A sus 73 años, Jesús Uzkudun ha acabado enfermando de una dolencia por la que lleva luchando desde los años 80. Le diagnosticaron asbestosis el año pasado, una enfermedad pulmonar crónica causada por la inhalación de fibras de amianto. “La situación no es como para una incapacidad, pero estoy pendiente de la evolución”, revela. Es consciente de que su cuadro médico puede requerir a futuro de un tratamiento para aumentar el flujo de oxígeno, o bien “que salga el cáncer de pulmón”.
Su situación personal, advierte, ni ha sido fruto de una casualidad, “ni me ha cogido por sorpresa. Cuando me llamaron el año pasado de Neumología para saber si respiraba bien, me acojonaron, evidentemente”, dice con media sonrisa.
Su interés por las consecuencias del amianto se remontan a la época en la que fue nombrado responsable de Salud Laboral de CCOO en Gipuzkoa. “Preocupado con la uralita, con la industrial naval, no me daba cuenta de que yo en la empresa en la que trabajaba estaba forrada de amianto”, dice quien fuera mecánico en Pedro Orbegozo-Acenor de Hernani.
Su pelea comenzó en 2001. Una época en la que tuvo que bregar con la incomprensión. “Por mi persistencia, por los muertos que por aquel entonces aventuraba que podía provocar el amianto, me llegaron noticias de que me había vuelto loco”, rememora.
Dos décadas después se muestra satisfecho, aunque sigue viendo motivos para la lucha, y alude a un caso que conoció el miércoles y que este jueves ha hecho público el sindicato ELA. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha reconocido una incapacidad permanente absoluta derivada de la exposición al amianto a un trabajador ya jubilado de la empresa Patricio Echeverría de Legazpi.
"Preocupado con la uralita, con la industrial naval, no me daba cuenta de que yo en la empresa en la que trabajaba estaba forrado de amianto"
El operario afectado prestó servicios para las compañías Patricio Echeverría y CIE Legazpi desde al año 1965 al 2007, “estando expuesto al amianto en sus cometidos habituales”. Pues bien, inicialmente “la Seguridad Social nos dijo que no había evidencias de que se tratara de un cáncer provocado por el mineral. ¿Qué quiero decir? Que aunque salga adelante el fondo de compensación, esto no va a ser un camino de rosas y habrá que seguir sorteando muchísimos obstáculos”, advierte.
Previamente a la decisión del INSS, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan, había incluido al trabajador en el listado de empleados posiblemente expuestos a amianto y emitió un Informe de Sospecha de Enfermedad profesional en el que hacía referencia a un incidente producido en 2009 en el relleno de un horno con esta sustancia en el taller de soldadura donde trabajada el perjudicado.
En su comunicado, ELA “aplaude” la resolución del INSS que, según señala, permitirá ahora al damnificado solicitar el recargo de prestaciones por falta de medidas de seguridad y una indemnización por responsabilidad civil.