“Protestamos mucho, pero luego, como un xirimiri, utilizamos libros basados en la Lomce
La editorial Ikaselkar lanzó en 2011 el proyecto Eki con el objetivo de adaptar el material escolar de Euskadi al currículum vasco acordado hace una casi una década por Lakua y varios agentes sociales. Ahora da un paso más
donostia - Ambos han sido profesores y ahora están embarcados en la creación de material escolar made in Euskal Herria, diseñado “por y para los vascos”. Su proyecto Eki se utiliza ya en más de 150 centros escolares de Euskadi, principalmente en las ikastolas pero también en 60 de centros de la red pública y una quincena de colegios privados. Promueven una herramienta que va más allá de la acumulación de información y se basa en la adquisición de competencias, alejada de la visión academicista y centralista de la Lomce. El euskera y las nuevas tecnologías están en su ADN.
¿De dónde surge el proyecto Eki y en qué se basa?
-Mikel Arrizabalaga: El origen está en torno a 2005 o 2006 con el desarrollo del diseño del currículum vasco elaborado entre el Gobierno Vasco y distintos agentes sociales. Nos reunimos para diseñar el informe del currículum vasco, que se definió ya para 2008 y 2009 y se dio por bueno. Desde ese punto de partida, la idea fue elaborar material escolar que respondiese al currículum vasco. Y se creó Ikaselkar en 2011, que es una editorial nueva; pero nosotros no somos nuevos. De hecho, la asociación de ikastolas y Elkar llevábamos 25 años trabajando juntos y lo que hicimos fue crear un nuevo ente jurídico entre ambos.
El material de la ESO (12 a 16 años) está completado y ahora toca elaborar el de Primaria. ¿Qué supone eso?
-Daniel Maiza: Es un paso importante. Tenemos un grupo de trabajo compuesto por más de 80 personas trabajando día a día. Este curso que termina sale la primera promoción que ha hecho los cuatro años de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) con este material, pero esto no termina aquí, queremos material para todo el periodo escolar y ahora estamos trabajando con el proyecto Eki para Educación Primaria. El primer año será de pilotaje y experimentación.
¿En qué se diferencia Eki del resto?
-M.A: Nosotros no aplicamos la Lomce. Y lo que hacen el resto de editoriales que tienen sus sucursales aquí, es coger los libros del Estado y traducirlos. Por desgracia, en el mercado de Euskal Herria, las editoriales venidas del Estado español ocupan dos tercios y eso es preocupante, porque están implementando la Lomce.
¿Y son muy diferentes a Eki?
-M.A.: Sí, sobre todo en el ámbito pedagógico. El planteamiento es muy diferente. Nosotros hemos asimilado las nuevas corrientes y metodologías que vienen de Europa y estas no tienen nada que ver con la visión clásica de la Lomce.
-D.M: Nosotros definimos el perfil de salida de los estudiantes, valorando qué capacidades deberían conseguir al terminar la ESO y esto lo concretamos en una serie de competencias.
¿Y lo contrario sería la acumulación pura de conocimientos e información, es decir, llenar la olla?
-D.M: Hay que llenar la olla, pero en un momento concreto ese conocimiento hay que aplicarlo con sentido y a eso hay que enseñarles.
-M.A: Les tenemos que enseñar a los alumnos a movilizar y transferir los conocimientos a su vida cotidiana y así sabrán si son competentes para hacer frente a una situación o no.
¿De dónde han bebido para elaborar el programa Eki?
-M.A: Siempre se pone como ejemplo Escandinavia y concretamente Finlandia; y a menudo queremos trasladar las cosas buenas de allí hasta aquí, pero la estructura social de allí y el modo de vida, no tienen nada que ver con el nuestro. Nosotros nos hemos nutrido de esa filosofía pedagógica, pero traer eso a lo cotidiano no es tan fácil y eso es lo que ha hecho Ikaselkar. Tenemos que ser conscientes de que Eki es algo creado aquí y es importante decir que somos pioneros a nivel europeo.
¿Cuáles son sus pilares?
-M.A: El plurilingüismo es importante, pero basado en el euskera; tenemos que garantizar el futuro de nuestro idioma y, por supuesto, a partir de ahí, aprender otros idiomas, pero el eje siempre es el euskera. Y luego hay otra competencia que hoy en día está muy extendida y es la competencia digital, las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación).
Su modelo está metido en todas las ikastolas, pero también en algunos centros públicos y privados. ¿Quién decide en dónde sí y dónde no?
-M.A: En las ikastolas se emplea y han visto muy claro que es un proyecto de futuro. En otros lugares es más complicado. En la red pública, cada centro tiene su autonomía para decidir y nos encontramos con que hay muchas tribus. En la ESO, a diferencia de la Educación Primaria, hay dos problemas estructurales a la hora de decidir: por un lado hay una movilidad del 38% en el profesorado, que se mueven y eso es un lastre. Y segundo, se están creando macrocentros con un montón de aulas y eso es ingobernable.
¿Dónde está el problema?
