Incertidumbre, desafección, desigualdad, pobreza, cambio climático... Son muchos los retos que tenemos por delante como sociedad y en este contexto es fundamental la creación de un nuevo contrato social que nos posibilite afrontar los desafíos que se nos presentan, todo ello con el objetivo de lograr una sociedad más solidaria, justa, democrática y sostenible. Sobre las bases en las que se debe asentar esa hoja de ruta giró el encuentro Agenda 2030: un nuevo y transformador contrato social, organizado por NOTICIAS DE GIPUZKOA y que contó con la colaboración de Gobierno Vasco, en el que participaron Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía;_Rakel San Sebastián, directora general de Fundación Adinberri; Naiara Goia, directora de Arantzazulab; y Joseba Zalakain, director del Centro de Documentación y Estudios SIIS.
Los ponentes, que se dieron cita el pasado viernes en el Kursaal de Donostia, mantuvieron una amena charla en la que cada uno, desde el ámbito que le compete, arrojó interesantes reflexiones en torno a las claves para promover el desarrollo económico y social en nuestro territorio, integrando a toda la sociedad y desde un modelo sostenible.
Los participantes en el encuentro arrojaron interesantes reflexiones en torno a las claves para promover el desarrollo económico y social en nuestro territorio, integrando a toda la sociedad y desde un modelo sostenible
Naiara Goia, directora del laboratorio de innovación social Arantzazulab, fue contundente y subrayó la necesidad apostar por nuevas formas de hacer: “Hemos de repensar la relación entre lo público y lo privado, y articular espacios de reflexión y de escucha, y de acción conjunta para abordar los desafíos que nos plantea la Agenda 2030. Las instituciones no pueden hacer frente a los cambios si no van de la mano de la sociedad y para ello debemos articular nuevas formas de hacer que permitan establecer las bases de un nuevo contrato social. Debemos reflexionar sobre las nuevas herramientas que promuevan la implicación de la sociedad. En ese sentido, nuestra labor como laboratorio de innovación social está muy vinculada al Objetivo número 17 que se basa en el impulso de alianzas”, señaló.
Hemos de repensar la relación entre lo público y lo privado, y articular espacios de reflexión para abordar los desafíos que nos plantea la Agenda 2030
Muy vinculada a la innovación, en este caso dirigida a promover el envejecimiento saludable, está la actividad de Adinberri, uno de los centros de referencia desarrollado en el marco de la estrategia Etorkizuna Eraikiz de la Diputación Foral de Gipuzkoa, que según recordó Rakel San Sebastián, “se basa en dos principios: la gobernanza colaborativa, con el fin de crear ecosistemas,_y la generación de modelos innovadores y escalables basados en la experimentación”. Sobre la relación que tiene el proyecto con la Agenda 2030, San Sebastián dijo que son varios los aspectos que comparten, como “aunar la visión social y la económica, poner a la persona está en el centro, o promover la colaboración”.
Adinberri comparte cuestiones en común con la Agenda 2030 como poner a la persona en el centro o promover la colaboración
El reto demográfico
Envejecimiento saludable
La directora de Adinberri subrayó que “el demográfico es uno de los principales retos a los que se enfrenta nuestra sociedad” y explicó que en la línea de promover un envejecimiento saludable, desde Adinberri han identificado cinco áreas de trabajo: prevención y promoción de hábitos saludables; apostar por nuevos modelos de atención más personalizados; impulsar la denominada silver economy; promover una sociedad cohesionada e inclusiva para hacer frente a situaciones de soledad no deseada; y, por último, abordar la brecha intergeneracional.
Joseba Zalakain, director del SIIS, coincidió con San Sebastián en señalar el demográfico como uno de los importantes desafíos de nuestros tiempos, y añadió que “unido al envejecimiento de la población y el nuevo modelo de cuidados que requiere, faltan políticas para promover la natalidad, además de otras cuestiones como abordar la precarización del empleo, y es que estamos ante un nuevo paradigma en el que tener un empleo no garantiza salir de la pobreza”, lamentó.
La sociedad cada vez está más polarizada; cada vez hay más personas en situación de pobreza, al tiempo que aumentan las que viven mejor
Sobre el contexto actual, Zalakain añadió que “tras analizar los últimos estudios realizados por el gabinete de prospección sociológica del Gobierno Vasco vemos que hay sensación de malestar social, miedo e incertidumbre generalizada en la población. Al mismo tiempo, en Euskadi cada vez hay más polarización, en el sentido de que se están reduciendo las situaciones intermedias: cada vez hay más personas en situación de pobreza, al tiempo que aumentan las que viven una buena situación. La sociedad guipuzcoana es una sociedad solidaria y activa, pero también es una sociedad que se mueve en la dicotomía entre lo que quiere hacer y lo que hace”, reveló.
