipoteca y consume una parte importante de los recursos disponibles.

Cuatro de cada cinco personas con gasto elevado en vivienda eran pobres (el 79,1 %). Además, el 12,7 % de la población en riesgo de pobreza reside en viviendas demasiado pequeñas para su tamaño familiar y casi una de cada tres personas en pobreza no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada, el doble que el resto de la población.

Los retrasos de los pagos de facturas de suministros y de hipoteca o alquiler son casi cuatro veces mayores entre las personas pobres que en el resto de población (20,4 %).

Un tercio de los pobres tienen trabajo

Pese a que las medidas del escudo social implantadas en 2020, como los ERTE, consiguieron mantener fuera de la pobreza a 1,5 millones de personas, se acentúa el perfil de personas pobres con empleo: casi un tercio (32,9 %) de la población pobre mayor de 15 años tienen un trabajo remunerado.

La investigación también muestra el aumento de las situaciones de pobreza en las personas con estudios medios o altos: el 42,9 % en esta situación los ha finalizado y una de cada diez personas con educación superior está en riesgo de pobreza. En términos absolutos, 1,4 millones de personas pobres tienen educación superior, cifra que se ha duplicado desde 2008 (674.000 personas).

Recoge el incremento de personas que no pueden afrontar gastos imprevistos de un mínimo de 800 euros (son el 35,5 %); también, las que tienen dificultades para llegar a fin de mes (47,8 %); las que no pueden permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada en invierno (el 17,1 %); y las que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días (el 5,4 % de la población española).

Mejores datos, pero insuficientes

Los indicadores de pobreza y exclusión social han experimentado una mejoría respecto a 2021. En el Estado, en 2022 el 26 % de la población se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, 800.000 personas menos que un año antes. También se ha reducido en unas 600.000 las personas que se encuentran en situación de pobreza severa respecto a 2021.

"La práctica totalidad de los indicadores muestran una recuperación importante en las condiciones de vida de las personas y un retorno casi completo a los datos previos a la crisis económica provocada por la covid-19; todo ello en un año, pero sigue siendo un problema estructural", ha destacado Susías.

Mujeres y menores, más pobres

El 27,2 % de las mujeres y el 24,8 % de los hombres estaban en riesgo de pobreza y/o exclusión; la tasa de riesgo de pobreza femenina es de un 21,1 %, 1,3 puntos más que la de los hombres (19,8 %), lo que supone medio millón de mujeres pobres más.

Expone además que las políticas de recuperación no llegan por igual a ambos sexos: desde 2015, las políticas sociales han conseguido que haya medio millón de hombres pobres menos, mientras que solo 61.000 mujeres han salido de la pobreza en el mismo periodo.

Las familias con menores a cargo registran las cifras más altas para todos los indicadores, situaciones de vulnerabilidad que se traducen en cifras elevadas de pobreza infantil.

Casi 2,6 millones de menores están en riesgo de pobreza y/o exclusión social, un tercio del total (32,2 %). La peor parte se la llevan las familias monoparentales, casi la mitad (49,2 %) están en esa situación y casi todos son hogares formados por una mujer con menores a cargo.

Sin pensiones ni protección social casi la mitad de las personas serían pobres

El análisis destaca "la enorme importancia que tiene la función redistribuidora de la Administración pública" para el sostenimiento de la calidad de vida del conjunto de la población: si no existieran transferencias públicas (incluidas pensiones) casi la mitad de la población española estaría en situación de pobreza.

Los investigadores destacan que el mero crecimiento económico no es suficiente para luchar contra la pobreza y la exclusión: se necesitarían 68 años de crecimiento ininterrumpido del PIB per cápita para acabar con la pobreza en el Estado, que está aún lejos de la meta comprometida con la ONU de reducir la pobreza hasta el 11,1 % en 2030.

Euskal Herria, a la cabeza de los menos pobres

Los datos muestran un Estado en dos mitades: las comunidades al norte de Madrid con las tasas más bajas de pobreza y las situadas al sur con cifras elevadas y muy por encima de la media estatal.

Las tasas más bajas si se compara en la tasa AROPE (estar en riesgo de pobreza, carencia material o baja intensidad del empleo) para 2022 las son de Navarra y Euskadi , con el 14,5 % y el 15,7 % respectivamente. Por otra parte, las más altas se registran en Extremadura y Canarias, con el 36,9% y el 36,2%, respectivamente.

Esa tasa de pobreza es 4,4 puntos porcentuales superior a la media UE y la quinta más alta de todos los países miembros. Por encima sólo están Rumanía, Bulgaria, Grecia y Estonia.

Discapacidad y pobreza

El 30 % de las personas con discapacidad en AROPE frente al 22,7 % el resto de población. También tienen una renta media por unidad de consumo un 7,8 % inferior al resto de la población.

En el ámbito laboral, el 13,6 % de personas ocupadas con discapacidad son pobres.

El 27 % de las personas con discapacidad experimenta dificultades o muchas dificultades para llegar a fin de mes (siete puntos porcentuales más con respecto a las personas sin discapacidad); el 41 % no puede afrontar gastos imprevistos de unos 800 euros (32,1 % entre las personas sin discapacidad).

La pobreza en las ciudades y los pueblos

El 15,9 % de la población estatal vive en áreas rurales, es decir, algo más de 7,5 millones de personas ocupan el 85 % del territorio.

El 27,6 % de la población rural está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, frente al 25,8 % de las zonas urbanas.