Que las lluvias de primavera sean abundantes es, a priori, algo positivo. Sin embargo, estas lluvias pueden producir un enorme y desmedido crecimiento de vegetación en los bosques. Si posteriormente estas zonas no se limpian adecuadamente, en verano pueden convertirse en lugares propensos a incendiarse.

Los montes que no se limpian y no cuentan con animales de pasto tienen un riesgo extremo de sufrir incendios. Los animales no pueden apagar un incendio, pero sí prevenirlo.

Esto es algo que saben bien en una zona del Parque Nacional de Doñana ubicada en Hinojos (Huelva), donde los conocidos ‘burros bombero’, de origen vasco, se alimentan de vegetación y matas secas. Estos materiales son muy peligrosos para la propagación del fuego. 

La Asociación El Burrito Feliz y el colectivo ecologista femenino Mujeres por Doñana coordinan el trabajo donde los burros desbrozan durante todo el año el futuro pasto seco que constituye el combustible principal de los incendios que año tras año consumen Doñana.

Luis Bejarano, Presidente de la asociación, destaca la labor de “20 burritos” que desbrozan todo el pasto. Según Bejerano, la prevención de los incendios es “infinitamente más económica y fácil” que el apagado de incendios y posterior repoblación.

“La prevención de los incendios es infinitamente más económica y fácil que el apagado y repoblación”

Luis bejarano - Presidente de El Burrito Feliz

Asimismo, el presidente de la asociación destaca que la zona del entorno natural de Doñana donde se encuentran “jamás” ha sufrido un incendio: “La zona del bosque que desbrozan nuestros burritos bombero no puede arder simplemente porque no dejan ningún matorral o pasto incendiable. Es tan simple como eso”.

Del mismo modo, según explica Berejano, “los árboles no se incendian, se queman por el pasto seco que puede alfombrar los suelos. Si los burritos se comen este elemento el bosque seguirá vivo”.

Dos ‘bomberas’ vascas

Desde la asociación destacan la labor de las dos burras que trajeron desde Bizkaia: “Son ideales y tremendamente eficaces para trabajar como líderes en los cortafuegos. Estas dos burras de la raza Burro de las Encartaciones están salvando Doñana a mil kilómetros de los verdes valles donde nacieron. Sus nombres son Ainhoa y Flavia”.

Desde la asociación explican que en breve tienen previsto desplazarse a Euskal Herria para articular un proyecto de prevención: “Realmente estamos enamorados de estas burritas, pequeñas de tamaño, pero con una enorme capacidad de entrega”.

Del mismo modo, Bejarano considera que el Gobierno vasco debe aprovechar este “tesoro” en forma de “burro autóctono”: “Desde Doñana intentaremos contribuir a que estos animales también realicen en su tierra este tipo de proyectos tan necesarios”.

Según señalan desde la asociación, estos animales reciben el mejor de los tratos, ya que se encuentran totalmente “libres” dentro de un paraíso natural, donde gozan de pasto y agua, así como de la atención diaria de las y los voluntarios.

Sin apoyo institucional

Desde El Burrito Feliz denuncian la “inexistente” ayuda de las instituciones: “No contamos con apoyo ni económico ni material. Asumimos todos los gastos de nuestros bolsillos y de los donativos de amigos y amigas”.

Del mismo modo, Bejarano explica que han solicitado “una y otra vez” apoyo material, especialmente vallados móviles, para ampliar más cortafuegos. Pese a la insistencia, la asociación no ha obtenido respuesta por parte de la Junta de Andalucía: “Normalmente no nos contestan y cuando lo han hecho es para decirnos que no se dispone de recursos”.

Ante la urgencia de este desastre, el colectivo Mujeres por Doñana va a iniciar una programación de solicitudes diarias al correo del Presidente de la Junta de Andalucía. Confían en que de esta forma al menos podrá salvarse más terreno de los incendios que se avecinan.