Ha publicado dos artículos en la revista médica más prestigiosa del mundo (The New England Journal Medicine, 2012 y 2020). En octubre de 2020, fue reconocido como uno de los investigadores más influyentes a nivel mundial en el campo de la Gastroenterología y Hepatología por la Universidad de Stanford. Tiene registradas varias patentes, y luce más de 12.000 citaciones. Aún así, Luis Bujanda, catedrático en Medicina de la UPV-EHU y coordinador del Área de Enfermedades Hepáticas y Gastrointestinales del ISS Biodonostia, se ve forzado a investigar casi como un furtivo, en su tiempo libre, después de pasar entre 20 y 24 consultas diarias en el Hospital Donostia o el ambulatorio de Gros. 

Se queja usted de que la investigación médica está abandonada. ¿Cómo investiga usted entonces?

Pues casi siempre en casa. Aprovecho los huecos que tengo a la tarde y a la noche. Muchas horas la mayoría de los días.

¿Y no se las reconoce nadie?

De ninguna manera. Si lo hago es porque estoy metido en una dinámica, porque también llevo a mucha gente. Creo que estamos 16 investigadores en mi equipo de Biodonostia, que no son médicos, sino biólogos, bioquímicos, etcétera, que tienen su contrato predoctoral o postdoctoral que hay que justificar y mejorar a base de resultados: publicaciones, patentes, proyectos de investigación… La investigación está muy mal pagada y valorada en la sociedad. Los médicos obtienen más dinero atendiendo a pacientes y por eso no se dedican a la investigación.

"Los médicos obtienen más dinero atendiendo a pacientes y por eso no se dedican a la investigación"

¿Cómo es eso de tirarse todo el día pasando consulta y luego investigar?

Intento tener mi hueco en Biodonostia, y poder desarrollar mi labor investigadora antes y después de ir a la consulta. De los cinco días de la semana, tengo dos de consulta en el HUD y otro en Gros de 8.30 a 14.30 horas; el jueves tengo pruebas endoscópicas, y el único día que tengo más disponibilidad es el lunes. Es por docencia, porque soy catedrático de Medicina; no por investigación. Ahora hemos pedido unas horas para investigar.

¿Eso a quién se le pide?

Eso, por ser médico hospitalario o de atención primaria es cero. No tienes ni para investigar, ni para autoformarte, que es lo más grave. Antes, dentro del horario asistencial, tenías unas horas para ir a la biblioteca o para buscar información de los casos clínicos difíciles. Pero en los últimos 5-10 años ha ido desapareciendo poco a poco, en base a la presión asistencial, que ha crecido de forma significativa y eso ha hecho que todo se convierta en atender pacientes. Tu formación tiene que ser fuera del trabajo. En medicina se dice que un 30% o más de los conocimientos cambian en los siguientes 10 años. Estar al día exige un gran esfuerzo personal.

"En medicina se dice que un 30% o más de los conocimientos cambian en los siguientes 10 años. Estar al día exige un gran esfuerzo personal"

Pero eso es una laguna del sistema, ¿no?

Pero es así y va a ir a peor, porque el sistema no da más de sí. Los médicos que ven pacientes todos los días, y llevan varios años trabajando, en general, están desmotivados, quemados. Lo primero que reclaman es tiempo para atender a sus pacientes. Por ejemplo, yo paso entre 20 y 24 consultas al día, que es un número relativamente alto. Y en Atención Primaria están peor: se pide no tener más de 30-35 pacientes al día. Y los que somos universitarios, como yo, tenemos, entre comillas, ciertos privilegios relativos. Un profesor de la Universidad tiene tres tareas fundamentales en medicina: una parte asistencial, una docente, y otra investigadora. Pero en la realidad, todos los profesores que son médicos se dedican 100% a la asistencia.

¿Y cómo puede ser eso?

