DONOSTIA - Marbella García Urbaneja es la gerente del Hospital de Eibar, centro que ha celebrado su primer año de existencia con un saldo de 128.000 consultas atendidas, la mayor parte de las mismas, 91.474, en Atención Primaria. Sus unidades de hospitalización han registrado 253 ingresos. García Urbaneja mira hacia atrás para efectuar un balance del año y también hacia adelante para hacer referencia a lo que resta por hacer.
Un año ya de desde que el Hospital de Eibar abrió sus puertas, ¿qué balance hace?
-Es un balance muy positivo. Hemos conseguido abrir el 90% de toda la actividad que teníamos planificada. Tenemos abiertos todos los servicios que estaban planificados y la experiencia está siendo muy interesante para los profesionales y, sobre todo, para la población de Debabarrena.
¿Los usuarios cómo han valorado el nuevo centro hospitalario?
-La acogida está siendo muy buena. Hay que recordar que se ofrecen distintos servicios, es una oferta amplia y diferente. La Unidad de Atención Primaria ya existía en otro edificio y lo que se ha hecho es trasladarla a unas instalaciones muy mejoradas que permiten poner en marcha proyectos que en el viejo edificio hubieran resultado más complicados de sacar adelante. Además, está la Unidad de Hospitalización para pacientes con necesidad de cuidados paliativos, de recuperación de ictus, de enfermedades que dificultan la capacidad funcional y pacientes crónicos complejos. Es una oferta que con anterioridad no teníamos en la comarca. Es una novedad que evita que pacientes y familias se tengan que desplazarse al Hospital Donostia. También se han mejorado mucho las instalaciones de rehabilitación. Contamos con un gimnasio para pacientes ambulatorios y otro para los hospitalizados. Además, disponemos de una Atención Urgente tipo PAC, equipos de radio diagnóstico y resonancia magnética, Unidad de Salud Mental y oficinas de Salud Pública.
¿Es esa proximidad y el hecho de evitar desplazamientos una de las principales virtudes del hospital?
-Uno de los principales objetivos del hospital era ese: acercar un nivel asistencial que hasta ahora no existía en la comarca de Debabarrena. Pero no solamente en la comarca, ya que se atiende a los municipios limítrofes. Hablamos de la comarca de Debagoiena, algunos municipios de Bizkaia y Azpeitia. Llegamos a 190.000 habitantes, ya que además de los 76.000 habitantes de Debabarrena se atiende a otros municipios. Nos referimos a la hospitalización del paciente crónico complejo, la rehabilitación y los cuidados paliativos. En estos casos evitamos que el paciente y la familia tenga que realizar traslados a otros centros.
¿Es el Hospital de Eibar un proyecto en crecimiento?
-Le quedan algunas cosas pendientes, como la rehabilitación cardiaca y trasladar la rehabilitación respiratoria. La cardiaca es nueva en Debabarrena, pero la respiratoria ya se viene haciendo en el Hospital de Mendaro. Ahora queremos incluirla en la oferta de servicios del Hospital de Eibar. Con eso se remataría la oferta asistencial planificada.
Al poco tiempo de abrir sus puertas se contabilizaban 200 atenciones diarias, ¿cuántas son en la actualidad?
-Se han atendido 128.000 consultas, aunque ahí no se cuentan las atenciones hospitalarias. Andaríamos en torno a las 300 atenciones diarias.
¿Cómo se ha integrado el hospital en el día a día de la comarca?
-Ya en las primeras fases de puesta en marcha del hospital se realizó una campaña muy importante de información a la población, explicando las características del hospital o la forma de acceder a la oferta asistencial. Realmente lo que se ha conseguido es que el paciente no tenga que pensar dónde tiene que ir. Para llegar a la oferta de servicios que tiene el hospital, e incluso si tienen que salir del mismo, nosotros mismos les dirigimos. Son pacientes ya conocidos y el grueso de los que van a llegar al hospital son pacientes que tenemos en el radar, con los que trabajamos desde la Atención Primaria.
Una atención más personalizada, más a la medida.
-Sí, porque desde el momento mismo en el que necesitan el recurso del Hospital de Eibar les dirigimos. Lo mismo pasa cuando necesitan rehabilitación o radio diagnóstico. Pero, sobre todo, tiene importancia en la hospitalización. Es algo que nos venían comentando mucho, que no sabían cómo tenían que elegir un hospital u otro. Ya ese problema no existe. Nosotros les dirigimos. Cuando el paciente llega al hospital ya le decimos cuál tiene que ser la siguiente actuación o el siguiente ingreso, les marcamos el camino.
¿De qué modo se facilita ese itinerario?
-Hemos extendido la figura de enfermera de enlace hospitalario, que ya teníamos en Mendaro, a Eibar. Realiza labores de coordinación de los cuidados de todos los pacientes que acaban en el hospital, pero tanto para llegar como para salir. Esa enfermera de enlace está coordinada también con la trabajadora social, una figura que también hemos incorporado al hospital para que conjuntamente se valore cómo tiene que salir el paciente o si tiene que ser derivado a otro centro o profesional.
Es un complemento a la atención puramente médica.
-Nos ha permitido cerrar el círculo, que todo el itinerario esté en nuestras manos. De alguna manera podemos atender a la población de la comarca de Debabarrena desde que nace hasta el final de su vida, salvo en el tratamiento de algunas patologías que requieren de una atención específica en algún otro centro hospitalario. Cuando ya necesita una atención intensiva de nuestra parte lo podemos asumir. Antes también se realizaba ese seguimiento pero la cercanía lo facilita mucho.