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“Hay vida más allá de un trauma, una persona no es víctima para siempre”

¿Se puede volver a escribir el pasado? Enrique Echeburúa contestará a esta pregunta hoy a las 19.00 horas en San Telmo Museoa, en un ciclo organizado por Jakiunde

“Hay vida más allá de un trauma, una persona no es víctima para siempre”Fotografía Ainara Garcia

donostia - Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la UPV/EHU, desvelará hoy las claves del funcionamiento de la memoria de cara a superar sucesos traumáticos. En su conferencia ¿Se puede volver a escribir el pasado? Más allá de la memoria traumática, que tendrá lugar en San Telmo Museoa a las 19.00 horas, explicará de qué manera los recuerdos cargados de emociones negativas quedan grabados y qué mecanismos desencadena la memoria para hacerles frente. La charla, abierta hasta completar aforo, se encuadra en el ciclo Memoria, Trauma e Identidad Personal y ha sido organizada por el museo y Jakiunde.

¿Cómo definiría la memoria?

-La memoria es una capacidad psicológica de los seres humanos que sirve para conservar y evocar las experiencias vividas. Esas imágenes del pasado se archivan en la memoria, pero como esta es frágil, no graba una reconstrucción del pasado, sino una representación. Es decir, que está sujeta a muchas modificaciones, sobre todo por las emociones. La memoria es fundamental en el proceso de identidad personal, porque el presente está configurado por las experiencias que hemos vivido y eso nos permite proyectarnos hacia el futuro.

¿Cómo funciona el almacenamiento de los recuerdos?

-El paso del tiempo y la creación de nuevos recuerdos explican que buena parte de los recuerdos desaparezcan o se diluyan. El saber sí ocupa lugar y el cerebro tiene una capacidad limitada de procesar información. Es uno de los motivos por los que en el ámbito de la Justicia existe la prescripción de los delitos. Parece injusto, pero cuando ha transcurrido un tiempo es muy posible que la calidad de esos recuerdos sea pobre o esté interferida.

¿Existe alguna diferencia entre los recuerdos comunes y los más emocionales?

-Sí, los recuerdos más emocionales, que están relacionados en el cerebro con la amígdala y la corteza cerebral, son más difíciles de extinguir, tanto tengan una carga positiva o negativa. Por ejemplo, la gente recuerda dónde estaba el 11 de septiembre de 2001, dónde conoció a su pareja, cuándo se sintió traicionado, o situaciones de abuso sexual, tortura o violencia.

La memoria y las emociones están muy unidas.

-Es un mecanismo bidireccional. Es decir que si estoy de buen humor es muy posible que me parezca que los sucesos de mi infancia han sido gratos, porque los recuerdos están teñidos por el estado emocional que tengo en estos momentos. Sucede lo contrario si estoy triste. También se produce el fenómeno inverso: de repente me viene un recuerdo agradable, como una canción que me asocia a cuando conocí a mi primera pareja. Eso me crea un nivel de bienestar.

Pero se pueden llegar a olvidar recuerdos que fueron muy traumáticos.

-Se pueden dar dos fenómenos que pueden ser paradójicos: la amnesia y la hipermnesia. Y a veces puede darse una mezcla de las dos. La hipermnesia está presente cuando ese proceso benefactor que el tiempo hace para ir dejando atrás las experiencias pasadas no se puede hacer. Esos recuerdos de carácter tiránico para la conciencia se han convertido en vivencias, emergen en forma de pesadillas y reexperiencias perturbadoras. Y también se puede producir una amnesia selectiva, que no está relacionada con las leyes del olvido. Hay personas que a pesar de la intensidad emocional de lo que han vivido no lo recuerdan, o tienen recuerdos inconexos. Se ejerce una represión emocional sobre ello, porque esas experiencias muchas veces están cargadas de sentimientos negativos para la persona, de vergüenza, culpa u odio. Esto se da en casos de personas que han sufrido abusos sexuales continuados.

