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El primer salmón se deja querer en el río Bidasoa

Un centenar de pescadores esperaron en vano la picada del ‘lehenbiziko’ que abre la temporada

El primer salmón se deja querer en el río Bidasoa

elizondo - No picó. Un centenar de pescadores lanzaron sus aparejos en el curso salmonero del Bidasoa pero el lehenbiziko (el primero) de los salmones que abren la estadística se dejó querer y decidió esperar a una mejor ocasión, quizás a una jornada laboral. La apertura de la temporada se adelantó quince días este año pero el “príncipe de los ríos” no se dio por aludido y todos los intentos resultaron infructuosos.

El presidente de la asociación de Caza y Pesca de Bera, Lorentxo Jaurena, tenía preparado el premio que se concede al afortunado con el primer salmón, el lehenbiziko, igual que el campanu como lo conocen en Asturias y Cantabria, pero, al contrario de lo que allí ocurrió, en el río Bidasoa no hubo ocasión para festejarlo. En los últimos años, cuando la campaña empezaba el 1º de mayo, el salmón fue puntual pero en esta ocasión no quiso hacerlo.

“El río lleva un buen caudal aunque parece que los salmones que puedan poblar el río deben estar más repartidos en otros tramos, en contra de los que ocurría antes de derribarse la presa de los 50 en cuyo entorno se veían los últimos años”, comentó el beratarra Juantxo Otamendi, uno de los más reconocidos amigos y cuidadores del Bidasoa. La pesca continuará hoy, con los salmoneros ilusionados por añadir su identidad al palmarés y también, porqué no decirlo, por el suculento valor económico del único que se puede sacar a la venta.

El campanu asturiano, llamado así porque las parroquias anunciaban a rebato la pesca del primer ejemplar, sí fue puntual. Se capturó en el paraje El Arcu del río Sella por Juan Antonio González, conocido por El Sastrín, con un peso de 7,190 kilos por el que en subasta en Cangas de Onis se pagaron ¡11.900 euros!

En el Bidasoa, donde la expectación es importante entre los aficionados, habrá que seguir esperando por más que se piensa que el lehenbiziko no puede tardar en picar. La incertidumbre también contribuye a hacer todavía más afición.