Euskadi gestionó 5.107 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos durante el año 2022, con una media por habitante de 7,85 kilos reciclados.

Estos datos forman parte del balance de actividad de la Fundación Ecolec, organización sin ánimo de lucro que centra su actividad en el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y que es la encargada en Euskadi de gestionar este tipo de residuos.

En una nota, el director general de la Fundación, Luis Moreno, ha recalcado que, este dato "este dato pone en valor el compromiso de los vascos por el reciclaje de RAEE, el Medio Ambiente y la Economía Circular".

En este sentido, el director general ha querido recalcar la responsabilidad de los ciudadanos de la región a la hora de reciclar los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. "En esta comunidad, la ciudadanía está muy concienciada", ha asegurado Moreno.

Por otro lado, del total de toneladas gestionadas en Asturias (5.107), la gran mayoría corresponden al ámbito doméstico (4.905) mientras que el resto (202) pertenecen al ámbito profesional.

A nivel estatal, Ecolec ha alcanzado la cifra de 118.377 toneladas de dichos residuos correctamente gestionados en 2022. De esta forma se convierte en el único sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) de España en superar las 100.000 toneladas anuales de RAEE correctamente gestionados durante seis ejercicios consecutivos.

Cada año se generan cerca de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos en el mundo, siendo el tipo de residuo que más aumenta debido entre otras razones al consumo masivo de aparatos eléctricos y electrónicos, la digitalización y los avances tecnológicos.

Según E-Waste Monitor 2020 se estima que en 2050 podrían producirse 100 millones de toneladas de estos residuos, siendo su tasa de reciclaje inferior al 20 por ciento en la actualidad.

Según ha recalcado Moreno, "existen muchas evidencias que demuestran que el reciclaje de los RAEE es esencial" ya que, por ejemplo, un frigorífico mal reciclado emite a la atmósfera gases de efecto invernadero equivalentes a las emisiones de un coche en 15.000 kilómetros", ha precisado.

Además, el directivo de la fundación ha hecho especial hincapié en que "las consecuencias de no reciclar correctamente los aparatos electrónicos, cuando dejan de funcionar, se agravan en aquellos puntos del mundo donde la extracción de materias primas para fabricar estos productos produce graves impactos sociales y medioambientales".

De hecho, tal y como ha resaltado, todos los dispositivos eléctricos que se usan en el día a día pueden tener una segunda vida si se reciclan correctamente.

Cada usuario se convierte en el actor principal de un proceso en el que se puede dar un final apropiado que, por un lado, ofrezca la posibilidad de su reutilización y, por otra parte, ayude a un desmontaje y una descontaminación sostenible, responsable y respetuosa con el Medio Ambiente.