- Desde la grada, los progenitores no pierden detalle de lo que hacen los pequeños sobre la cancha. Reconocen que sus hijos lo han pasado mal sin poder practicar deporte. “Mi hijo, cada vez que no puede jugar, se lleva un chasco, la verdad. Es un niño muy movido y le gusta mucho el deporte, y cada vez que han suspendido un campeonato se ha quedado triste”, asegura Alex Requejo sobre su hijo Beñat, de Zuhaizti. “Estamos los padres para que el niño pueda salir y hacer deporte, pero a él no le gusta que le quiten los partidos”, incide Alex, consciente de que la situación no ayuda. “Yo, con el tema de la pandemia, tengo gente de cerca que lo ha pasado bastante mal y hay cierto miedo, pero bueno, entiendo que los niños también necesitan jugar. Creo que las medidas están bien, pero en muchas ocasiones no se cumplen todas, ya no solo por parte de los niños, también de los padres”, considera el padre de la criatura, para quien “todos deberíamos de tener un poco más de cuidado, pero bueno, las medidas, mientras se cumplan, están bien”.

David Barragán se expresa casi en los mismos términos que Alex. Su hijo de nueve años también juega en el Zuhaizti. “Se lleva bien, tampoco es que sea un trauma, pero viendo cómo está la situación y lo que hacen aquí, no veo el sentido al seguir, parar, seguir, otra vez parar. Si se para, que se haga definitivamente. Lo veo un poco rollo”, se sincera el aita de Asier, consciente de que “a los niños les gusta mucho venir. Les encanta. Cuando suspendieron la competición no dejaban de preguntar cuándo volvían a empezar. A ellos esto les da vida, están en su salsa”, considera David para quien los más pequeños “ya se han acostumbrado” a jugar con mascarilla. “Son muy formales en este sentido. Son muy conscientes de ella. Saben perfectamente lo que pasa, te preguntan, pero no tienen miedo”, quiere dejar claro. Alex Requejo agradece el esfuerzo de los más txikis: “Hablo por mi hijo. No ha tenido problema para jugar con mascarilla. Hay momentos en los que les agobia más y físicamente dan menos, pero los niños se acostumbran enseguida, antes que los mayores”.

Lo que a Luis, aita de Marcos, estudiante de The English School, no le entra en la cabeza es la falta de criterio existente. “Resulta que suspenden el deporte escolar, que trae a poca gente a un polideportivo, y luego, a un estadio pueden ir miles de personas y no pasa nada. Son incongruencias que no terminas de entender”, lamenta este padre consciente de “la faena” que le hacen a los más pequeños. “No les gusta mucho, pero es lo que hay. Ellos lo que quieren es hacer deporte, jugar, y pasárselo bien con todos sus amigos”. En su opinión, los críos “no son conscientes de lo que pasa”. Lo de la mascarilla, lo han asumido “de una manera natural. Igual que les dices que se tienen que poner unas botas para jugar a fútbol, la mascarilla es otro atuendo más en este momento”.

“Entiendo que los niños necesitan jugar y las medidas, mientras se cumplan, están bien”

Aita de Beñat (Zuhaizti)

“Cuando suspendieron la competición, no dejaban de preguntar cuándo volvían a jugar”

Aita de Asier (Zuhaizti)