donostia - La abuela que estranguló a su nieta de diez años en Errenteria en septiembre de 2015 ha tenido una muerte de características similares a las que ella misma infligió a la pequeña al fallecer atragantada por una pieza de fruta en el centro psiquiátrico en el que cumplía condena.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 23 de junio en el Hospital Aita Menni de Arrasate, donde la mujer de 67 años y aquejada de una grave enfermedad mental había sido recluida tras ser condenada el pasado mes de marzo a seis años de cárcel y a 23 de internamiento, según informaron fuentes del centro psiquiátrico.

El atragantamiento se produjo en presencia de una enfermera de la Unidad de Psiquiatría legal tras lo cual le fueron practicadas a la mujer maniobras para liberar la vía aérea sin éxito. Paralelamente, el centro avisó al médico de guardia, que ante la gravedad de la situación solicitó una ambulancia medicalizada que trasladó a la paciente al Hospital de Txagorritxu de Vitoria donde falleció, según explicaron las mismas fuentes.

La mujer permanecía ingresada en el centro psiquiátrico después de que se alcanzara un acuerdo de conformidad entre su defensa, la Fiscalía de Gipuzkoa y la acusación particular que ejercían los padres de la niña, que evitó la celebración de un juicio.

El acuerdo aplicó la eximente incompleta de anomalía psíquica, ya que cuando tuvo lugar el crimen sufría un “trastorno de ideas delirantes de rango psicótico” mantenido en el tiempo. Además, le reconoció las atenuantes de confesión y de reparación del daño causado, si bien le impuso la agravante de parentesco.

El asesinato se produjo la tarde del 5 de septiembre de 2015. Esa misma mañana, el aitona de Anne, la niña asesinada, fue a recoger a la pequeña al domicilio donde residía en Irun para pasar la jornada con sus abuelos en el barrio de Beraun de Errenteria, que en esas fechas se encontraba de fiestas.

El crimen se produjo por la tarde después de que el abuelo abandonara el domicilio para ir a cantar al coro, momento en el que la ahora fallecida enrolló un cinturón de una gabardina en el cuello de su nieta y, simulando un juego, la llevó a uno de los dormitorios de la vivienda donde la estranguló. “Chema te pido perdón, cuida del resto de la familia. Lo hago para que no entre en un centro de acogida”, dejó escrito a su marido la ahora fallecida.

Tras cometer el crimen, la mujer hizo una llamada telefónica a la Policía en la que afirmó haber matado a su nieta.

Varios recursos de la Guardia Municipal de Errenteria se desplazaron entonces al lugar de los hechos, donde comprobaron que la pequeña se encontraba en estado muy grave.

Los agentes iniciaron unas maniobras de reanimación hasta la llegada de los sanitarios que estabilizaron a la menor y la trasladaron al Hospital Universitario Donostia, donde sin embargo falleció al día siguiente. - Efe/N.G.