A la importancia de actuar desde lo local se refirió Goia, quien destacó que la sociedad vasca “cuenta con un firme capital social, siendo una sociedad comprometida tanto a nivel individual como colectivo, estrechamente ligada a la comunidad, por lo que parte de una buena base para construir un nuevo contrato social”.
Iñigo Ansola, por su parte, recordó que el Ente Vasco de la Energía, que acaba de celebrar a finales de noviembre su 40º aniversario, “surgió hace 40 años en un contexto de crisis energética que, paradójicamente, sufrimos también hoy en día, aunque el contexto sea muy diferente”. El responsable del EVE, que se congratuló de participar en foros como el organizado por este periódico “que invitan a la reflexión”, consideró que tras cuatro décadas de trabajo, “se han dado muchos pasos adelante en materia de eficiencia energética, no en vano hemos reducido un 50% la intensidad energética, pero aún queda mucho por hacer para reducir la dependencia hacia los combustibles fósiles”.
Una de las claves para avanzar hacia la transición energética reside en hacer partícipe a la sociedad mediante la ccreación de proyectos como Ekiola
Para Ansola, una de las claves para avanzar hacia la descarbonzación reside en hacer partícipe a la sociedad en lo que respecta a la transición energética, y más concretamente se refirió al proyecto Ekiola, una iniciativa que promueve la creación de comunidades energéticas de formato cooperativo. “El proyecto se basa en ligar la generación de energía con el consumo. La idea es implantar el modelo en los municipios vascos, y después escalarlo a las ciudades”, aclaró.
Hitzetik ekintzetara
Euskadi, un referente mundial
Tras la mesa redonda, tomó la palabra Jonan Fernández, secretario de Transición Social y Agenda 2030 de Gobierno Vasco, cargo que ocupa desde septiembre de 2020 y cuya función principal es coordinar que las políticas y acciones del Gobierno de Euskadi estén en sintonía con la Agenda 2030 de la ONU.
Debemos crear infraestructuras que nos comprometan y que comprometan el desarrollo de los ODS
“Es hora de tomarse en serio la Agenda 2030, y para ello es necesario crear infraestructuras que nos comprometan y que comprometan el desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Siete años después de que 192 estados miembros de las Naciones Unidas aprobaran la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, Fernández considera que “es hora de pasar de las palabras a la acción” y para ello, el representante repasó el camino emprendido en Euskadi hasta el momento mediante la creación de cinco infraestructuras determinantes para la consecución de los objetivos marcados por la ONU: la creación de la secretaría de Transición Social y Agenda 2030, un órgano dependiente de Lehendakaritza; la elaboración de una hoja de ruta, bien definida y que se revisa cada cuatro años;_la puesta en marcha de un panel para la evaluación de los indicadores en el que participan todas las instituciones vascas y que es uno de los únicos de estas características en el mundo, lo cual le ha valido a Euskadi el reconocimiento internacional; la creación del Foro Multiagente para la Transición Social y la Agenda 2030, con el objetivo de facilitar la colaboración y participación pública, privada y social en el desarrollo de los ODS; y, por último la puesta en marcha de un programa para la divulgación de la importancia de la Agenda 2030.
Hay signos de que la Agenda 2030 está calando y de que en Euskadi nos la tomamos en serio
“Hay signos de que la Agenda 2030 está calando y de que en Euskadi nos la tomamos en serio. Esta trayectoria de rigor y compromiso es la que ha llevado a que Euskadi sea elegida como sede mundial del Secretariado de la Coalición Local 2030. Su misión es la de impulsar el desarrollo de la agenda 2030 en las instituciones regionales y de ámbito municipal. La apuesta por lo local es fundamental porque según la ONU el 70% de las competencias relacionadas con los ODS corresponden a los gobiernos regionales y municipales, por tanto, el concepto de la localización es fundamental para el desarrollo de la Agenda 2030”.
Naciones Unidas aprobó, en 2015, la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta la lucha contra el cambio climático, la educación, la igualdad, la defensa del medio ambiente o el diseño de las ciudades.
