Donostia – El incidente ocurrido en una txosna de Algorta tras el supuesto pinchazo sufrido por una joven en las fiestas fue ayer objeto de controversia y versiones bien diferenciadas. Así, el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, consideró “una grave negligencia” la actuación de las dos responsables de una txosna del Puerto Viejo de Algorta (Getxo) investigadas por obstaculizar la labor asistencial de la Ertzaintza ante el posible caso.

Al parecer, estas personas intentaron impedir la atención, “asegurando que la txosna tenía ya su propio protocolo de actuación frente a los pinchazos”, según indicó el vicelehendakari en las redes sociales. Ambas están siendo investigadas por la comisión de un presunto delito de desobediencia grave, según el Departamento de Seguridad.

Los hechos se produjeron el lunes, a las 1.05 horas, en el recinto festivo del Puerto Viejo de Algorta. Agentes de paisano de la Ertzaintza fueron requeridos por el 112 porque una joven podría haber sufrido un pinchazo. Pero una vez en el lugar, dos titulares del punto festivo impidieron la asistencia a la joven, amparándose en su propio protocolo.

Según la información oficial, los agentes les informaron en repetidas ocasiones de que una ambulancia estaba esperando ya a la víctima para ser trasladada al hospital, pero las dos mujeres siguieron impidiendo la labor policial, sin permitir que la joven fuese acompañada por los ertzainas hasta la ambulancia.

Intentos y negativas

Tras varios intentos frustrados, reiteradas negativas y gracias a la mediación del responsable de las fiestas, finalmente, accedieron a que la Ertzaintza atendiera a la joven, que fue trasladada al hospital, donde se desarrolló el protocolo para recabar toda la información necesaria y comenzar la investigación de los hechos.

Para el consejero, se trata de “una actuación negligente que pudo poner en riesgo la salud de la víctima. Por ello, estas dos personas se enfrentan a un posible delito de desobediencia grave”, afirmó Erkoreka. Señaló que, “afortunadamente, la Ertzaintza consiguió atender a la joven. La acompañó hasta la ambulancia y, en ella, fue trasladada al hospital para un reconocimiento completo”. Según puso de manifiesto, “así lo marca” el protocolo establecido para estas situaciones “y saltárselo, además de grave, puede acarrear consecuencias nefastas tanto para la salud como para la investigación policial que trata de esclarecer este tipo de hechos”, avisó.

El Movimiento Feminista de Algorta, por su parte, ofreció una versión distinta a la facilitada por Seguridad. “Nos hemos encontrado con un relato que se aleja mucho de lo vivido esa noche, y que omite cosas y añade ingredientes que lo convierten en lo que no fue”, dijeron

Explican que “dos mujeres recogieron a una menor que había recibido un pinchazo y estaba algo mareada. Como no vieron ambulancias en el recinto festivo, al final llegaron a la Gazte Txosna”. “Al tener conocimiento de que se trataba de un pinchazo, lo primero que hicieron fue llamar al 112 y, acto seguido, contactar con su madre, por ser menor de edad”, relatan. Aseguran que desde el teléfono de emergencias se les “puso en contacto con la Ertzaintza, que, por teléfono, les dijo que llegaría una ambulancia, o en su caso una patrulla, y que esperaran donde estaban”.

“Poco después –agregan–, la Er-tzaintza se puso de nuevo en contacto con las compañeras del Movimiento Feminista y les informaron de que había que trasladarla a la ambulancia, ya que no podían entrar al recinto festivo y les indicó dónde se encontraba la misma, acordando también con ellas que una de las compañeras, la que había atendido desde el principio a la joven, sería quien la acompañara hasta la ambulancia”. Explican que esta se consideró “la manera más cómoda para la joven, y la que impediría su revictimización”.

“Y es precisamente en ese instante –denuncian–, cuando diferentes policías de paisano, sin identificarse, irrumpen detrás de la txosna sin oposición alguna, creando momentos de tensión y agobio tanto para la persona agredida como para las compañeras”. Aseguran, por último, que cuando las militantes del Movimiento Feminista de Algorta “se acercaron a la ambulancia para saber cómo estaba la joven” fue cuando la Er-tzaintza procedió a identificarlas y a decirles que les iban a denunciar. l