Madrid ?Dos años después de finalizar el tratamiento contra un tumor cerebral que le diagnosticaron con 6, Samuel vive libre del cáncer, pero el recuerdo de la enfermedad aún le acompaña en las secuelas cognitivas y de motricidad que ahora, con el deporte, lucha por superar.
La enfermedad y el tratamiento de la misma, que en el caso de los niños es más agresivo que en los adultos, puede dejar en éstos múltiples secuelas, tanto a nivel físico como cognitivo, y que en ocasiones se alargan de por vida.
El deporte se convierte entonces en un aliado y, además de mejorar su condición física, les permite fijarse metas, desafíos y luchar por superarse día a día.
Precisamente Samuel, junto a sus compañeros y al fisioterapeuta y coordinador de deporte adaptado de la Asociación Infantil Oncológica de Madrid (Asion), Borja Recuenco, se han planteado el reto de acompañar en un tramo a los hermanos ciclistas Aníbal y Esteban Ruiz en la ruta Roncesvalles-Santiago, que pretenden completar en 48 horas desde la próxima madrugada.
Para dar visibilidad al cáncer infantil los hermanos Ruiz recorrerán en bicicleta los 790 kilómetros que separan las localidades de Roncesvalles y Santiago de Compostela en dos días, en una acción que servirá como ejemplo de superación para los niños y adolescentes que se encuentran librando su propia batalla contra el cáncer. A Samuel le diagnosticaron un tumor cerebral en abril de 2015. Tras varios ciclos de quimioterapia, cirugía y radioterapia, casi un año después terminó su tratamiento y, desde entonces, “todo ha ido fenomenal”, según explicó su madre, Rosa.
Sin embargo, la enfermedad ha dejado en Samuel algunas secuelas a nivel cognitivo con pequeños problemas en la memoria a corto plazo “que le repercuten en el colegio” y también a nivel físico, en el equilibrio, por la zona en la que estaba el tumor.
Para superarlo, Samuel acude semanalmente a la Asociación Infantil Oncológica de Madrid (Asion), donde trabaja con psicólogos y fisioterapeutas y, además, está en contacto con otros niños en su misma situación.
“En el cole se siente más menguado, mientras que en Asion ve a niños que tienen los mismos problemas que él y con los que se siente muy bien”, apuntó Rosa, que explica la importancia de la motivación y los beneficios físicos que obtienen.
“Está ilusionadísimo y se lo ha contado a todo el mundo”, comentó Rosa, que ve a su hijo feliz y observa la ilusión con la que afronta este reto que hace unos meses ni siquiera podía soñar. Junto a Samuel, en este proyecto participarán también otros 6 niños de la asociación de entre 5 y 14 años.
“Una vez que finaliza el tratamiento parece que los niños ya no tienen problemas, porque han pasado lo más gordo, pero esos niños quieren llevar una vida normal y el deporte les ayuda en ese sentido a tener su propio reto”, explicó Recuenco. l