e ha caído el paracaídas. Hay que volver a hacerlo". Varios chavales entran apresurados al aula. El paracaídas debía sostener una caja de alrededor de un kilo de peso y aterrizar de forma adecuada, pero no ha funcionado, así que toca rehacer esa parte del proyecto en el que están inmersos, denominado CanSat una iniciativa promovida por la Agencia Espacial Europea y dirigida a estudiantes de la ESO. Estos alumnos, que vuelven a aplicarse en la tarea, tienen altas capacidades y estudian en el colegio La Salle San Luis de Donostia, un centro pionero a la hora de tratar a los chicos y chicas con estas características, ya que les ofrece un plan que en la mayoría de centros no solo de Gipuzkoa o de Euskadi, sino incluso del Estado, brilla por su ausencia.

El periplo escolar es uno de los principales problemas a los que se exponen los niños y niñas con altas capacidades. Su forma de ser y pensar, distintas a la habitual, unidas a una inteligencia por encima de la media, que les hace plantearse cuestiones poco comunes a su edad, provocan un difícil encaje en los colegios tanto a nivel académico como social. Hay inadaptación, suspensos, incomprensión... El Gobierno Vasco tiene un plan de atención educativa para el alumnado con altas capacidades intelectuales en el que se habla de "ofrecer una respuesta" a este alumnado. Es un plan minucioso, que de cumplirse daría, efectivamente, esa respuesta. Sin embargo, la práctica está aún muy alejada de la teoría y, en general, las familias sienten que los niños y niñas con altas capacidades no reciben la formación ni la atención adecuadas.

Sin embargo, dentro de esta insatisfactoria regla general, hay excepciones como la de La Salle San Luis, un centro escolar que sí se ha preocupado por dar una respuesta efectiva a este alumnado, tal y como ha comprobado de primera mano NOTICIAS DE GIPUZKOA. "Llevamos trabajando con esta cuestión 16 años. Empezamos porque en su momento nos llegó una alumna que era un caso excepcional. Tenía alta capacidad hasta tal punto de entender ecuaciones con tres o cuatro años, pero tenía a su vez problemas de autonomía. Se hizo un plan para ella con el Gobierno Vasco y a la vez nos fuimos formando y descubrimos que no era el único caso, que teníamos más, igual no tan excepcionales, pero había alumnos a los que no estábamos dando una respuesta adecuada", comenta Iban Narbaiza, profesor de la ESO y encargado de la Zabaltze-Gela, Zabaltze-Gelanombre que recibe este proyecto: "Nace esta aula y también Alcagi (Altas capacidades de Gipuzkoa), que tiene su sede aquí y trabaja más con las familias -porque los padres y madres tienen necesidades en casa-, además de sensibilizar a las instituciones y formar a otros colegios".

La Zabaltze-Gela es un aula donde, un día a la semana, el alumnado con altas capacidades se junta para llevar a cabo proyectos relacionados con las asignaturas que se imparten en el colegio. Un par de grupos están con Cansat, como el formado por Uxue, Irene y Beñat, alumnos de la ESO. "En una lata hay que meter chips para que recojan información sobre la temperatura de un lugar, por ejemplo. Luego esa lata tiene que aterrizar de forma adecuada con el paracaídas", explican. ¿Y qué cosas podría medir ese sistema integrado en la lata? "Una opción es la cantidad de dióxido de carbono que hay en el aire, para saber si está contaminado", explican estos tres alumnos. "Es un proyecto muy completo", añade el profesor: "Hace un par de semanas, por ejemplo, recibieron formación sobre programación".

Ekain y Lander, de 3º de la ESO, están investigando "sobre el monstruo del lago Ness, si puede existir y, en caso de existir, qué sería". Está enmarcado dentro del concurso Ciencia Clip, que consiste en realizar "una aproximación científica" a cuestiones para las que aún no se ha encontrado respuesta. "Es un reto ver qué podemos sacar de aquí, nos gusta buscar respuestas a este tipo de cosas", comentan. En otro proyecto parecido están inmersos Ibai y Enoc, de 4º de la ESO, que en su caso quieren investigar "sobre si podría haber vida en Marte, si sería posible colonizarlo y vivir allí, si hay oxígeno, agua...". "Nos gusta mucho la astronomía", comentan ambos.

