Dice el autor de la publicación que flaco favor hizo Walt Disney a la diversidad familiar, dejando como legado un personaje pérfido y malvado como la madrastra de sus cuentos, tan alejada de la realidad. Su equivalente sería hoy en día una de tantas mujeres de familias reconstituidas, es decir, aquellas que se forman tras conocer un matrimonio previo, con hijos de por medio. "No son las malas del cuento. Tienen un valor indudable, y un papel complejo al encargarse de la co-crianza en situaciones muy difíciles". Es una de las realidades que refleja Aizpak, el cuento infantil escrito por Juan Pousibet, presidente de la Asociación guipuzcoana para el Apoyo Integral en las Crisis Familiares.
Esta publicación, escrita en euskera y castellano con ilustraciones de Belén de la Puente, está dirigida a menores de entre cuatro y seis años. Sus páginas pueden convertirse en una buena herramienta de trabajo en los centros escolares. Es, de algún modo, un canto a la diversidad este domingo 15 de mayo, Día Internacional de las Familias.
"Los adultos somos muy amigos de poner etiquetas, pero no importa el nombre que le pongamos a la relación familiar. Hoy en día, que hay infinidad de familias, lo importante es que haya respeto, cariño y cuidados", enumera el autor de la obra.
'AHIZPAK', Y NO HERMANASTRAS
Mucho ha llovido desde que comenzaron a estrenarse a partir de los años 30 aquellos largometrajes de animación con la dichosa madrastra de belleza glacial, cuya antipatía impregnó a tantas generaciones. Con toda carga peyorativa se deslizaban también en las narraciones las hermanastras. Personajes como Anastasia y Griselda en el cuento de Cenicienta. Ahizpak (hermanas en euskera), como ha titulado Pousibet a su obra, tiene una connotación bien distinta: inspira cariño, como el que se profesan Vega y Nora, dos de los personajes del cuento.
Las vivencias de estos menores reflejan los diferentes tipos de familia que existen hoy en día, y las conversaciones, siempre tan naturales, que propician entre sus protagonistas. "¿Por qué le llamas Eliana?", le pregunta Nora a su amigo Eneko, extrañada por la manera en la que alude a su madre. "Por que no es mi ama. Mi madre murió cuando era pequeño y, aunque me quiere mucho y yo le quiero mucho a ella, no puede ser mi madre", le responde.
Ella a su vez le cuenta a su amigo el secreto que le reveló un día su amona. "Me dijo que Vega era mi hermanastra, porque nuestra madre no era la misma persona. Lloré mucho porque quería tener una hermana, no una hermanastra. Mi padre le dijo entonces a mi abuela que lo más importante era el respeto y el amor entre nosotras. Ella lo entendió. Desde entonces mi amona dice que somos hermanas", cuenta la pequeña a lo largo de las páginas.
Pousibet reconoce que los menores, tanto en la realidad como en el cuento, viven los cambios en el seno de la familia con mucha más naturalidad que los mayores. La vida adulta encaja con dificultad situaciones que los niños perciben con otra mirada. Así, con aceptación, vive la vida también Bayani, otros de los personajes. Un niño huérfano nacido en Filipinas y adoptado por Amaia -"mi madre"- y Miren, "mi amatxi", como les cuenta a sus amigos.
CARIÑO Y RESPETO
Para el presidente de la asociación guipuzcoana, estos relatos revelan "el cariño y el respeto" que a su entender debe prevalecer en los hogares. "Los niños son como esponjas, enseguida detectan las tensiones. No existen traumas por tener dos padres, o dos madres. El trauma es que no te quieran, y que te lo demuestren día a día, sea la familia que sea", precisa Pousibet.
Claro está que la estabilidad emocional también está condicionada por propia la situación económica y, a este respecto, el autor de la obra critica la presión fiscal que están soportando, de un modo más acusado, las familias monomarentales. "El gasto que hacen en este capítulo es muy similar al de una familia tradicional. Pagan casi lo mismo cuando en realidad solo disponen de un sueldo y tienen muchas dificultades de conciliación", señala.
Una realidad que contempla la Ley de Diversidad Familiar que lleva más de un año preparando el Ministerio de Derechos Sociales y que, según se ha conocido este jueves, llegará el Consejo de Ministros en septiembre para dar comienzo a su tramitación. Entre otras novedades, reconoce como familias numerosas a las familias monoparentales de dos hijos. "Es de justicia", dice Pousibet, que tengan acceso a unos beneficios que pueden aliviar un poco la situación que viven.