Asegura que siempre se temen lo peor cuando reciben la notificación. Las víctimas del amianto que son citadas por el juzgado de lo Social nº4 de Donostia “prácticamente, se ponen a llorar”. Jesús Uzkudun, un referente en el Estado en la lucha por el reconocimiento de la enfermedad que provoca este mineral mortal e invisible, no oculta su malestar con unas resoluciones judiciales a las que pone nombre y apellido. “Se puede preguntar a cualquier sindicato o profesional que trata temas laborales. La actitud del juez Ricardo Bandrés es terrible. Y el malestar de las víctimas, tremenda”. 

El portavoz de la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi, Asviamie, censura que el magistrado “nunca” ha reconocido un cáncer de pulmón como enfermedad provocada por el asbesto. “En algún caso lo ha hecho por cáncer de mesotelioma -cuya única causa es la exposición al amianto- pero firmando sentencias con un criterio a capricho a la hora de establecer la indemnización”, recalca. 

El baremo de compensación que se aplica habitualmente en los procesos judiciales favorables es "el mismo" que se utiliza con las víctimas de accidentes de tráfico. Un criterio, señala el sindicalista, consensuado por el estamento judicial. “En el caso de Ricardo Bandrés no. Ha llegado a argumentar -critica- que el perjudicado bastante dinero tiene ya”. La asociación a la que representa recuerda que el cáncer de pulmón de trabajadores expuestos al amianto de manera presencial o ambiental está reconocido "desde hace años", al igual que el mesotelioma, “pero él viene a decir que no, que eran fumadores”.

El cáncer y el litigio de Patxi Modino

Uzkudun refiere uno de tantos casos que ha conocido de primera mano. “Ocurrió con un compañero que estuvo en el comité de empresa de Pedro Orbegozo-Acenor de Hernani. Enfermó. La diagnosticaron cáncer de pulmón y la Seguridad Social le reconoció la enfermedad profesional pero cuando fue a reclamar daños le dijeron que no, que ese cáncer era por el tabaco”. No le dieron, señala, ninguna indeminización. 

El perjudicado, Patxi Modino, presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). Durante el compás de espera, enfermó de covid-19 y falleció. Después llegó el fallo del TSJPV, que “le dio la vuelta a esa resolución”, recalca su amigo. La sentencia “negacionista” había sido firmada nuevamente por el titular del juzgado de lo Social nº4 de Donostia. 

¿Por qué “tantas resoluciones” en esa dirección? “Yo ahí no me meto, no soy capaz de juzgar la mente subjetiva”, señala Uzkudun, que se ciñe a uno de los casos más recientes, el de Francisco Blanco. Un operario que trabajó durante cerca de tres décadas en el horno STEIN de Pedro Orbegozo. “Un horno que estaba forrado de amianto, pero el juez no lo tuvo en cuenta señalando que era fumador”

El TSJPV ha revocado ahora esa sentencia dictada por el mismo juzgado, y ha estimado el origen profesional del carcinoma epidermoide de pulmón que padece. La resolución da por suficiente la posibilidad de exposición del trabajador al mineral, al desempeñar su función en un horno recubierto de amianto y en la sección de laminado. El fallo no considera su condición de fumador, e insta a que se le encuadre en el grado de Incapacidad Permanente por enfermedad de origen laboral. “Ha transcurrido más de un año, con todo lo que supone para un enfermo con un cáncer de pulmón, al que le han diagnosticado otro de vejiga”. 

"Una auténtica tortura"

En opinión de Uzkudun un proceso así es “una auténtica tortura” que además no finaliza ahí, ya que el TSJPV no califica la cuantía de la indemnización que le corresponde, algo que vuelve a recaer en manos del mismo juez. 

El portavoz de Asviamie menciona “otros casos de CAF, que ha rechazado, o ha aplicado una indemnización ridícula, sin tener en cuenta el baremo de accidentes de tráfico”. Uzkudun recuerda a su vez otra sentencia “de hace unos años”, en la que no se reconoció el cáncer de pulmón del encargado de la empresa Productos Aislantes SA (PAISA) de Errenteria

El malestar de las asociación con el sentido de las resoluciones tiene lugar en un contexto en el que Euskadi se ha convertido en la punta de lanza del movimiento para compensar a las víctimas de este material que ha formado parte de nuestro paisaje, tan empleado por el sector de la construcción o la metalurgia, y que no fue prohibido hasta 2002. 

La lucha de las víctimas en Euskadi está dando resultados, según observa Asviamie, que valora el progresivo reconocimiento de casos, “desde fundiciones hasta pequeñas empresas del automóvil”. Una sensibilidad creciente a esta realidad, muy por encima de lo que ocurre en el Estado, donde las demandas “se reducen a uralita, astilleros y metro de Madrid”, expone de modo gráfico.

El 20% de los casos de cáncer reconocidos durante el primer semestre de este año por el sistema CEPROSS, de comunicación de enfermedades profesionales en Seguridad Social, se corresponden con demandas tramitadas en Euskadi. 

El Congreso ha aprobado este miércoles por unanimidad el fondo para compensar a las víctimas de amianto. El fondo, que tiene origen en una proposición del Parlamento Vasco, prevé compensaciones tanto a trabajadores con enfermedad profesional reconocida por esta exposición, como a otras personas que la hayan sufrido en otros entornos. “Es el resultado de una pelea que hemos protagonizado durante muchos años, articulando alianzas y acuerdos: PSOE, PP, Ciudadanos… Todos, pero ojo, que aquí no ha acabado, porque después del visto bueno del Senado habrá que ver como queda el reglamento”, advierte. 

La aprobación del Gobierno está prevista a finales de año. “¿Desde qué fecha se va a aplicar ese fonde de compensación? ¿A los fallecidos hace tres años? ¿Cinco?”. Hoy por hoy las víctimas expuestas al amianto no reciben por parte de ninguna administración compensación, reconocimiento ni respuesta alguna. A la espera de conocer la letra pequeña, Uzkudun entiende que “cualquier partida para quienes no tienen ninguna compensación, bienvenida sea”.