donostia- La sociedad de Ciencias Aranzadi lidera en la actualidad el proyecto Biobox, cuyo principal objetivo es activar una metodología que potencia el control biológico de aves y murciélagos tanto en los cultivos de viñedos como de manzanos.

Y es que no en vano han bautizado a ambas especies como las “guardianes de viñas y manzanos de Gipuzkoa, ” ya que favorecen el control de plagas de manera biológica.

Para el desarrollo de este singular proyecto Aranzadi ha contado con la colaboración de distintas txakolindegis y sagardotegis: Ameztoi, Talaiberri K5, Arbela, Egiluze, Petritegi, Zapian y Begiristain.

El proyecto Biobox conlleva la colocación de cajas nidos para aves, como el carbonero y el herrerillo, y refugios para murciélagos para potenciar sus poblaciones. Estas especies, a su vez, se han consolidado con una herramienta alternativa y complementaria al control integrado de plagas.

Según explicaron representantes de Aranzadi, “el proyecto Biobox tiene como objetivo poner a punto una metodología para potenciar el control biológico por aves y murciélagos en cultivos de viñedos y sidra con Denominación de Origen Protegida Getariako Txakolina y Euskal Sagardoa, cuya importancia es grande en Euskadi.

En ambos cultivos se ha constatado que aves y murciélagos pueden controlar, entre otras plagas, la polilla del racimo de la vid y la polilla del manzano, dos de las que en mayor medidas afectan a ambos cultivos.

Con la colocación de las cajas nido y de los refugios se consigue aumentar la presencia de los depredadores nativos, que se aclimatan con facilidad a estas estructuras artificiales ya que en los sistemas agrícolas escasean los huecos y cavidades en las que buscan refugio o se reproducen de forma natural.

Colocando estas cajas, según se ha constatado en los viñedos de California, la riqueza de las aves insectívoras aumenta en un 50% respecto a las condiciones originales y, en consecuencia, se incrementa casi cuatro veces el consumo de los insectos que producen las plagas agrícolas.

menos química Impulsar la presencia de aves y murciélagos en los cultivos para controlar las plagas, consiguiendo limitar el uso de productos agroquímicos, es una práctica relativamente reciente que Aranzadi quiere potenciar en Gipuzkoa con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad.

De este modo, además, se contribuye a dar pasos en firme hacia un objetivo en cuya consecución la Unión Europea está poniendo especial esfuerzo, que no es otro que garantizar la biodiversidad en los sistemas agrarios ante una paulatina pérdida de la misma, poniendo el foco en los sistemas agrarios autóctonos.