Durante la jornada de mañana miércoles la práctica totalidad del territorio estará en alerta por elevadas temperaturas y el nivel de aviso será el máximo (rojo) en puntos de Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Euskadi, con máximas que alcanzarán los 45 grados.

Será este día cuando la ola de calor que atraviesa el país, la tercera en lo que va de año, alcance su punto máximo, con un ascenso más acusado del mercurio en el Cantábrico, para dar paso a un jueves en el que, probablemente, las temperaturas empezarán a descender.

La causa de este calor extremo se encuentra en la situación de estabilidad atmosférica, unida a la llegada de aire cálido y seco procedente del norte de África y de polvo en suspensión.

En Aragón, Asturias, Cantabria, Extremadura, Navarra y La Rioja, el nivel de aviso de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) será naranja, mientras que en Cataluña, Galicia y el interior de la Comunidad Valenciana, bajará a amarillo.

Así, en gran parte del interior, las máximas se moverán por encima de los 40 grados, pudiendo llegar a los 45 en Toledo y Jaén, y según señala en un tuit Aemet, la temperatura media que se alcanzará en el territorio español mañana, probablemente, constituya un récord para esa fecha desde 1950.

Las altas temperaturas diurnas vendrán seguidas de elevadas temperaturas nocturnas, que en muchos lugares del país no bajarán de los 23/25 grados, lo que hará difícil conciliar el sueño.

Según datos publicados por la Aemet en su web, el lunes pasado la estación meteorológica que registró la máxima temperatura fue la de Badajoz capital, con 44,8 grados a las 17.50 horas. Por detrás, las de Mérida (44,6 grados) y Barcarrota (44), ambas también en la provincia de Badajoz.

La ola de calor con la que ha comenzado agosto, sigue a un mes de julio que, según el Servicio de Cambio Climático (C3S) del sistema satelital europeo Copernicus, ha sido el más cálido de todos los meses de los que hay registros.

El mes, fue 0,72 grados más cálido que el promedio de julio durante le periodo 1991-2020 y 0,33 grados más cálido que el mes más cálido anterior, julio de 2019. Además, se estima que fue alrededor de 1,5 grados más cálido que el promedio de 1850-1900 (media preindustrial).

Ante esta situación, en la mayoría de las regiones las autoridades se limitan a recordar a los ciudadanos la necesidad de protegerse del sol, hidratarse, evitar la práctica deportiva en el exterior, no salir de casa durante las horas centrales del día, cerrar ventanas y prestar especial atención a ancianos, niños y enfermos crónicos.

En Catalunya, el Govern recomienda, incluso, acudir a algún refugio climático acondicionado cuando no sea posible resguardarse del calor en el hogar.

Para los que trabajan estos días, sobre todo para aquellos cuya jornada se desarrolla en el exterior, las directrices para evitar incidencias por golpe de calor pasan por planificar las tareas más pesadas para las horas menos calurosas, hacer pausas, hidratarse y limitar el tiempo de exposición al aire libre.

La ola de calor llega, además, cuando en muchas zonas del territorio se está restringiendo el uso de agua, una de los elementos más valiosos para luchar contra las altas temperaturas, debido a la situación de sequía que padecen.

Así, en Catalunya coincide con la implantación de un sistema de multas por uso excesivo de agua en 24 municipios donde el consumo se restringe a 200 litros día/habitante.

En Lorca, Murcia, el albergue ha ampliado su horario y la empresa municipal de limpieza ha modificado los horarios de sus trabajadores para evitar que trabajen en la calle durante las horas de máximo calor. Además utilizarán vehículos climatizados para evitar que vayan a pie.

El Ayuntamiento de Murcia ha instalado 73 toldos en el centro de la ciudad y su Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social distribuye agua fresca y gorras a las personas sin techo, a las que ofrece transporte gratuito a un albergue, comedor y centro social a través de Protección Civil.

En todo el territorio, una de las opciones para refrescarse será darse un chapuzón en piscinas, ríos, lagos o playas, que estos días lucen abarrotadas al coincidir con la temporada alta turística y en muchas de las cuáles se han clausurada las duchas para evitar el consumo de agua ante la situación de escasez que se padece gran parte del país, con la reserva hídrica apunto de caer por debajo del 40 %.