Amsterdam. El fotógrafo venezolano Ronaldo Schemidt, autor de una de las instantáneas nominadas al World Press Photo 2018 en la que retrata a un joven en llamas durante una protesta en Caracas, explicó en una entrevista con Efe que disparó la cámara "sin saber qué había delante".

Este fotoperiodista de la Agencia France Presse (Afp) trabaja habitualmente en México, donde reside, pero regresa de vez en cuando a su país natal para documentar acontecimientos, como el multitudinario funeral por la muerte del expresidente Hugo Chávez, las elecciones a la Asamblea Legislativa de 2015 o las protestas de 2017.

La imagen que le ha valido para la nominación a la Fotografía del Año del certamen World Press Photo la hizo el pasado 3 de mayo, una tarde en la que los opositores tomaron dos grandes avenidas del este de Caracas. Schemidt se repartió el trabajo con otro compañero y cada uno se puso en una calle. "Nos comunicábamos por radio para decirnos cómo estábamos, por si alguno terminaba herido", rememoró. Cuando parecía que los enfrentamientos entre jóvenes y guardias nacionales habían terminado, el fotoperiodista se dirigió a su oficina, pero vio por casualidad a unos manifestantes con escudos que se movían con velocidad hacia otra calle.

"Decidí correr con ellos. Cuando llegué a la cuadra paralela, los vi golpeando vehículos blindados con palos, piedras y tirando bombas molotov", contó el fotoperiodista. En ese momento, los jóvenes atraparon una moto que conducían dos agentes de la Guardia Nacional y les hicieron caer al suelo.

"Empezó un enfrentamiento a puños y golpes. Uno de los vehículos blindados que estaba detrás avanzó hacia los manifestantes, atropelló a varios y retrocedió, llevándose consigo la moto y arrastrándola calle abajo unos 20 metros", explicó Schemidt. Tanto los guardias como los vehículos blindados se retiraron, pero la moto se quedó en medio de la avenida, así que los jóvenes la empujaron unos 50 metros hacia sus posiciones.

"Empezaron a brincar encima de ella, como si fuese un trofeo para celebrar que habían golpeado a los guardias y se la habían quitado", añadió el fotoperiodista. En medio del caos, uno de los manifestantes tiró un cóctel molotov que produjo unas pequeñas llamas de fuego, pero estas no hicieron explotar el vehículo porque el tanque de gasolina estaba aún cerrado.

Schemidt sintió que la situación era peligrosa, hizo una fotografía a la moto en llamas, se dio la vuelta y empezó a caminar en dirección contraria. Fue entonces cuando otro manifestante golpeó el tanque de gasolina con un tubo, rompió su tapa e hizo saltar un chorro de varios litros de combustible que, al entrar en contacto con las llamas dejadas por el artefacto incendiario, creó una bola de fuego que impactó en José Víctor Salazar, un joven de 28 años.