“A Pablo le ha pasado todo lo que le podía pasar, ahora confiamos en que, por fin, salga libre”
Cándido Ibar no se cansa de luchar por que a su hijo, Pablo, que ha pasado 16 años en el corredor de la muerte en EEUU, se le haga un juicio justo en el mes de octubre
DONOSTIA - El primer juicio a Pablo Ibar, acusado de participar en el asesinato del propietario de un local de ocio nocturno y dos de sus bailarinas en el estado de Florida (EEUU) en junio 1994, tuvo lugar casi tres años después, en mayo de 1997.
Este proceso fue declarado nulo con posterioridad y constituyó el inicio de un largo periplo judicial que le llevó al corredor de la muerte, donde permaneció entre los años 2000 y 2016.
Su familia, con su padre Cándido Ibar a la cabeza, ha trabajado a destajo para lograr un juicio justo y, en la actualidad, se muestra esperanzado y confiado en que en el nuevo juicio, que tendrá lugar en octubre, se “haga caso de las pruebas” que cree que facilitarán su absolución.
Cándido Ibar regresó a EEUU el viernes, con el objeto de seguir de cerca el proceso previo al juicio, como la elección del jurado. “Nos tenemos que reunir con los abogados y preparar todo bien, porque Pablo no lo puede hacer”, explica. Antes de su vuelta habló con NOTICIAS DE GIPUZKOA.
¿Cómo se encuentra Pablo y la familia a poco menos de un mes de su nuevo juicio?
-Pablo está ahora mejor que en mucho tiempo porque al fin, después de tantos problemas, ya hay una nueva fecha de juicio y eso, además de generarle la tensión, nervios y miedo lógicos, le da algo de esperanza y y creo que está mejor que en los últimos dos años.
¿Y cómo está la familia?
-Esperanza siempre hemos tenido, pero no nos podemos volver locos y pensar que todo está ganado, porque un juicio es un juicio. Aunque esta vez tengamos un buen grupo de abogados y muchas cosas a favor, el jurado es el que decide y mientras sean otros quienes deciden no se puede estar del todo confiado.
¿Pueden reunirse muchas veces con Pablo?
Yo estuve hace dos semanas, el jueves, y volví a hablar por teléfono el jueves anterior. Mi mujer va los domingos. Tenemos una hora de visita, pero no es libre. También le hemos podido ver en los encuentros que tuvimos el 13 y 15 de agosto, cuando los abogados lo trajeron a la corte a la toma de decisiones sobre el proceso judicial. Si no el contacto suele ser por teléfono.
¿Cómo va el proceso de recogida de fondos para el nuevo juicio?
-El presupuesto es de 1,3 millones de euros y todavía faltan en torno a 255.000. Eso no quiere decir que los abogados no vayan a hacer su trabajo, pero hay que cumplir con la deuda de la repetición del juicio, es algo justo.
24 años en la cárcel y otros tantos en el corredor de la muerte. ¿Cómo se llevan?
-Si me hubieran preguntado al inicio si yo hubiera creído que Pablo o nosotros aguantaríamos tantos años, en un principio hubiese dicho que no. Hemos tenido etapas, porque cada apelación ha tardado años y pierdes una y después otra... Se han ido los años, pero es que se retrasó hasta el primer juicio. No podemos dejar el caso porque sabemos que es inocente. Es mi hijo y Tanya es su mujer y no le vamos a abandonar.
¿El apoyo externo le ayuda?
-Pablo ha tenido mucho apoyo de su familia pero también de fuera, llegado de España. Que se haya creído en él le ha ayudado mucho. Además, físicamente se ha mantenido muy bien, practicando ejercicio. Y lo más importante, mentalmente esta bien después de tantos años.
¿Para la familia también será importante el apoyo, no?
-Desde luego. El recibir apoyos te ayuda a mantenerte firme y, además, como ves que también le ayuda a Pablo, pues todavía más.
Mirando hacia atrás se encontraron con muchos escollos.
-Nos dimos cuenta algo tarde, aunque casi desde el principio, que las cosas no eran lo que parecían. Por inexperiencia, no sabíamos qué hacer. Te enfrentas a capas de trabas que no puedes pasar, ellos dominan el terreno. Es muy difícil. ¡Tantas esperas y luego hasta el abogado se muere! ¡Qué no le ha tocado a Pablo!, casi de todo, y lo hemos ido superando. Ahora el nuevo juicio nos da fuerzas renovadas, a él y a la familia. Esperamos que sea la última etapa.
¿Cómo afrontan el proceso de selección del jurado?
-Hay un abogado experto en este tema que se está encargando de todo. Las dos partes luchan en esta elección. La desgracia es que otra vez se pide pena de muerte, pero tenemos que seguir adelante. Hay 1.800 personas convocadas entre las que se realizará la selección de doce. Va a ser una proceso complicado. A ver si tenemos suerte y se conforma un jurado que no mire el pasado, sino que se centre en las pruebas que se llevan, no en lo que se dijo hace 20 años. Hay que tomar en cuenta lo que se sabe ahora, lo que se presenta ahora, no lo que se llevó a juicio hace décadas, cuando no se presentó nada en su defensa.
¿Qué espera la familia del ansiado juicio de octubre?
-Esperamos, aunque nunca se puede dar por sentado nada, que salgamos libres. Con las pruebas que hay y los abogados que tenemos deberíamos salir bien. Depende del jurado. Hay algo que nos beneficia, porque recientemente se ha dado un cambio importante. Antes si en el jurado no había unanimidad y votaban a favor de la pena de muerte siete a cinco, el juez dictaba sentencia a favor de la mayoría. En la actualidad el jurado tiene que decidir por unanimidad si es culpable y la pena que se le impone. Si ocho jurados apoyan la pena de muerte y cuatro no, no puede salir que sí. Eso creo que nos puede favorecer algo.