- Dicen que "los cirujanos están mirando al techo por falta de trabajo" y que su labor, en el día a día, se limita prácticamente a colocar "dispositivos para la administración de quimioterapia" y "realizar colonoscopias, que no deja de ser una prueba diagnóstica". Aseguran que el hospital Onkologikoa se está "vaciando", que ha dejado de ser lo que era y que ya no se les derivan pacientes.

A punto de cumplirse dos años de la integración de Onkologikoa en Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, "la incertidumbre" y el malestar ha llevado a un colectivo de "unos 200 trabajadores" de este centro a convocar una concentración de protesta mañana al mediodía frente al estadio de Anoeta. Aseguran que el centro está a la "deriva", que la integración está siendo "engañosa", que se están desaprovechando recursos para tratamientos oncológicos y que sus inquietudes solo reciben la "callada por respuesta".

NOTICIAS DE GIPUZKOA ha querido entender mejor qué ocurre y se ha puesto en contacto con el comité de empresa de Onkologikoa Fundazioa, compuesto por trece miembros: "Dos médicos, tres enfermeras, dos administrativos, auxiliares de clínica, celadores y trabajadores de la cocina", que nos han ofrecido su versión. También nos hemos dirigido a Osakidetza para obtener su versión y contrastar la situación. Sin éxito.

Osakidetza gestiona desde el 1 de enero de 2019 el hospital Onkologikoa de Miramon, con un presupuesto anual de unos 25 millones de euros. La operación se articuló mediante un "convenio de vinculación funcional" que aún sigue vigente; y aunque expira el próximo 31 de diciembre, cuenta con otro año más de prórroga, hasta el final de 2022.

La integración fue un hito, y perseguía que los pacientes del sistema vasco de salud recibieran una "idéntica asistencia", con independencia del centro en el que se les atienda. El proceso, en ejecución aún, debía suponer "un nuevo y trascendental paso en la lucha contra el cáncer e iba a "mejorar sustancialmente" la atención oncológica en Gipuzkoa.

Esto es lo que ponen en cuestión hoy los trabajadores representados por el comité de empresa de Onkologikoa, sin que Osakidetza haya querido atender a la petición de NOTICIAS DE GIPUZKOA para defender la reorganización del servicio, que se dirige ahora desde el Hospital Universitario de Donostia.

Onkologikoa no va a desaparecer. Ni el edificio, ni el nombre, y los propios trabajadores aseguran no tener miedo de perder sus puestos de trabajo, pero sí lamentan que no se contemple su integración en la plantilla del servicio vasco de Salud. Es su principal reivindicación.

"Es muy sencillo. Una integración real y total en Osakidetza siempre la hemos pedido. Históricamente, Onkologikoa ha sido una entidad con vocación pública, concertada con Osakidetza: el 85% de los pacientes que se han tratado provenían de la sanidad pública", reconoce uno de los portavoces del comité de empresa.

Pero la situación actual deja mucho que desear, en su opinión. "Esto no ha sido una vinculación. Ha sido una fagocitación: un elefante que viene a deshacer lo que ya estaba bien hecho. Pedimos que se respete el estilo Onkologikoa", insisten. "La oncología abarca muchas patologías diversas. La mama siempre se ha llevado muy bien, también digestivo, tiroides, próstata...". Lamentan que "en un hospital oncológico, en el que los tiempos de intervención son cruciales, no hay pacientes que atender".

"Hemos pasado de hacer diez resonancias al día a realizar dos"; "se quitaron salas de endoscopias"; "los tres quirófanos que quedan tras la remodelación (uno menos), están infrautilizados", señalan. "Para que te des cuenta de la carga en cirugía, se van a ceder los quirófanos de Onkologikoa para hacer cirugías no oncológicas del hospital del Bidasoa".

Asumen que ahora son un edificio más del Hospital Donostia, en el que conviven profesionales con distintas condiciones laborales, los de Osakidetza, por un lado, y los de Onkologikoa Fundazioa, por otro. Y que "posiblemente", sus ginecólogas de la unidad de mama "no tendrán cabida" en el nuevo esquema y "quizás les pongan a tratar embarazos".

Por ello reivindican la integración del personal en la red pública, como ya ocurrió con los antecedentes del hospital de Basurto, hospital de Mondragon, Sanatorio Antituberculoso-hospital del Tórax (hoy llamado edificio Amara e integrado en el Hospital Universitario de Donostia) y el Hospital Provincial de Gipuzkoa.

El comité de empresa califica la vinculación de Onkologikoa y Osakidetza como una "fagocitación" y pide integrar al personal en la red pública

Osakidetza declina ofrecer su versión ante las críticas a una integración llamada a "mejorar sustancialmente los tratamientos oncológicos"