donostia - La normalidad fue la tónica dominante en el final del peaje de la AP-1, convertida en autovía desde las cero horas de ayer tras 44 años de autopista y 243 muertos en el trazado paralelo de la N-I, entre Burgos y Miranda de Ebro. “Es una mezcla de sentimientos, desde la alegría por el final del peaje hasta la tristeza por todas las personas que han muerto estos años”, afirmó uno de los portavoces de la plataforma que desde 2010 pedía el final del peaje.
Alrededor de un centenar de personas marcharon a pie desde la plaza Mayor de Briviesca (Burgos) hasta el enlace de la N-I con la AP-1, donde realizaron una ofrenda floral y guardaron un minuto de silencio por las víctimas. Después, pasados unos minutos de la medianoche, comprobaron que las barreras del puesto de peaje se habían desmontado. Desde allí, regresaron a la plaza Mayor para retirar, entre aplausos y una traca de petardos, la pancarta que desde hace casi 300 días reclamaba el final del peaje desde el balcón consistorial.
Otros grupos de miembros de la plataforma recorrieron los otros tres puestos de peaje para confirmar la desaparición de las barreras. Durante la primera madrugada sin peaje solo llamó la atención el tráfico de camiones, inusualmente elevada por la A-1, donde también se apreciaba una importante presencia de patrullas de la Guardia Civil, velando por la seguridad, sobre todo en los puestos de peaje, donde se limitó la velocidad a 20 kilómetros por hora en los pasos estrechos.
Todavía habrá que esperar varios días para apreciar los efectos de la eliminación del peaje, aunque la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, estima que 7.000 de los 10.000 vehículos diarios, más de la mitad camiones, que circulaban de media por la N-I se desviarán ahora por la autopista, cuya densidad de vehículos se incrementará en torno a un 35%, hasta los 27.000 de media diaria.
“un mito” El colectivo vasco Peajerik Ez, que apoyó en la madrugada de ayer en Briviesca los actos de liberación de la autopista AP-1, aseguró que la eliminación del peaje en esta autopista burgalesa demuestra que “ha caído un mito” y que la vasca puede ser también gratuita.
Juan Carlos Poderoso, portavoz de la plataforma que lucha por eliminar el peaje en la AP-8, explicó que miembros de este grupo aplaudieron en Briviesca a los primeros coches que circularon de forma gratuita por la A-1, en su tramo Burgos- Armiñón, ahora liberado. Junto a integrantes de la plataforma estatal, participaron también en el homenaje a las personas fallecidas en el tramo de la AP-1 en Burgos, alternativo al ahora se ha liberado.
Poderoso dijo que la eliminación del peaje en esta autopista rompe “un mito”, porque demuestra que “las autopistas se pueden liberar”. Recordó que la concesión de la autopista A-8 en Euskadi finalizó en 2003 y explicó que, después de esta fecha, son las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa las que “vieron el negocio” y cobran ahora el peaje.
Poderoso añadió que el cobro en la AP-8 es “totalmente discriminatorio” porque solo afecta al tramo entre Irun y Usansolo, mientras que el de Usansolo y La Coruña es gratuito. También apuntó que la alternativa al tramo de pago de la AP-8 es “tercermundista y peligrosa”, porque cada día circulan por la misma 23.000 vehículos (de los que más de 7.000 son pesados), pese a que dispone de un carril en cada sentido.
Por el tramo de pago de la A-8, sin embargo, afirmó que transitan a diario 31.000 vehículos por los tres carriles de los que dispone en cada sentido. - Efe