¡Bagdad ? El periodista iraquí Muntazer al Zaidi, que lanzó sus zapatos al entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante una rueda de prensa el 14 de diciembre de 2008, aspira ahora a ocupar uno de los escaños del Parlamento en las elecciones que el país árabe celebrará este fin de semana.
El reportero del canal de televisión al-Baghdadiya se hizo famoso en Irak y en todo el mundo por esa acción, considerada como un gesto de desprecio en el mundo árabe, para expresar su rechazo a la invasión estadounidense y derrocamiento de Sadam Husein. “Este es el beso de despedida del pueblo iraquí, perro”, le gritó.
Bush se agachó a tiempo para evitar el impacto. Por esa acción fue condenado a tres años de cárcel, permaneciendo en prisión hasta el 15 de septiembre de 2009. El tiempo en la cárcel fue “muy difícil”, dijo, y denuncia que mientras estuvo allí fue torturado y que le rompieron la nariz, los dientes y los pies.
Después de la prisión, Zaidi se fue a Líbano, más tarde a Suiza, después de nuevo a Líbano y finalmente regresó a Irak en 2011. Cuando volvió dijo que lo metieron de nuevo a la cárcel, donde permaneció durante tres días. Por último, regresó a Líbano.
Ahora, Zaidi es candidato a los comicios parlamentarios por el movimiento del destacado clérigo chií Moqtada al Sadr, cuyo brazo armado lanzó una campaña de ataques contra las tropas estadounidense en Irak.
“La principal razón detrás de mi nominación es acabar con la corrupción y echar a los estadounidenses de nuestro país”, aseguró en una entrevista.
Zaidi recalcó que antes del incidente con Bush estaba contra la corrupción y la ocupación y no ha cambiado. “Por eso decidió entrar en el proceso político que se celebra el 12 de mayo”, explicó.
Aunque no reniega de sus acciones del pasado, opta por no utilizar la potente imagen de su ataque a Bush en la campaña electoral. “Confío en el presente, en lo que puedo aportar a los iraquíes. No quiero un voto emocional”, sostuvo.
Lo cierto es que el gesto de Zaidi fue muy polémico en Irak. Unos lo vieron como una defensa de la soberanía nacional y otros como una falta de respeto impropia del pueblo iraquí. Los vecinos de Tikrit erigieron una estatua en su honor a las puertas de un orfanato y fue derribada al día siguiente por las autoridades municipales.
“Espero que gane. Es un celoso protector de nuestro país. Lo que hizo estuvo bien: el país estaba ocupado”, declaró Mohamad Ibrahim, un joven de Bagdad de 26 años. El también periodista Haider Qassem, de 41, no está de acuerdo: “No está preparado para ser candidato. No tiene maneras. No se pueden lanzar zapatos”.
Zaidi explica que regresó a Irak a principios de 2018 y comenzó su campaña electoral hace un mes. “El pueblo iraquí está cansado de tanta política”, aseveró el periodista Muntazer al Zaidi.