¿No se trata de un mecanismo de defensa?

-Es un mecanismo de defensa inadecuado. Lo que tiene de protector lo tiene de limitativo en su vida cotidiana. La amnesia selectiva no la elige la persona, es un mecanismo automático que se pone en marcha ante ese tipo de situaciones.

¿Cómo afecta psicológicamente una memoria traumática?

-Tenemos capacidades para hacer frente a las adversidades de la vida cotidiana, como una ruptura o la muerte de un ser querido. Pero un suceso traumático supone una quiebra en la confianza y la seguridad de una persona, y eso hace que muchas veces pueda no superarlo y tenga problemas de depresión, trastorno del estrés postraumático, ansiedad o abuso de alcohol, porque se sienten atrapados por su pasado. Quienes lo superan son personas más resilientes. Por ejemplo, el pianista británico James Rhodes, que fue objeto de abusos sexuales brutales por parte de su profesor de gimnasia durante años, pero encontró en la música la capacidad de recuperar su vida.

¿Qué mecanismos tiene el ser humano para protegerse de ellas?

-Las personas tienen reacciones distintas ante las mismas situaciones y recurren a estrategias psicológicas dañinas o favorables. Una de las negativas es la nostalgia: cuando idealizas el pasado anterior al pasado traumático. Por ejemplo una persona víctima de terrorismo queda amputada cuando tiene 18 años, entonces empieza a idealizar lo que ha sido su vida anterior y todo lo actual le parece que carece de sentido. Otras estrategias son aspectos relacionados con el odio o la venganza hacia una persona o institución que ha podido ser causante de los males que tiene esa persona. El odio produce una gran energía, pero te hace estar anclado en el pasado. Además el odio no le llega a la persona a la que se odia, te hace daño a ti mismo. La venganza va un paso más allá, deseas que a la otra persona le pase lo mismo que te ha pasado a ti.

¿Cuál es la fórmula para superar una situación traumática?

-A través del olvido, no el amnésico, sino el activo. Olvidar no quiere decir que la persona no recuerde lo que le ha ocurrido, sino que no se recree en ello. Uno es consciente de que eso está ahí, de que forma parte de su historial, pero lo mete en su archivo y pasa de un recuerdo traumático a un recuerdo biográfico. Hay vida más allá de un trauma, una persona cuando ha sido víctima de un suceso traumático no es víctima para toda la vida.

¿Qué papel juega el perdón?

-El perdón es una categoría religiosa que tiene una traducción a nivel moral y civil. Perdonar a quien te ha hecho daño es una forma de superar el malestar. Significa liberarme a mí mismo de ese recuerdo atroz que tengo de la conducta injusta que esa persona llevó a cabo conmigo. Pero no significa reconciliarse.

¿Se puede ayudar a acelerar el proceso?

-Depende de los recursos psicológicos que tenga esa persona. La implicación en actividades positivas a nivel de trabajo, lúdico y de relaciones sociales ayuda a diluir el peso del recuerdo traumático. También depende del apoyo del entorno y de dejar pasar el efecto del tiempo. Si a pesar de eso surgen esas pesadillas y efectos traumáticos la persona necesita un tratamiento de exposición. Así, se intenta que haga frente a ese empacho emocional para facilitar la digestión. La persona relata esos recuerdos ante la presencia segura de un terapeuta de forma secuenciada de manera que vaya poniendo nombre a lo que le ha ocurrido y vaya reseteando el disco duro de sus recuerdos metiendo cada uno en su archivo.

Los malos recuerdos son necesarios.

-Se están haciendo estudios en ratas con drogas que les borran los recuerdos. Parece ciencia ficción y dudo de su eficacia, porque no recordar cosas negativas nos convertiría en marionetas. Los recuerdos de cosas negativas nos sirven para aprender y tienen un valor supervivencial para aplicar en tus experiencias futuras.