La realidad delincuencial de Euskadi está experimentando una enorme transformación en los últimos tres años, especialmente debido al aumento sin freno de la ciberdelincuencia, a la que se ha dedicado por primera vez un capítulo específico en el informe de criminalidad anual del País Vasco. Mientras los delitos presenciales crecen un 6,2% con respecto a 2019, los cometidos a través de medios informáticos se han multiplicado por siete, con un incremento del 41%.

La estafa por Internet se está digitalizando "a una velocidad inusitada". Supone ya el 15% del total de infracciones penales durante el año pasado en la CAV, y su peso estadístico “debe tenerse muy en cuenta” a la hora de analizar, en su conjunto, el mapa delincuencial y la tasa de criminalidad de Euskadi. Es la tesis que ha defendido el vicelehendakari primero y Consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, que ha comparecido este lunes a petición propia en el Parlamento Vasco para informar sobre los datos en materia de delitos y faltas cometidos en 2022, una realidad en la que la estadística y las percepciones de seguridad no siempre son coincidentes, como ha quedado demostrado a lo largo de la sesión en la Cámara vasca.

El mes pasado ya fue ofrecido un primer avance de los datos de la Ertzaintza, a los que se añade ahora el conjunto de actuaciones de la Guardia Municipal en aquellos municipios con más de 15.000 habitantes, catorce de ellos de Gipuzkoa. La ciberdelincuencia ha acaparado una parte importante de la comparecencia en la Comisión de Instituciones, Gobernanza Pública y Seguridad. "Su peso estadístico es inmenso, pero no lo digo yo como una ocurrencia del consejero. Lo recoge el propio Ministerio del Interior", se ha dirigido Erkoreka a los partidos de la oposición, especialmente a la parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, que le ha acusado de "adulterar" y "maquillar" los datos.

En un contexto en el que la seguridad ha pasado a ocupar un importante lugar en la lista de inquietudes ciudadanas, el consejero se ha esforzado en no contribuir a "alertar ni generar miedo". A su entender, para hacer un análisis riguroso de los datos sólo es válida la comparativa con 2019, ya que las restricciones a la movilidad por la pandemia distorsionan la fotografía en relación a la tasa de criminalidad de los años más inmediatos.

Marco comparativo de los datos

En función del marco comparativo, cambia radicalmente la lectura de los datos. La Ertzaintza tuvo conocimiento el año pasado de 99.092 delitos en Euskadi, lo que supone un 19,46% más que los registrados en 2021. El crecimiento es, en cambio, del 7,2% con respecto a 2019. Lo llamativo es que el porcentaje en ese mismo periodo de tiempo se dispara hasta el 41% en el caso de los ciberdelitos, de ahí la importancia que otorga el vicelehendakari al análisis de este capítulo y al contexto particular para tener en cuenta la realidad delincuencial. “La tasa de criminalidad se sitúa en 5,65 puntos, pero baja dos sin no se tienen en cuenta los ilícitos a través de medios informáticos”, ha expuesto Erkoreka, quien ha señalado que en otras comunidades no se suman los ciberdelitos a los datos globales de las memorias estadísticas para evitar esa “distorsión” que puede generar una mayor sensación de inseguridad ciudadana a pie de calle, cuando en realidad se trata de un fenómeno que responde a otras coordenadas.

“Estamos hablando de delitos cuya localización no es fácil, de los que el propio Tribunal Supremo ha destacado su ubicuidad, por la distancia física entre el delincuente, la víctima y el equipo con el que se lleva a cabo el ilícito”, ha indicado. Gipuzkoa es el territorio en el que más han crecido este tipo de delitos. Se han disparado en un 50,7%. Nada que ver, por ejemplo, con las estafas presenciales (3%).

Según ha expuesto Erkoreka, los delitos contra el patrimonio -con los hurtos a la cabeza- suponen más de la mitad de los ilícitos registrados el año pasado en la CAV. Se ha constatado un descenso de los robos en domicilios, pero crecen un 35% aquellos con violencia e intimidación, pasando de los 2.605 de 2019 a los 3.523 del año pasado. “Son muchas las reflexiones que se han hecho en torno a estos datos, pero estamos hablando de un 2,63% del conjunto de delitos”, ha contextualizado el consejero, “sin restar un ápice de importancia a ese incremento de 918 incidentes concretos”.

Otro de los capítulos que merece especial atención es el de los delitos contra la Libertad Sexual. Se ha registrado un incremento porcentual del 29%: 885 casos en 2022, frente a los 777 de 2021 y los 684 de 2019. El mayor aumento es de las agresiones sexuales, que crecen un 70%, y que Erkoreka atribuye a una mayor concienciación social que favorece un aumento de las denuncias, así como a la llamada ley del solo si es sí, que elimina el abuso para convertir todos los casos en agresión sexual.