a parte nueva del pueblo, que es a su vez la más baja, se ha inundado al cien por cien”. Así de rotundo se mostraba el alcalde de Funes, Ignacio Domínguez, al hablar sobre la riada que sobrecogió ayer a los vecinos del municipio navarro. Y es que, si bien es cierto que se trata de una población que siempre sufre en este tipo de situaciones, las últimas obras en la desembocadura del río hacían pensar en un resultado diferente. Sin embargo, el gran caudal del Aragón, insistía el alcalde, no ayudó.

“Es cierto que habíamos alertado para que la gente retirase sus vehículos, pero siempre hay algún despistado. El agua ha afectado a bajeras, sótanos y viviendas. La casa de cultura, por ejemplo, la cerramos, pero habrá que ver si ha entrado el agua o no”, reiteraba Domínguez.

Además, el regadío de la localidad acabó completamente anegado y tendrán que ver los daños materiales y animales una vez que el agua descienda, algo que comenzó a hacer poco a poco pasadas las 11.00 horas de ayer.

Por otro lado, el polígono Sardillas, que es donde están los almacenes agrícolas, acabó inundado por completo pero “las empresas creemos que no han sufrido grandes desperfectos porque tienen las naves elevadas y esperamos que no les haya entrado el agua”, algo similar a lo que sucedió en el colegio; el centro despertó rodeado de agua pero, en principio, no habrá desperfectos en el interior.

Policía Foral y Protección Civil estuvieron a lo largo de la jornada ayudando en la medida de sus posibilidades y, además, un grupo de agricultores con los remolques ayudaron a salir a las personas de sus casas. Por otro lado, los bomberos tuvieron que actuar en un par de ocasiones; una de ellas para rescatar a una persona que se había quedado atrapada desde la noche en la cabaña de una huerta.

Nadie quiso perderse la estampa de ayer y muchos se acercaron hasta el Barranco del Rey, prismáticos en mano, para descubrir hasta dónde llegaba el agua y para ver si sus huertas y cabañas seguían en pie.

La carretera que une Tafalla con Marcilla o Falces, así como la que enlaza Peralta con Funes o Marcilla permanecieron cortadas, por lo que para acceder a estas poblaciones había que desviarse varios kilómetros (a Funes se llegaba por la carretera de Rincón, a Peralta solo se podía llegar viniendo desde Milagro o Andosilla, y a Falces, desde Lerín).