planes individuales

"Somos pioneros en Gipuzkoa y hemos aprendido a través de ensayo-error. Hace diez años, por ejemplo, nos limitábamos a dar más ejercicios a estos alumnos con alta capacidad. ¿Qué pasaba? Que veían que tenían que trabajar el doble que los demás. Entonces, bajaban el pistón", reconoce Iban Narbaiza. La atención a estos chicos y chicas ha mejorado desde entonces. De hecho, la Zabaltze-Gela, en la que trabajan durante un par de horas a la semana, es solo una parte del programa. "Por cada alumno con altas capacidades tenemos un plan individual, nos juntamos todos los profesores y vemos cómo podemos adecuar las asignaturas en cada alumno. Yo, por ejemplo, voy a dar clase de matemática a tercero de la ESO y voy con la materia que debería dar en esa clase según el currículum básico y además tengo un temario adecuado para las altas capacidades y también para los que necesitan otro tipo de apoyo. Trabajamos al nivel de cada uno. Así, por ejemplo, conseguimos acabar con los tiempos muertos, que es uno de los problemas de estos alumnos, porque les suele sobrar tiempo. ¿Te sobran 20 minutos? Pues saca el ordenador y sigue trabajando en lo tuyo", explica Narbaiza.

Este trabajo extra no consiste, tal y como aclara este profesor donostiarra, en acumular tareas, táctica que se ha revelado errónea, sino en "profundizar" en ciertas cuestiones relacionadas con la materia que se está impartiendo y que interesa a estos alumnos. Iban pone algún ejemplo: "Me acuerdo que un año estábamos trabajando la Edad Media y unas alumnas me preguntaron: ¿En la Edad Media no había mujeres o qué? Solo se habla de hombres. Entonces les propuse profundizar sobre ese tema. Son chavales inquietos y nosotros digamos que les devolvemos esas preguntas y les planteamos retos".

Los trabajos de profundización en materias deben tener su feedback, tal y como señala este profesor: "Luego les pedimos que lo presenten a sus compañeros de clase. Así todo se integra". Y también se les exige: "A algunos hay que ayudarles a centrarse. Son muy creativos, empiezan mil cosas y no acaban ninguna. Si se han comprometido a hacer algo y no lo presentan, tienen un suspenso. Es un compromiso entre las dos partes. No se trata de decirles que todo está bien. Ha habido casos que no han presentado nada y han suspendido. La creatividad es un valor excepcional y se les da pie a ello, pero si se ha comprometido a entregar algo, tiene que cumplirlo. Es un aprendizaje para la vida".

"aceptación"

Mostrar ese trabajo a sus compañeros es importante para que haya una "aceptación". "El resto del grupo tiene que ver como algo normal que unos hagan un trabajo y otros no, o que un compañero tenga otro material en matemáticas, pero no en euskera", comenta Narbaiza: "Esa diversidad en el aula se trabaja. Ese mensaje de que todos somos iguales ha hecho mucho daño, porque no es así. Los alumnos con altas capacidades agradecen tener espacios donde pueden trabajar entre ellos y los compañeros lo ven bien si antes has trabajado la aceptación, la normalidad... Al principio otra cosa que hacíamos mal es que hacían su trabajo aparte y luego no lo presentaban a la clase. Entonces, sus compañeros no sabían qué estaban haciendo y se creaba una situación que no era buena. Por eso les pedimos ahora ese feedback. Ellos presentan sus trabajos y a los compañeros les suele gustar". Del total de 370 alumnos que hay en este centro, 28 tienen altas capacidades diagnosticadas, lo que supone el 7,5% del total. Es un porcentaje mucho mayor que la media habitual, que suele ser del 2%, pero siguen siendo minoría respecto a los demás, de ahí la importancia de esa integración. "Se tienen que relacionar todos con todos". Además de esos 28 citados alumnos, otros 27 tienen "programas de ampliación".

Con el plan académico expuesto, ¿qué hay de otros aspectos clave y a la vez complicados, como son la gestión emocional o social de estos chicos y chicas con altas capacidades? En La Salle San Luis tienen claro que estos aspectos son fundamentales. De hecho, "el trabajo en la parte emocional y social va antes que el académico, sobre todo en Primaria", indica Narbaiza: "Trabajar la autoaceptación, el conocimiento y la parte social es fundamental. Cuando eso lo tienes más o menos estable, lo académico coge más peso. Primero son niños, que tienen que estar bien y aceptarse. Si baja esa tensión y ansiedad, liberan el potencial y podemos ir a lo académico. Por ejemplo, la aceleración de curso, que suele ponerse encima de la mesa, es la última medida. Hay que mirar caso por caso".

