donostia - Terminar el nuevo aeropuerto internacional de Berlín, cuya inauguración ha sido aplazada hasta en cinco ocasiones y acumula más de seis años de retraso, costará 770 millones de euros adicionales, según informó ayer la empresa pública de radio y televisión de Berlín-Brandeburgo (RBB).
La cifra en cuestión figura en un plan de negocios de la empresa gestora del futuro aeropuerto berlinés al que tuvo acceso la RBB y que será presentado la próxima semana al consejo de supervisión, un órgano que ejerce funciones de control.
Con este nuevo desembolso, el coste total para la construcción de la infraestructura asciende a cerca de 7.300 millones de euros.
El aeropuerto Berlín-Brandeburgo Willy Brandt, que inicialmente iba a ser inaugurado en 2011, se ha visto afectado por numerosos escándalos, lo que ha provocado fuertes críticas nacionales e internacionales, además de varios relevos en la cúpula directiva y en el consejo de supervisión.
El primer retraso, de solo unos meses, hasta el mes de junio de 2012, fue menos escandaloso que el segundo, anunciado solo unas semanas antes de la ceremonia de inauguración en la que se esperaba a la canciller Angela Merkel y a otros dirigentes alemanes.
Desde entonces, las obras del proyecto han sufrido numerosas demoras y todo tipo de contratiempos a causa de la deficiente planificación, de los sobrecostes y de los incontables problemas técnicos relacionados con el sistema contra incendios.
En agosto de 2017 cientos de pasajeros estrenaron el aeropuerto de Berlín en construcción después de que varios vuelos fueran desviados a esta nueva infraestructura por el hallazgo de una bomba de la II Guerra Mundial cerca de Tegel, principal aeropuerto de la capital. Tuvieron que soportar largas esperas para desembarcar a causa de la falta de escaleras y autobuses.
Precisamente, el nuevo aeródromo berlinés debería reemplazar a los de Tegel y de Schönefeld, que en teoría tenían que haber dejado de ser operativos en 2012. Sin embargo, la demora en los trabajos de construcción del proyecto que llevará el nombre de Willy Bradnt, el socialdemócrata alemán que ocupó el cargo de canciller de Alemania Occidental entre 1969 y 1974, mantiene activos ambos aeropuertos.
obras desde 2016 Air Berlin, la mayor quiebra de una empresa alemana en 2017, llegó a justificar algunos de sus problemas financieros por los constantes retrasos en la apertura del nuevo aeropuerto de la capital.
Los continuos retrasos y problemas del aeropuerto han motivado que a lo largo de los últimos años muchas voces cuestionaran en Alemania la idoneidad de los políticos a la hora de encargarse de la construcción de la infraestructura. Desde que comenzó a construirse en 2006, los costes de este macroproyecto han ascendido desde los 2.000 millones de euros a más de 7.000 millones, alargando así la sombra de una obra fracasada, que muchos ya consideran una vergüenza nacional. - Europa Press