Iruñea - Un informe elaborado el año pasado por media docena de técnicos del Gobierno de Nafarroa de tres departamentos distintos -Interior, Desarrollo Económico y Medio Ambiente- ha supuesto la piedra an-gular para que el Ejecutivo foral contemple en los presupuestos del próximo año el encargo de un informe al máximo nivel, con expertos internacionales, sobre la seguridad de la presa de Yesa, además de exigir la paralización de las obras de recrecimiento hasta la culminación de este documento. Dicha comisión para el seguimiento de estas obras y los riesgos que conlleva en materia de protección civil expone en sus conclusiones que la Confederación Hidrográfica del Ebro subestima los riesgos en Yesa, puesto que “la confluencia de distintos factores naturales y antrópicos arrojan importantes incertidumbres sobre el estado de la seguridad del embalse y de la ladera”.
Posteriormente a la elaboración de este informe, la comisión se reunió con técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro encabezados por su presidente Raimundo Lafuente, donde mostraron sus discrepancias sobre los coeficientes de seguridad y sísmicos a tener en cuenta, y ya en febrero de 2017, una vez emitido por el organismo de aguas el último informe sobre el comportamiento de la ladera, la comisión navarra ratificó sus conclusiones: “Siguen existiendo importantes incertidumbres en relación con la seguridad de la ladera, no quedando clara la situación actual después de las actuaciones de emergencia, ni las necesidades de nuevas obras complementarias en una ladera que la CHE ya considera estable, ni la eficacia de las nuevas obras anunciadas, que se podrá evaluar cuando la CHE presente el proyecto junto con estudios actualizados”. Los técnicos informan de que “la mayoría de estos condicionantes se encuentran del lado de la inseguridad” y así enumeran varias cuestiones cruciales en este puntos. Según los analistas, la inseguridad de Yesa se debe a que la geología de la zona es muy variada y complicada, con existencia de paleodeslizamientos y deslizamientos actuales. Además apuntan a la estimación errónea histórica de los parámetros geotécnicos. Por otro lado, el factor de seguridad de la ladera derecha que no es definido con precisión por la CHE. Asimismo, las obras complementarias de la ladera que están en proyecto como última fase de refuerzo de la estabilización, en una ladera que la CHE ya considera estable o al menos que no tiene movimiento significativo.
Los parámetros de cálculo sismológico que, aun cumpliendo la norma sismorresistente vigente cuando se redactó el proyecto, son inferiores a las nuevas propuestas de modificación de la norma y a los estudios históricos de la sismología de la zona. Aluden a dudas sobre el comportamiento del embalse recrecido en relación con la seguridad de la presa y la ladera derecha. Por último dicen los técnicos que el plan de emergencia implantado es cuestionado en cuanto a la eficacia de las alertas sonoras en la población de Sangüesa y en el tiempo necesario para una evacuación efectiva.