- Ni el black friday . El miedo al coronavirus y las restricciones de movilidad pueden con una iniciativa llamada a adelantar las compras navideñas. “La gente está triste, es un black friday sin espíritu de compra”, afirman varios pequeños comercios de Gipuzkoa, que confían en revertir la situación de cara a Navidad con nuevas ofertas y, sobre todo, con el fin de las limitaciones.

En la tienda de ropa Polita de Hondarribia esta semana se está vendiendo un 40% menos que hace un año. Su propietaria, Andrea Vargas Moriconi, tiene clara la razón: “Los clientes de Francia no pueden venir y el pueblo da lo que da. El cierre de la frontera nos ha destrozado”. A pesar de ello, el local permanece abierto, no como el otro que tiene en la Parte Vieja donostiarra y que lleva con las persianas bajadas todo el mes ante la falta de turistas y de movimiento: “Donostia ha muerto”.

También sufren un notable descenso en la Boutique Kaixo de la capital guipuzcoana. “No funciona ninguna iniciativa”, asegura su dueña, Ana María Ruiz, para quien, a la falta de movilidad, se le suma el ánimo de los clientes. “La gente está triste y no tiene ganas de comprar ropa si no la necesita”, añade.

Ante esta tesitura, y como explicó ayer este periódico, el número de inscripciones para el black friday entre el pequeño comercio sigue sin crecerblack friday. Una de las tiendas que ha decidido no apuntarse a la iniciativa es Eukene Jantzidenda de Hernani. “Creo que es algo bueno solo para las grandes superficies, para el resto no”, afirma Eukene Rodrigo, que en anteriores años sí decidió sumarse a los descuentos: “Me di cuenta de que la gente estaba esperando al viernes y entre semana no se vendía nada. Es algo que no compensa”, asegura.

Las tres dueñas achacan la actual mala situación a las restricciones impuestas por el Gobierno Vasco. “La gente, sin hostelería, no se anima. Solo se acercan los fieles del pueblo”, señala Vargas, mientras que Rodrigo cree que buena parte de la culpa está en la situación laboral de las personas en ERTE y puestos de trabajo perdidos. “Si no hay gente, es muchísimo más complicado vender. Aunque hagas ofertas, los clientes no quieren venir”, añade Ruiz.

el ‘online’ no es para todos

Ante esta falta de movimiento, una de las soluciones pasa por realizar pedidos online. Algo que muy pocos pequeños comercios se pueden permitir. “No tengo cómo gestionarlo yo sola. Nos dicen que nos tenemos que adaptar, pero estando una única persona no se puede”, explican desde la Boutique Kaixo.

Rodrigo, por su parte, no cree que la venta virtual sea la solución a los problemas. “Se habla mucho de la compra online, ¿pero en realidad hay tanta gente que solo vive de ello? ¿Y qué pasa con los servicios que no están online”, asegura, poniendo como ejemplo las peluquerías, un servicio indispensable que también ha notado una caída en la clientela.

En Polita, en cambio, sí que han activado el servicio de compra online. “Pero tenemos unos monstruos gigantes como competencia”, señala su propietaria, quien además cree que buena parte de sus compradoras, con una franja de edad de 50 a 70 años, no hacen uso de las nuevas tecnologías. “Nosotros nos promocionamos en las redes sociales, pero lo hacemos para que la gente joven nos conozca. Hay una buena parte de personas que siguen prefiriendo el trato físico para comprar ropa”, explica.

navidad impredecible

El black friday habitualmente servía como antesala de la campaña de Navidad. Este año, sin embargo, la mirada está más puesta en los días de diciembre que en los de noviembre. “El black friday siempre ha sido una buena oportunidad para que la gente adelantase regalos, pero ya no lo veo nada claro. Seguiremos haciendo más ofertas para llegar a más gente, pero la situación está muy complicada”, se lamenta Vargas.

Ruiz confía en que el ambiente navideño revierta la situación, pero para ello es fundamental que se flexibilicen las restricciones y así “el ánimo de la gente cambie”. “Estas navidades son impredecibles”, añade, por su parte, la propietaria de Eukene Jantzidenda. “Lo único claro que va a funcionar es el bono de comercio de la Cámara de Gipuzkoa y ya es mucho”, concluye.