Euskadi se ha fijado el objetivo “prioritario” de lograr la autosuficiencia en plasma sanguíneo, para lo que busca exactamente 10.000 donantes, con el fin de reducir la dependencia con Estados Unidos y tener así más facilidades a la hora de producir fármacos hemoderivados destinados a enfermedades raras, pacientes inmunodeprimidos, hemofílicos o afectados por enfermedades raras. Se trata de una estrategia que también ha impulsado el Gobierno de Madrid, teniendo en cuenta que el Estado importa el 60% de los hemoderivados, principalmente del país de la bandera de las barras y estrellas, y que se ha fijado también Europa, ya que también obtiene de EEUU el 40% de esta materia prima.

En estos lares, en concreto, el punto de inflexión al respecto fue la pandemia por coronavirus, “cuando nos dimos cuenta de que en cualquier momento el mercado se puede cerrar y si dependemos de otros países, puede llegar un momento en el que no tengamos plasma para atender a todos esos enfermos. Hay que responder a esas necesidades y la garantía para poder hacerlo, es tener nuestras propias reservas de plasma, con más donantes, para poder tener una respuesta más directa y segura a estos enfermos”, explica Aiala Elorza, responsable de Promoción de la Asociación de Donantes de Sangre de Osakidetza.

Anticuerpos

También cuando estalló la pandemia, en 2020, se constató la importancia que tenía el plasma “cuando en uno de los ensayos veíamos cómo era rico en anticuerpos entre las personas que ya habían pasado el covid y se usó en algunos hospitales para ayudar a algunos enfermos para evitar que entraran en fases más graves. A futuro, es el componente que más desarrollo va a tener y que más vamos a necesitar”, destaca.

No en vano, cada día hay enfermos que necesitan este líquido, como los grandes quemados, los que sufren accidentes graves y complicaciones en el parto, ya que “la transfusión de plasma les ayuda a parar las hemorragias y recuperar volumen sanguíneo”. Otros necesitan algunas de las proteínas que hay en el plasma. En estos casos, se extraen y se elaboran hemoderivados. “Son muchos los medicamentos que se obtienen de él. Hablamos de inmunoglobulinas, de factores de coagulación y de albúmina (proteína producida para el hígado) para pacientes hepáticos. Y se necesitan un montón de litros de plasma para obtener un vial”.

El proceso

Las donaciones de plasma se atienden, por ejemplo, en la zona del Alto Deba, donde se ha empezado a llevar unidades móviles. “En Arrasate arrancó en febrero y está funcionando muy bien. A partir de septiembre lo vamos a hacer de una manera más establecida en colaboración con el Hospital del Alto Deba”, adelanta.

La donación dura unos 45 minutos y es una técnica “segura y sencilla”. Los requisitos para hacerlo son los mismos que los de sangre, con la ventaja de que el número de donaciones que se puede hacer es mayor: incluso una vez al mes, porque como el plasma es mayoritariamente agua, se recupera mucho más rápido ya que durante el proceso se le devuelven al donante sus células. l

Al detalle

l Euskadi. El Gobierno Vasco ha lanzado recientemente una campaña para hacer donaciones específicas de plasma (plasmaféresis) porque a raíz de la pandemia, no solo en Euskadi, sino en toda Europa, se ha visto que hay una gran necesidad en la sociedad de este componente sanguíneo. Hasta tal punto es así que hoy en día la plasmaféresis ya es estratégica en Euskadi y conseguir la autosuficiencia, un objetivo prioritario.

l Proceso para donar plasma. Al donante se le conecta a un separador celular, una máquina, que lo que va a hacer es obtener pequeñas cantidades de sangre que va a filtrar, de tal manera que retiene el plasma y devuelve al donante el resto de células. Dura unos 30-45 minutos, pero permite obtener una cantidad mayor de plasma. Se trata de una técnica sencilla y segura.

l Requisitos. Los requisitos para donar plasma son los mismos que los de sangre, con la ventaja de que el número de donaciones que se puede hacer es mayor: incluso una vez al mes porque como el plasma es mayoritariamente agua, se recupera mucho más rápido al devolvérsele sus células.

¿Para qué sirve el plasma?

Para muchas personas con enfermedades raras y enfermedades crónicas, las terapias derivadas del plasma son la única manera de tratar sus enfermedades. El plasma también se proporciona a pacientes con traumatismo, en complicaciones tras el parto y víctimas de quemaduras graves para contribuir a la coagulación sanguínea y para estimular el volumen sanguíneo y evitar que el paciente entre en shock, entre otras utilidades.