Sergio López está preparando la oposición para el Ayuntamiento de Bilbao para bombero. A sus 28 años, trabaja como interino en el parque de bomberos de Donostia gracias a la oposición que se sacó en 2017 y que le permitió entrar en las listas. "La preparé a conciencia. Metía unas ocho horas al día", recuerda. Ahora el ritmo, tal y como este donostiarra reconoce, "es otro diferente", más que nada porque todavía no hay una fecha exacta. Espera que se haga pública antes del mes de agosto esta OPE en la que estarán en juego unas 40 plazas para las que hay más de 1.000 opositores.

Los aspirantes a esta oferta pública de empleo tienen que preparar la prueba física y la teórica. "La más difícil, sin ningún género de duda, es la teórica. Es donde más gente suspende", deja claro Sergio, que se considera "un privilegiado" por el hecho de poder trabajar como interino, aunque puede tener consecuencias negativas de cara a su preparación. "Yo, si me lesiono, me voy a la calle. Es un riesgo que corro", asume, pero "no puedo pensar en eso, más que nada por salud mental. No puedo estar pensando en que si algo me sale mal, me voy a ir a la calle y voy a perder mi empleo. De eso, sí que trato de olvidarme", expone Sergio.

  • OPE: tiempo de hincar codos

"Yo sé que soy interino y que voy a tener que seguir opositando. Nosotros trabajamos al lado de bomberos que sí que tienen plaza. No estamos en las mismas condiciones, pero hacemos el mismo trabajo", se sincera. En su caso, "el trabajo de base" está hecho, y eso es una ventaja de cara a esta nueva oposición. En este sentido, se muestra rotundo: "Yo tengo dos trabajos. Soy bombero y soy opositor. Y también sé que soy interino y que tengo que seguir opositando. Eso es algo que todos los que están en mi posición lo tenemos muy asumido".