-D.M: Si un colegio tiene un proyecto educativo, debería tener el material adecuado para el mismo, pero no se funciona así, sino por ciclos y sobre todo por seminarios, el de matemáticas o el de sociales... Cada uno elige su propio material. No hay un centro en el que la dirección marque una pauta.
Me preocupa lo que escucho.
-M.A: Aquí estamos diciendo las de Dios en contra la Lomce y dándole candela la Administración y a diario estamos, los profesores, como un xirimiri, utilizando libros basados en la Lomce. Y ahí estamos callados en contra de eso.
¿Tenemos una enseñanza pública de calidad?
-M.A: La brecha, sobre todo la digital, entre la red pública y la privada está aumentando mucho. Los centros públicos están dejados de la mano de Dios. El desarrollo digital que hay es mucho menor en la mayoría de los centros que en los privados o concertados. En los públicos no tienen infraestructura, ni formación, ni herramientas, ni autonomía para tomar su propio camino. Y el responsable es el Gobierno Vasco y si no hace una apuesta fuerte y una inversión en todos los sentidos, pues no va a avanzar. Y luego, en los institutos, es cierto que la gente no está muy motivada. Con eso no quiero que todos los centros privados sean maravillosos. Hay de todo y también hay excelentes ejemplos en escuelas públicas, como es el caso del instituto de Urnieta y algunos más.
-D.M: Hay que contextualizar. Estamos ante un cambio. La enseñanza, al igual que otros ámbitos, tiene que cambiar. Y unos centros públicos sí han adoptado el proyecto Eki como herramienta de ayuda o medio que les ayude a ese cambio. Y esos son, de alguna manera, los que han visto la necesidad de cambio. Eso supondrá una inversión de dinero y tiempo, pero hay un premio. No podemos seguir igual. Debe haber una motivación. Hay centros que están avanzando pero depende de los profesores.
¿Qué pueden decir del modelo educativo vasco, si lo hay, y de los malos resultados PISA pese a gastar más que otros en Educación?
-M.A: Es verdad que el informe ha levantado ampollas, incluso en el Gobierno Vasco, pero no lo compartimos. Hay que ver PISA como una herramienta de evaluación que responde a un modelo concreto, un modelo económico capitalista. Y la educación va más allá.
¿Hasta dónde?
-M.A: Tenemos que cambiar la sociedad desde la Educación. Si no nos gusta la sociedad que tenemos, podemos cambiarla desde la Educación.
-D.M: Yo, como profesor, uno de los mayores problemas que he tenido es cómo responder a la pluralidad.
¿De qué tipo?
-D.M: La pluralidad entendida de un modo global: de idioma, económico, color de piel, personalidad... La apuesta que hace Ikaselkar y el material que pone, no diré que vaya a arreglar eso, pero es un paso, porque es más adaptable a todo tipo de alumnos. Parece que están más motivados. El feed back entre alumnos también es muy importante.
El Gobierno Vasco quiere elaborar un nuevo proyecto educativo vasco para 2020 con todos los agentes...
-M.A: Si hay voluntad por parte de todos, podemos llegar a buen puerto, como se hizo para el desarrollo del currículum vasco entre Kristau Eskolak, ikastolas, red pública, Gobierno Vasco, sindicatos y asociaciones de padres, que estaban de acuerdo, pero ahora mismo hay intereses contrapuestos, una dura lucha, no solo entre redes, sino dentro de una misma red, a raíz de los recortes, la Lomce y otros asuntos. Yo subrayaría el trabajo de los profesores en la enseñanza pública, pero creo que tendrían que tener otras condiciones y hay un punto de desmotivación.
¿Debería homogeneizar Lakua el sistema educativo en Euskadi?
-M.A: No necesariamente, pero el Gobierno Vasco tiene que poner medios y el más importante es dotar de autonomía, también económica, a los centros para que puedan desarrollar su proyecto educativo y actualmente no son capaces.
¿Y los profesores cómo encajan todo esto? ¿Les gusta su modo de ver la educación, el proyecto Eki?
-D.M: Ahí también hay mucha variedad. Si de arriba hay apoyo o una orden, pues bien, pero nosotros preferiríamos, como editorial, que viniese más gente a los cursos de formación que damos a los docentes. Hoy en día el Gobierno Vasco deja toda la carga sobre los profesores y en este caso Ikaselkar ha puesto de su parte algo que otros no ponen, que es el acompañamiento.
¿Hace falta más implicación por parte de toda la sociedad?
-M.A: Implicación social: hacer ver que creemos en la educación, porque estamos haciendo país y lo tenemos que tener claro.
¿Y el papel de los padres? ¿Hacen dejación de eso?
-M.A: Los padres tienen una relación directa con los centros y estos deberían tomar la responsabilidad de informar, educar y aconsejar a los padres, porque estos son otro elemento importante en el proceso de la enseñanza. Y cuando hay un proyecto educativo, hay que explicárselo a los padres y madres. Si no se hace, es que falla algo en el centro.
¿Qué posibilidad tiene un profesor recién llegado a la enseñanza para motivarse en este escenario?
-D.M: La clave en la educación es cómo entra un profesor nuevo cuando llega a un centro; sus dos primeros años son claves y la dinámica de trabajo que vea, creo que eso marca su actividad para siempre.