donostia - El nutricionista clínico y deportivo Jesus Apellaniz, que atiende a personas y niños con sobrepeso y obesidad, analiza las principales causas de la tendencia al alza del sobrepeso y apunta a las empresas alimenticias como el primer enemigo.

¿Cuáles son las principales causas de que el 61% de la población supere su peso saludable?

-La vertiente principal es el sedentarismo. Somos más sedentarios y tenemos una genética o un disco duro para almacenar grasas. En momentos pasados en los que nos movíamos más o pasábamos más periodos de hambruna era un beneficio para nosotros. Pero ahora es todo lo contrario. Estamos comiendo mucho más de lo que comíamos antaño, tenemos más disponibilidad de alimentos y nos estamos moviendo menos, entonces tenemos a nuestra genética en nuestra contra. Además, el coche y los trabajos en los que estamos sentados la mayor parte del tiempo no ayudan.

Además de comer más, comemos peor.

-Así es. Las empresas alimenticias son el primer enemigo, porque lo que quieren es vender y la mejor forma para hacerlo es que la comida guste más. En el libro de Adictos a la Comida Basura del periodista Michael Moss, que ha ganado el Pulitzer, se explica cómo juegan con la comida para que la gente llegue a un punto de éxtasis, hasta llegar a crear adicción en algunos alimentos o preparaciones.

Hay alimentos que se venden como sanos pero en realidad no lo son. ¿Todavía hay poca conciencia al respecto?

-Hay mucho tejemaneje que no deja que las cosas les vayan bien. Estas mismas empresas alimenticias buscan poner un sello de calidad en sus productos para que la gente compre más. Por ejemplo las galletas de dinosaurios, que tienen un sello de recomendación de la Asociación Española de Pediatría, de sano tienen poco. Pero los padres de los chavales se dejan llevar por esa publicidad engañosa, van a comprarlas y a la larga eso puede ser muy perjudicial para su salud.

¿Qué otra causa afecta a que esta tendencia continúe creciendo?

-También tenemos en contra la pirámide nutricional, que está mal hecha para el momento que estamos viviendo. Está obsoleta porque la base apunta que hay que comer entre cuatro y seis raciones de carbohidratos al día. Aunque sean integrales, ese nivel de carbohidratos a una persona sedentaria que está doce horas sentada en una silla no le viene bien porque solo va a anabolizar más grasa.

¿Qué soluciones considera que serían efectivas para frenar este problema?

-Tenemos que cambiar el concepto de la pirámide, porque a un deportista puede valerle la actual pirámide, pero al 90% de la población no. Habría que individualizar la dieta. De todos modos, habría que poner en la base algo que siempre hemos comido y no nos ha hecho coger peso, que son las verduras, hortalizas y frutas. Por otra parte, debemos poner trabas para que las empresas alimenticias nos machaquen con tanta comida perjudicial para nuestro organismo o lo tenemos complicado.

¿Cómo lo están combatiendo otros países desarrollados?

-Por ejemplo, Australia ya ha hecho un cambio de pirámide y ha puesto abajo la verdura y la hortaliza y ha puesto un paso más arriba los carbohidratos. E Inglaterra ha anunciado que creará un impuesto para los productos azucarados y bollería, que son los menos sanos.