El buen clima ha alargado la presencia de la avispa asiática en Gipuzkoa
En octubre se detectaron varios nidos diarios, algo inusual en estas fechasApicultores lamentan la poca eficacia de las medidas y se aferran a las lluvias
donostia - La avispa asiática -o vespa velutina- continúa atacando los colmenares guipuzcoanos a estas alturas del año. Un hecho no muy habitual que se debe “al buen clima” de octubre, pero también al retraso que se produjo en la aparición de estos insectos, también debido al tiempo, aunque en este caso a las intempestades de primavera, informa Egoitz Galarza, veterinario de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa.
Esta avispa se alimenta de frutos maduros e insectos, en particular abejas, que pueden llegar a constituir el 75% de su dieta, lo que la convierte en una especie problemática para el sector agrario y, en particular, el apícola, que se encuentra amenazado por la vespa velutina desde que esta especie originaria de Asia se introdujo en Francia en 2005 con la importación de mercancías de ese continente.
En este momento, estas asesinas voladoras están en tiempo de descuento pues están terminando su ciclo vital. Las lluvias y el frío que trajo la primavera “retrasaron un mes la aparición de la avispa asiática en Gipuzkoa”, desde finales de julio hasta finales de agosto y principios de septiembre, cuando han echado a volar este año. “Incluso pensamos que no íbamos a tener tanta avispa este año, pero al final sí que las hemos tenido y con mucha virulencia. Han causado muchas bajas en las colmenas”, apunta el veterinario.
De hecho, en Donostia, el lugar más afectado por la vespa velutina de Gipuzkoa, se encontraron 46 nidos en septiembre y 35 en octubre. La detección va a cargo de Neiker Tecnalia, el Instituto Público de Investigación y Desarrollo Tecnológico del sector Agroalimentario y del Medio Ambiente, que publica en su web las guaridas encontradas. “En general, en todos los pueblos de Gipuzkoa y en todas las zonas donde hay colmenares hay gran presencia de avispa asiática. El recuento es parecido o hay más cantidad de nidos este año que los anteriores”, resume Galarza.
nuevo ciclo vital “La nueva generación de avispas reinas ya ha nacido, se han fecundado y se están preparando para pasar el invierno”, detalla. Ya se han hecho con su territorio, y los nidos están al máximo de su tamaño, por lo que es el momento en el que se esconden y dejan de hacerse visibles. “Ya es tarde para prevenir”, asegura.
Para los apicultores esto quiere decir que las cartas ya están echadas para el próximo verano. Julian Urkiola es uno de estos afectados y confirma que “ahora que se caen las hojas de los árboles, es cuando más nidos se van a encontrar”, lamenta.
En su opinión, los recursos que se están utilizando para su persecución “no son suficientes y han llegado tarde”. “Los productos que tienen no son selectivos, porque afectan a otros tipos de avispas o moscas”, explica. El sistema de Neiker consiste en que el laboratorio entrega a cada apicultor colaborador un recipiente con carne picada y una solución que debe ponerse cerca de las colmenas y se recoge por las noches. Urkiola apunta que es un método similar al trampeo casero que los apicultores realizan en primavera con “vino blanco, cerveza y sirope”.
un producto selectivo Urkiola reivindica que “se trabaje con un producto selectivo”, que vuelva estériles a los machos, u otro producto que atraiga directamente a las futuras fundadoras”. “Seguimos con las mismas armas que hace cinco años”, critica, la diferencia es que el problema “no ha dejado de crecer”. “¿A qué estamos esperando? Tenemos que hacer presión en Europa para que destine un dinero para investigación”, propone Urkiola, que estos días ha perdido nueve colmenas. “Es para desesperarse”, dice. Ahora, la única alternativa a la que aferrarse son las lluvias. Como estas avispas no almacenan alimento, “una semana o diez días de mal tiempo puede suponer terminar con su ciclo”, informa el veterinario.