Josebe Peralto contaba estos días las horas. Sabía que tarde o temprano los ladrones iban a visitar la pescadería que regenta en Ormaiztegi. La secuencia de robos ha sido incesante en los establecimientos comerciales del entorno. “En la carnicería, en la panadería, en el hogar del jubilado, en unos garajes. Ha sido un no parar; Sabíamos que nos tocaba ya”, relata a NOTICIAS DE GIPUZKOA, con cierta resignación, esta vecina de Ormaiztegi.

Su premonición iba en la buena dirección. La mujer, que regenta un negocio familiar que heredó de sus padres, interpuso el martes la denuncia en la comisaría de la Ertzaintza de Tolosa. Como se temía esta profesional, desconocidos irrumpieron el jueves pasado en su establecimiento. Y como pudo comprobar posteriormente, se tomaron su tiempo para llevarse incluso los blisters con monedas que guardaba escondidos en la tienda. El ordenador también ha desaparecido.

Agentes de la Ertzaintza recabaron muestras de huellas en objetos que habían sido manipulados en el establecimiento para comprobar si existen elementos coincidentes con otros robos ocurridos en la comarca. También tomaron fotografías. Agradece la pescatera que, al menos, no le hayan abierto la cámara ni la congeladora. “No han tocado el género”, se consuela, algo que no pueden decir otros comerciantes de la zona.

“Al carnicero le han robado jamones, queso y solomillo. En la peluquería se han llevado las cremas. En mi caso es más difícil, ¿porque a dónde vas a ir con pescado fresco? Lo que está claro es que están robando cada vez más, y el problema es que hay gente que está comprando ese género que desaparece de los establecimientos”, denuncia Peralto.

"Al carnicero le han robado jamones, queso y solomillo. En la peluquería se han llevado las cremas. Están robando cada vez más, y el problema es que hay gente que está comprando ese género"

Josebe Peralto - Pescatera en Ormaiztegi

Entre comerciantes de Goierri se comenta estos días, con cierta ironía y de bastante mal agrado, que “ya han llegado las Navidades”. Están acostumbrados a bregar con este tipo de delitos por estas fechas, aunque en las últimas semanas el agua ha comenzado a rebosar el vaso de la paciencia. “Siempre ha habido un goteo de robos, pero últimamente estamos viendo con preocupación que aumentan los casos. La gente comienza a estar enfadada por una situación que se está alargando en el tiempo, con denuncias por robos cometidos incluso a plena luz del día”, corroboran comerciantes de la comarca, entre quienes se percibe cierto hartazgo.

Investigación policial: bandas organizadas y ladrones "esporádicos"

Según les han trasladado responsables de la Ertzaintza, se trabaja en dos direcciones. Al parecer, los autores de estos hechos responden a un doble perfil. Se tiene constancia de “bandas organizadas más o menos asentadas”, que no son las únicas que operan en la comarca. Estos robos se estarían cometiendo junto a otros que protagonizan “quienes llegan esporádicamente, en tren, y desaparecen en cuanto se llevan lo que pueden”.

En Ordizia también tienen constancia de esta escalada delictiva. “Hay ladrones que van haciendo la ronda de municipio en municipio, y en algunos casos ya sabemos quiénes son. Hay reincidentes que han podido ser identificados gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad”, comunica un hostelero de la localidad.

Se da la circunstancia de que la mesa de comercio de la comarca se reúne este jueves, un encuentro en el que puede estar encima de la mesa esta creciente preocupación. Según trasladan a este periódico profesionales consultados, también existe cierto malestar por el contratiempo añadido que está suponiendo para los afectados “tener que desplazarse hasta Tolosa para interponer la denuncia”, sin posibilidad de hacerlo en la comisaría de Beasain. “Por ahorrarse esa incomodidad, hay quien desiste y no denuncia”, aseguran.

"Tal es la situación que en Navidades, cuando traigo angulas para los clientes, las tengo que guardar en casa. No se pueden dejar en la cámara"

Entre los municipios afectados hay cierta sensación de que llueve sobre mojado. Son hechos que vuelven a repetirse “un año más”. Según informa la comerciante de Ormaiztegi, la víspera de Nochevieja de 2021 también tuvo que recurrir a la Ertzaintza junto a la responsable de un establecimiento dedicado a los servicios de peluquería y belleza por otra oledada de robos. “Tal es la situación que en Navidades, cuando traigo angulas para los clientes, las tengo que guardar en casa. No se pueden dejar en la cámara, ¡cómo hay que andar!”, exclama esta profesional, que dice no querer obsesionarse con las medidas de seguridad.

La Fiscalía de Gipuzkoa ya advertía en septiembre, cuando hizo pública la memoria de la actividad del año pasado, que los delitos de robo cometidos en viviendas y locales abiertos al público están experimentado “un ligero incremento”, si bien aún no se llegan a alcanzar las cifras del ejercicio 2019. Hechos que, según reconoce el Ministerio Fiscal, resultan reseñables toda vez que “dichos ilícitos causan una gran alarma en la sociedad ante el sentimiento de inseguridad que los mismos generan en la colectividad”. En ese sentido, añade que “no solo se atenta contra el patrimonio, como bien jurídico considerado en sí mismo, sino que al mismo tiempo dichos ilícitos penales suponen un quebranto en el sentimiento de seguridad y protección que toda persona proyecta respecto de su domicilio o establecimiento, generando una gran intranquilidad y zozobra social”.