La pandemia del covid dejó en evidencia en 2020 las vulnerabilidades de las políticas sociales de los gobiernos a nivel mundial, también en nuestro territorio. ¿Cuáles cree que son los retos más urgentes actualmente en Euskadi?

De forma muy resumida, en el ámbito de las políticas sociales creo que Euskadi tiene dos grandes retos: por una parte, dar una respuesta a la crisis de los cuidados y sostener un sistema público de cuidados que dé una respuesta adecuada a las personas con dependencia, tanto en residencias como en el domicilio. El incremento de la esperanza de vida y la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo han traído consigo un cambio radical de panorama, al que aún no nos hemos adaptado plenamente. Para dar respuesta a ese cambio, desde las políticas sociales, es necesario reforzar el sistema de servicios sociales, y avanzar hacia la provisión de unos servicios más personalizados, más centrados en las personas, de mayor calidad e intensidad, lo que a su vez requiere cambios importantes en las prácticas profesionales, organizativas e institucionales. El segundo reto tiene que ver con la prevención de la desigualdad, la pobreza y la exclusión social, en un contexto en el que el empleo no tiene la misma capacidad inclusiva que en el pasado. Eso requiere repensar el mundo del empleo, reforzar las políticas de garantía de ingresos y de lucha contra la exclusión o reactivar el pacto intergeneracional, por ejemplo.

En línea con la filosofía de la Agenda 2030, ¿en qué cree que deben mejorar las políticas sociales vascas?

Además de lo señalado, y concretando un poco más, creo que deberíamos avanzar en el rediseño de la ordenación competencial y territorial de los servicios sociales, mejorar todos los elementos relacionados con la gestión de la calidad en centros y servicios (inspección, evaluación, etc.), avanzar en un modelo más amplio de apoyo a las familias con hijos/as al objeto de prevenir la pobreza infantil y fomentar la natalidad, reforzar las políticas orientadas a permitir que las personas mayores con dependencia puedan ser adecuadamente atendidas en sus casas, lo que supone, entre otros, repensar la atención domiciliaria o los programas de apoyo a las personas cuidadoras, y desarrollar modelos de integración de las personas inmigrantes, tanto en el ámbito laboral, como escolar y comunitario.

“Deberíamos contemplar el rediseño de la ordenación competencial y territorial de los servicios sociales”

¿Cuál es el papel del SIIS en esta transformación?

El SIIS viene colaborando desde hace más de 40 años con las instituciones vascas en todo lo que tiene que ver con el análisis, la evaluación y la planificación de las políticas sociales, así como en la investigación y el diagnóstico sobre las necesidades sociales. También jugamos un papel importante a la hora de ofrecer a las personas que intervienen en el sector herramientas, referencias y materiales para mejorar su intervención y generar una atención de mayor calidad. Nuestro papel en esa transformación es seguir realizando ese trabajo y, sobre todo, contribuir a institucionalizar y articular mejor todo lo que tiene que ver con la gestión del conocimiento (información, documentación, identificación de evidencias, difusión, investigación, evaluación, análisis, etc.) en este campo. En todos estos años, diría que hemos contribuido a poner determinados temas en la agenda pública, a la reflexión y el análisis, a la innovación, a la sistematización y la mejora en la organización de los servicios y, en definitiva, a los avances en las políticas sociales vascas.

Joseba Zalakain. SIIS

Joseba Zalakain. SIIS N.G.

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¿Qué líneas de actuación concretas mantiene abiertas el SIIS para la reflexión en torno a las políticas sociales de Euskadi?

El SIIS trabaja en diversos ámbitos, siempre en colaboración con las administraciones públicas. Por una parte, trabajamos en todo lo que tiene que ver con la investigación, la identificación de necesidades sociales y el análisis comparado de las políticas públicas. Trabajamos también en aspectos relacionados con la planificación de las políticas, en diversas áreas, y en su evaluación, así como en el asesoramiento a las administraciones en materia normativa. Desde sus inicios, el SIIS gestiona también un fondo bibliográfico y documental muy importante, y, en esa línea, gestionamos también diversos observatorios (el más reciente es el Observatorio Vasco de Servicios Sociales, en colaboración con el departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco), la realización de revisiones bibliográficas, etc. En lo que se refiere a las temáticas que abordamos, trabajamos en muchas áreas, pero preferentemente en todo lo que tiene que ver con la atención a la dependencia, la discapacidad, la pobreza y la exclusión social, las adicciones, o las políticas de apoyo a la infancia y a las familias.

¿Considera que la Agenda 2030 es un buen instrumento para innovar en materia de políticas sociales? ¿Debería ser más ambiciosa?

Me parece que es un buen instrumento, pero no se debe olvidar que se trata de una herramienta global, válida para todos los países del mundo, y por tanto muy genérica. Desde territorios como Euskadi, deberíamos ser capaces de “traducir” esa Agenda a la realidad vasca, con el fin de alcanzar objetivos más específicos, más orientados a nuestra realidad particular. 

“Vemos avances, aunque hay algunos objetivos como el de la reducción de la pobreza en los que no estamos avanzando”

¿Cree que estamos a tiempo para alcanzar los objetivos establecidos para 2030?

A mi juicio, lo relevante no es tanto si se cumplen unos objetivos determinados, sino si se está avanzando en la línea de esos objetivos, y si se está trabajando en generar las condiciones que permitan avanzar hacia dichos objetivos. En Euskadi vemos que se están dando avances en algunos de los objetivos de la Agenda 2030, mientras que en otros, como el relacionado con la reducción de la pobreza, no estamos avanzando suficientemente.