donostia - La víctima de La Manada de Manresa tuvo que declarar ayer tras conocer hace pocos días la petición de la Fiscalía, que imputa un delito de abuso sexual continuado previsto para castigar ataques en los que no concurren ni violencia ni intimidación, sino que la voluntad de la víctima queda anulada por el consumo de alcohol o drogas. Una postura que no concuerda con el sentimiento de la joven aquella noche de octubre de 2016. Ayer, declaró en la Audiencia de Barcelona donde relató lo poco que recuerda sobre aquella noche y aseguró que se sintió intimidada porque “estaban con las pistolas”.

La acusación particular, ejercida por la víctima, califica el ataque de agresión sexual, al entender que la menor fue intimidada y sometida mediante violencia, con lo que eleva la petición a una condena de 15 a 20 años de cárcel. La Fiscalía acusaba a La Manada de Manresa de abuso sexual y no de violación, como ya ocurrió con La Manada de Sanfermines.

La declaración en la Sección 22 de la Audiencia de Barcelona se produjo separando a la víctima de los siete acusados por un biombo. La joven, que tenía 14 años cuando ocurrieron los hechos, explicó que solo recuerda algunos momentos de lo ocurrido porque cree que le pusieron alguna droga. Unos flashes que le permiten recordar la cara de tres de los acusados: Maikel P.T, Bryan Andrés M.C., y Yordanis de J.C. La víctima relató que se sintió intimidada y atemorizada porque algunos de ellos (Marco Antonio R.T., Maikel P.T. y Bryan Andrés M.C.) se iban “pasando la pistola entre los tres” y aseguró que recuerda que ella estaba en el suelo llorando y tener a una persona encima con gafas, que identificó como Yordanis de J.C.

La menor, que ahora tiene 17 años, reconoció que solo recuerda la agresión de tres de los seis acusados, aunque precisó que su amiga Melody le explicó al día siguiente que fueron seis. Durante la vista nombró a cada uno por su nombre o apodo y aseguró que estaba asustada y agobiada, y reconoce que había bebido y fumado marihuana. Además, añadió que también recuerda a varias personas masturbándose dentro de la caseta donde ocurrieron los hechos en una fábrica abandonada en el Camí Torre d’en Viñas de Manresa donde había unas 20 personas, en su mayoría menores.

“forzada” y “obligada” La víctima explicó que sintió “miedo” y se vio “forzada” y “obligada” por los acusados. Relató que con Bryan Andrés M.C. había mantenido anteriormente relaciones pero que ese día le dijo que no quería, y después de eso: “Me empezaron a hacer cubatas y ya no me acuerdo de más”.

Aun así, tiene recuerdos de lo que pasó después, como que Bryan Andrés M.C. y Maikel P.T. le obligaron a hacerles una felación y Yordanis de J.C. la penetró por la vagina, según explicó la joven. Destacó a preguntas de la fiscal que se sintió “intimidada” por la pistola pero también por ellos, y recordó como Bryan Andrés M.C. la llamó posteriormente para pedirle que quitara la denuncia, y que por ello sintió miedo en la fiesta y después.

Una amiga de la víctima relató ayer también: “Bryan me enseño el reloj y me dijo mira cada 15 minutos uno. Y se fueron todos. Me quede sola y fui a la caseta. Alli todos estaban de pie y sin pantalones. El Cuba (otro acusado) estaba encima penetrándole”. “Les tuve que decir que me la llevaba, la duchaba y le daba una pastilla porque la querían tirar a un río”, insistió entre llantos en el momento en que familiares de la víctima abandonaban la sala visiblemente afectados.

Los relatos de las jóvenes sitúan a Bryan como quien incitó a la cadena de violaciones y determinó los turnos, admitió que conocía a la niña y que había conversado con ella en la fiesta. Pero después su relato se basó en culpabilizar a la víctima, asegurando que esta se le “insinuó” y que él la rechazó. Incluso contó que la víctima, tras acusarle, le llamó disculpándose y lamentando no poder retirar la denuncia.

Una actitud que tuvieron ayer durante la declaración de la víctima pues, durante el interrogatorio, las defensas de los acusados intentaron aflorar supuestas contradicciones entre la versión inicial de la víctima y la del juicio, a lo que ella lo justificó que estaba nerviosa y sentía miedo.

trastorno ansiosodepresivo Tras la agresión, las forenses, psicólogas y psiquiatras que tratan a la menor, tutelada durante varios años por la Generalitat, aseguran que sufre un trastorno ansiosodepresivo, siente rechazo de su entorno y pavor de que no la crean, de salir a la calle y de encontrarse con sus agresores. Y todas coinciden: “No fábula”. Sobre cómo le ha afectado el caso, la joven indicó que dejó los estudios y que no salía a la calle, y que ha tenido que ir al terapeuta. - N.G.

‘Geoviolencia sexual’. Este proyecto, impulsado por Feminicidio.net, busca documentar los casos de agresiones múltiples perpetradas desde el año 2016, cuando la violación de La Manada en los Sanfermines de ese año puso en el centro de la agenda mediática este tipo de agresiones.

Más de cien casos. Desde 2016 hasta marzo de 2019 se han dado: 17 en 2016, 14 en 2017, 59 en 2018 y 14 en los tres primeros meses de 2019. Según las estadísticas del proyecto, se han registrado un total de 104 casos de agresiones sexuales múltiples en los que participaron 356 agresores.

El 62,5% de las agresiones fueron violaciones consumadas. Uno de cada cuatro agresores era menor cuando se produjo la violación grupal, mientras que una de cada tres víctimas eran menores.