La docencia está integrada dentro de lo que es la clínica. Por ejemplo, he tenido un alumno de sexto de Medicina, pero no tengo diez minutos más por ver a un paciente para enseñarle al alumno. No, tú vas con los quince minutos como todos, y tienes el alumno contigo y que aprenda como pueda. Y para investigar no tienes nada. Sin embargo, en las líneas rectoras de la Universidad, dice que se harán las tres labores. Y esa es una pelea que yo siempre he tenido con Osakidetza. Nadie dispone de horas para investigar dentro de lo que es un Hospital Universitario.

¿Qué se siente usted médico o investigador?

Un poco raro. Pero yo te diría que soy médico, porque de siete horas de mi jornada laboral, las siete horas son de asistencia. ¿De investigador? No, a mí no me paga nadie por investigar.

¿Y con ese bagaje que tiene usted, eso no es desaprovechar capacidades?

Por supuesto. Si tú eres muy bueno en investigación, aplicas y conoces mejor las últimas novedades diagnósticas y de tratamiento para tus pacientes, traes recursos económicos, das contratos de trabajo, das prestigio al hospital, y te deberían favorecer que dispongas de horas dentro de tu horario de trabajo para hacer investigación, pero eso Osakidetza no lo permite porque la demanda asistencial lo impide. La presión asistencial es tremenda. Yo llevo años reclamando el tiempo ese. Entonces, la rectora (de la UPV) y la consejera (de Salud) actual se pusieron de acuerdo en la comisión mixta que tienen de que sí, que me lo iban a dar, pero al día de hoy no se ha hecho nada. Lo que prima es que hay una lista de espera y hay que sacarla.

"Llevo años reclamando tiempo para investigación, pero lo que prima es aligerar la lista de espera"

Todavía con esas circunstancias su nombre sigue apareciendo en las publicaciones científicas más prestigiosas. ¿Es esa su gasolina?

Yo investigué, en primer lugar, porque tuve un jefe que hacía investigación. Y me sedujo. Dos, porque veía la faceta de la Universidad como una válvula de escape por si terminaba quemado en la asistencia a los pacientes. Y la otra, por motivación personal. La investigación me da un aliciente de ir con ganas cada día a la consulta e intentar progresar en el conocimiento de las enfermedades y no estar quemado a los 50 años.

Entrevista al medico investigador Luis Bujanda sobre una investi Arnaitz Rubio

¿Cuántos tiene ahora?

Este año voy a hacer 58. No quería llegar a los 50 años y decir, mañana otra vez a Gros, quince minutos por paciente y ni tiempo para ir al baño. Pero si yo voy a Gros, y digo: jolines, a ver si hoy tengo algún paciente con alguna enfermedad en el que estamos interesados en investigar. Y esa enfermedad rutinaria se convierte para mí en interesante. Porque si no...

Pues mal futuro para la investigación.

Como la investigación no está pagada, ni se obtiene un tiempo para desarrollarla durante tu trabajo, ni es reconocida en la carrera profesional, ni en los concursos para obtener plaza en propiedad, pues los jóvenes, que son más listos que nosotros, no investigan. Y eso que en medicina todos son fantásticos, alumnos de primer nivel. Pero no investigan, porque si no se valora de ninguna forma, y da pocos puntos para la OPE, pues la gente hace lo que da más puntos.

¿Cómo encaja usted en este sistema sanitario?

Yo te diría que a mí un gerente me ve como un bicho raro que solo pienso en investigar. Y yo digo, no, perdona; yo veo igual de pacientes que otro, y encima investigo. Y encima me estás criticando, y no me cuidas.

Es como relegar a una persona que está dándote prestigio.

Y que te está poniendo en el mapa. Ha habido algunas cosas que sí han hecho, que deberían ser más potenciadas, como son las becas de intensificación: una beca de 30.000 euros para que contraten a una persona ese año y pase consulta por ti y así tú te liberas. Esa ha sido una labor muy importante, pero tampoco se ha desarrollado con fuerza. La estrategia global es la que te explico: todo es ver pacientes, no tienes tiempo ni para formarte, ni para dar docencia, y menos para investigar.