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A Narbaiza la cuestión de las altas capacidades le gusta especialmente. No en vano, uno de sus hijos tiene estas características, pero aclara que "todos los profesionales" de La Salle San Luis "reciben formación anual en altas capacidades, déficit de atención o dislexia", bajo una premisa clara: "Tengo que conocer a mis alumnos para pode trabajar con ellos. Además, nos tenemos que poner de acuerdo en los planes profesores de todas las asignaturas".

Uno de los tópicos sobre los alumnos y alumnas con altas capacidades se resume en la siguiente pregunta: "¿Si son tan listos, por qué tengo que ayudarles?". Es una pregunta que a día de hoy el propio Narbaiza sigue escuchando, incluso entre profesores a los que forma: "Las altas capacidades son que el cerebro te funciona de otra forma, hay que ayudarles a canalizar todo esto. No es que sea listo y ya está. También me suelen preguntar: ¿Cómo haces para ayudar en todo? Yo respondo que no ayudo en todo. Mi límite no puede ser su límite. No soy experto en todo, obviamente. No puedo ser un límite para ellos, porque no podrían expresarse. Por ejemplo, ¿si usan un programa que yo no domino, cómo les voy a evaluar. Pues evalúo el producto. Lo único es que se lo tienes que dejar claro desde el principio".

Este profesor donostiarra pone un ejemplo de cómo funciona una cabeza con altas capacidades: "Mi hijo pequeño, con cuatro años, el día que murió su amona me empezó a decir: ¿Dónde está la amona? Ha dicho el cura que está en las estrellas, pero ahí no se puede porque ahí se quemaría, son como soles. Y si va, ¿por qué no vuelve si nos quiere tanto? Ese tipo de planteamientos es de altas capacidades, una persona con un pensamiento diferente, más creativo".

valoración "excelente"

En este colegio donostiarra están satisfechos del plan de trabajo que han puesto en marcha con el alumnado de altas capacidades. "Si me preguntas por la valoración global, es excelente. Desde el momento en que alumnos bajan la ansiedad y se sienten escuchados, ya es bueno. Pensar que no necesitan ayuda es absurdo, es confundir las cosas. Bien canalizado, es un potencial enorme. Mal canalizado, es fuente de infelicidad. Las altas capacidades son un don, un regalo, pero mal canalizadas pueden ser un problema. Un chaval pequeño al que mandas callar, se aburre y no se entiende... pues está mal consigo mismo. La respuesta que les hemos dado todos estos años, incluso con errores, es positiva, porque ellos se sienten escuchados, empiezan a comprenderse. La mayoría están bien". Sensación que se corrobora viendo trabajar a estos chavales y chavalas en la Zabaltze-Gela. El ambiente es de trabajo, pero a su vez distendido, que no es poco para quienes suelen tener dificultades para adaptarse a los colegios.

"Todos los que han venido, en un nivel u otro, han salido mejor de lo que han venido", se enorgullece Narbaiza, que vuelve a incidir en el camino realizado: "Al principio algunos no querían ir a la Zabaltze-Gela.Zabaltze-Gela Nos dimos cuenta de que no valía para nada lo académico si lo emocional y social no estaba bien. Desde entonces nadie declina estar, están a gusto, nuestra respuesta es mejor que la de antes. Con Gonzalo Vilasau, el psicólogo de Alcagi, trabajamos en casos más excepcionales, le podemos derivar algún chaval. Pero también trabajamos estos aspectos aquí. Para la mayoría es suficiente con lo que hacemos aquí los profesores y lo que hacen en casa sus padres y madres".

La mayor pega que puede tener este plan de La Salle San Luis es que no ofrece Bachillerato. Es decir, este trabajo específico acaba con 16 años. ¿Y luego? "La mayoría van al centro La Salle que está en Loiola. No tienen nuestro programa, aunque lo están implementando. Algunos van al instituto Usandizaga". Un paso que dan ya con una buena base. No en vano, al ser jóvenes con una madurez mayor a la habitual, superan la adolescencia de una manera más suave que la media de jóvenes, que están en plena ebullición con esa edad. Su ebullición ya la han pasado antes.